Recorrimos media España, para llegar al municipio de Guijuelo; hacia la famosa iglesia que nos había indicado Sebastián.
El aire sacudía los pelos de mi brazo, que tenía reposado en la ventanilla. MeiShui, estaba serena, absolutamente concentrada en las vueltas y vueltas de la carretera. Me resultó extraño, porqué normalmente acostumbraba a charlar sobre todo, incluso del asunto mas recóndito que te imaginaras.
Recuerdo un día, en el que nos dirigimos a la redacción. Yo estaba ensayando mi discurso con el que dar la bienvenida a un grupo de estudiantes que nos visitarían. Durante un momento, se puso a hablarme sobre el vuelo de las mariposas. Llevábamos poco tiempo trabajando juntos y apenas nos conocíamos; pensaba que lo hacía para romper el hielo. En absoluto, día tras día, me contaba una nueva anécdota que muchas veces, no venían a cuento; pero casi siempre me resultaban curiosas.
Me hacía tener una mayor percepción del mundo; mayor percepción, que la que alcanzaba por mi mismo.
Pero ahora, no decía ninguna palabra. El silencio me incomodaba, pero no mucho más, que la necesidad de tener que romper el hielo.
-¿Cuánto falta?-Le pregunté-.
-¿Eh? Ya no falta mucho. Unos pocos kilómetros... Descansa, que apenas hemos dormido esta noche.La notaba preocupada... Y me sentía mal, por no haberle dejado disfrutar de unas vacaciones. Habían varios becarios, dispuestos a trabajar conmigo; a quienes llamábamos cuando las cosas se nos salían de las manos. Pero me sentía mas seguro si ella me acompañaba. Además, carecían de la experiencia necesaria, para incorporarse en éstas alturas de la temporada. Y dudaba mucho, que MeiShui, estuviera por la labor de que la reemplazaran. A ella le fascinaba, todo el tipo de enigmas con el que nos encontrábamos y la idea de viajar de un lado para otro; pero, sigo pensando que necesita tomarse unas vacaciones.
Los ronquidos de Dexter, consiguieron romper el silencio; cuando roncaba, tenía una forma graciosa, muy particular.
-¿Por qué no paramos en algún lugar? Llevas mucho rato conduciendo-le dije-.
-Tienes razón. En cuánto vea algún buen sitio, bajaremos.Avanzamos hasta llegar al mirador de una montaña.
-¡Respira!-Dijo MeiShui, esta vez más animada-.
El olor a hierba mojada, hacía recordarme a mi pueblo; los grandes momentos de mi infancia, pero también, el día en el que terminó... Afortunadamente los buenos momentos, abundan en mi memoria. Pero el dolor de aquel día, me acompañará toda la vida...
Respiré hondo... Y esbocé la mejor de mis sonrisas. No quería que MeiShui se preocupara; no ahora, que volvía a ser la misma.
-Desde aquí, se puede ver casi todo el municipio-dijo mientras avanzaba a pasos agigantados hacía la barandilla; Dexter también me tiraba-. Creo que la iglesia que buscamos, se encuentra en la otra parte del pueblo; justo antes de llegar al polígono.
-Muchas gracias por todo, MeiShui... No sabes cuánto valoro lo que haces...-volvió a quedarse pensativa-.
-¿Qué mosca te ha picado? No te reconozco...-Muy pocas veces, reparo en mis sentimientos. Siempre me ofusco demasiado en el trabajo-.
-Nada, solo quería que lo supieras. Con lo que nos pasó en el caso anterior; me sabe bastante mal por ti...Los dos quedamos pensativos, ambos sabíamos lo que diría cada uno... Pero ella tomó la iniciativa:
-¿Estás seguro de querer ir? Si te surgen dudas; lo mejor será que volvamos...-Dijo mientras me agarraba el brazo, con el que sujetaba mi bastón. Dexter, estaba sentado a mi izquierda; parecía que también esperaba una respuesta-.
-Claro que quiero ir. Después del camino que hemos recorrido... Lo que no quiero, es que hagas algo de lo que termines arrepintiéndote. Al fin y al cabo, solo eres mi asistenta...Soltó mi brazo, sin saber que lo había apretado lo suficientemente fuerte como para dejar morado. Siempre me ha costado, medir mis palabras.
-Parece mentira que pienses así... ¿No eras tú, el que me decía, qué sólo dejando a un lado mis temores; podría llegar dónde me propusiera? ¿No eras tú, quién siempre dice, qué para ganar; és necesario arriesgar?-Estaba tan enojada, qué Dexter se escondió atrás mía-¿Qué ha pasado? No te comprendo, Fede...
Lo peor de todo, es que yo tampoco me comprendía: una parte de mí, era consciente del papel fundamental que ella representaba en el programa; pero otra parte, la influenciada por el cariño, no podía permitir que se expusiera ante el peligro. Porque una cosa, es jugar un papel tan relevante; y otra totalmente distinta, jugársela por el papel de un programa de televisión.
-Si lo que quieres es que deje de acompañarte y que me dedique solo a los informes y las entrevistas... Esta bien; haré lo que tú me pidas... De todos modos, ese es mi trabajo... Y si no fuera por ti, lo máximo a lo que hubiera podido aspirar sería a camarera o recepcionista, en cualquier motel de carretera...-Su voz, se había vuelto a apagar; sonaba rasgada y desquebrajada-.
-No quise decir eso, MeiShui...-Me quedé sin palabras, era consciente de que la había cagado. Tengo bastante asimilado que si algún día se disolvía nuestro equipo, sucedería de manera fortuita; bien por accidente o por cualquier otra circunstancia. Pero nunca imaginé que pudiera pasar de esta manera-.
-No pasa nada... Volvamos al trabajo...-Dijo encaminándose hacía el coche-.
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Ojos en la oscuridad.
ParanormalFede, es un chico de 27 años con ciertas habilidades paranormales. Algunos lo consideran un don, otros una maldición. Lo que no cabe duda, es que sabrá sacar partido de ello. Como locutor de radio, esta cualidad, le llevará a dirigir distintos pro...