Un mal sueño.

25 3 0
                                    

Recuerdo la emoción de ese momento, la vida de sus colores y el sabor a sal...

El Sol me acariciaba la cara; el viento rozaba entre mis brazos y ella estaba allí...

Me sentía imparable, propio de un niño de diez años, disputando la "gran final" de su equipo... Hasta ese maldito saqué de esquina...

Corría a rematar desde el segundo palo; tal como tantas veces habíamos ensayado, tal como tantas veces había acostumbrado... Me disponía a lanzar de chilena. Cuándo, uno de los jugadores se echó muy atrás y tropezamos...

Recuerdo que aún a pesar del tropezón, conseguí golpear la pelota. Pero no pude ver si entraba... Lo último que vi, fue el golpetazo de mi cabeza contra el césped.

-¿Qué tal lo ve, doctor?-Oía decir a mi madre. No podía mover, ni un sólo músculo, estaba paralizado-.
-Tiene un traumatismo... Hay que ver como evoluciona pero se recuperará...
-Pero, podrá volver a hacer vida normal... ¿Verdad?
-Es pronto para asegurar nada...

A partir de ahí, todo fue en declive hasta que conocí a Sonia, ella me enseñó a ser optimista... No podía enseñarme que la vida es efímera y caprichosa; porque, eso, ya lo había aprendido por mi propia cuenta. Pero sí me enseñó a disfrutarla.

Pasan los años y sigo recordando ese momento. El saque de esquina que me borró todo. Incluso su nombre... Nombre que no le pude volver a preguntar; porque, cuándo salí del hospital, ya se había marchado.

Un mes y medio, pasé ingresado. Y poco más de cinco años; tuvieron que pasar, para que Sonia entrara en mi vida. Y junto a ella, Gus, unos años más tarde; casi en la Universidad. Pero el destino, no se contenta con una, siempre vuelve para golpear más veces...

Otro momento doloroso, fue en el accidente múltiple, en la autovía nacional de Madrid. Nos dirigíamos a Barajas; para realizar unas entrevistas de selección. Un tráiler, perdió el control de su remolque, colisionando con los vehículos que venían de frente. Nuestro autobús resbaló en un charco de aceite; cayendo por la ladera fuera de la calzada. "Fue un milagro que saliéramos ilesos"-le dije a Gus, cuándo nos atendieron los del SAMUR-. En ese momento no fui consciente de que solo era un espejismo...

-¡Guau, guau!-Sentí como Dexter me lamía la cara-.
-Sí, Dexter... ¿Como me voy a poder olvidar de ti, mi fiel amigo? Siempre ayudándome y guardando mis espaldas...-Dije mientras le acariciaba el lomo-.

-¡Guau...!-De un brinco, se subió sobre mi cama-.

Noté su peso sobre mi cuerpo. La verdad, es que sí que se estaba haciendo enorme este perro... Con tanto peso, me acababa sintiendo incomodo; no podía ni cambiar de postura...

-Venga Dexter... ¡Bajo!-Dije, mientras lo empujaba para quitármelo de encima-.

Cuándo abrí los ojos, pude ver su cara; esos ojos saltones y su tez, pálida... Me miraba fijamente, sonriendo... Me tenía atrapado, tanto por las piernas, como por los brazos... ¡Se trataba del mismo hombre de la iglesia! No recordaba su cara; pero sí sus carcajadas... Me susurraba...

-¡Ay...! ¡Mi cabeza...!-Dije quejándome, del fuerte cabezazo que me había dado contra la puerta-.

-¡Hola dormilón! Me estabas dando envidia... Por poco, detengo el coche y me pongo a dormir contigo...

-¡Pues deberías de haberlo hecho! Sabes que yo, no te pongo inconvenientes...-Dije, siguiéndole el juego-.

Me alegraba que estuviera de buen humor, era la mejor manera de olvidarse de esa horrible pesadilla...

-¿Qué hora es?-Le pregunté a MeiShui-.

-Las seis y cuarto, aún nos quedan unos cuantos kilómetros... ¿Cómo estás?

-Bien, aunque tengo un poco de hambre...

-Normal, si no has pegado bocado... Enseguida pararemos en una gasolinera...

Nos dirigíamos a ver a mi madre. Resulta gracioso, salíamos de un hospital y acudíamos a otro... Con lo poco que me gustan, a mí, los hospitales...

-¿Qué piensas?-Me había quedado abstraído-.

-En nada, hace mucho tiempo que no veo a mis padres...

-Ya verás como todo va a ir bien. Les hará mucha ilusión volver a verte...

-Sí...

Nunca he tenido mala relación con mis padres; aunque hemos tenido nuestros roces... El problema, era que no teníamos relación...

Ellos, se empeñaron en ponerme a vender boletos de lotería; por la minusvalía... Acababa de terminar los estudios y no tenía trabajo... Pero con 24 años, ya eres suficientemente mayorcito para que te digan lo que tienes que hacer... Además, era algo que no me gustaba. Y pensaba que podía aspirar a más...

Afortunadamente, no me equivoqué, puedo trabajar en aquello que me gusta. Pero el precio, el orgullo y el no saber reconocer las cosas... Ahora me arrepentía de ello... Tienes que ver perder, aquello que tienes, para qué verdaderamente aprendas a valorarlo...

-¡Hey!-Gritó MeiShui, mientras tiraba ligeramente de mi brazo-. No puedes encerrarte en el pasado... Lo que importa, es ahora. Así que toma las riendas... Queremos que vuelva el "Fede" que tomaba las riendas. Al que no le importaba, tomar el toro por los cuernos... ¿No es así Gus?

Su mano, agarró mi hombro... Me sorprendió volverle a ver. Tenía la misma cara alegre y jovial que la última vez...

Por él, nunca pasaban los años. Siempre estaba de bromas y preparándote alguna trastada... Era su manera de divertirse, nunca sabías lo que te podía esperar... ¡Cuánto lo echaba de menos! Pero ahora, podía ver algo distinto en su mirada; más madura y más serena... No sé porqué motivo, me acercó mi bastón...

-¡Vamos tío!¡Camina!-Dijo Gus, mientras me presionaba con el bastón; quemaba...-.

"¡Vamos tío!¡Camina!", "¡Vamos tío!¡Camina!", "¡Vamos tío!¡Camina!"... También recuerdo esas palabras...

De pronto, el impacto, hizo que todo se desvaneciera. Volvía a encontrarme solo, en la carretera, rodeado de sombras... A escasos metros, había una mujer esperándome; se trataba de Sonia...

-¡Por favor, no te vayas, vuelve!-Me decía entre lágrimas-.

Corrí hacía ella, pero no lograba acercarme. Cuánto más corría, la calzada, me lanzaba más hacía atrás...

-¡Por favor, no lo hagas! ¡Vuelve!-Repetía-.

Cuándo estaba por darme por vencido, Dexter, se abalanzó hacía mí. Me gruñía... Ahora, estábamos solos. Pero seguía escuchando a Sonia...

-¡No lo escuches!-Fue lo que dijo cuándo llegó el silencio-.

Con el silencio, Dexter, me dejó de gruñir. Pero seguía preso bajo sus patas... Una figura, apareció a lo lejos; bailando lo que parecía, una danza folclórica... Era una imagen raquítica y se desplazaba con movimientos asimétricos; forzados e imposibles de realizar por ningún humano...

Dexter, seguía sin soltarme... Cuándo la figura llegó a nosotros, le acarició tiernamente, como si éste, fuera su mascota...

No conseguí ver su rostro, pero oía sus carcajadas... La figura, se puso en pie, lo que me impactó porque medía unos cuantos metros. Y pateó a Dexter... Éste, desapareció con las sombras...

Quedé paralizado, preso de un pánico que nunca antes había experimentado. Necesitaba mi bastón... "Donde diablos lo habría dejado..."-Pensé-.

De pronto, la figura, comenzó a agitarse. Y acercó su cara hacía mí... Parecía decirme algo. Pero hablaba demasiado deprisa. Se estaba mofando de mí, en su mano derecha, mostraba mi bastón, el de madera de olivo... Lo sostenía con fuerza. Y las llamas, nos consumió a los dos...

No pude ver su cara, pero sigo oyendo las carcajadas...

-¡Despierta dormilón! ¡Que ya llegamos!

Ojos en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora