♤Último día para amarlo♤

La Admiración Secreta de Amane: Un Encuentro en el Aula

Tsuchigomori agarra un libro de la estantería, este era de color negro y en su portada se podía leer el nombre, Yugi amane.

- por lo que viste la otra vez que veniste a la biblioteca, en realidad, él era muy cercano a una chica, esa pequeña niña que hacía los días grises de Amane, llenarse de colores --Tosió-- siento mucho si eso sonó cursi de mi parte.

Yashiro soltó una risita.

- bien, continuo...

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Un pequeño Amane esperaba fuera del patio de la escuela a que lo recogieran después de un largo y pesado día. Entre tantos niños, vio pasar a una chica, que al verla, no despegaba su vista de ella, estaba atento a lo que hacía, a como hablaba con sus demás compañeros y a como sonreía. De la nada esto hizo que Amane se sintiera bien y tranquilo, ya la conocía, de hecho, iban en el mismo salón, solo que ella jamás le hablaba, ni siquiera sabía de su existencia, ¿o si?

...

Como cualquier otro día, los chicos estaban en su salón aprovechando que no estaba el profesor, como todo niño sin supervicion, hacían escándalo por toda la clase. Amane tranquilo ignorando los gritos y peleas de sus compañeros, él dibujaba en uno de sus cuadernos, estaba muy concentrado que no noto la presencia de alguien delante de él viendo lo que hacía.

-Que lindo dibujas --habló con una voz suave y gentil.

El chico voltea a ver al frente, sus ojos se abrieron cuando vio a aquella chica que él admiraba desde lejos, trataba de hablar pero por los nervios se le hacía imposible.

-Que estas dibujando? --lo miraba atento con una sonrisa.

-y-yo... es una nave espacial... --escondió su rostro un tanto sonrojado.

-eso es increíble --dijo suavemente.

-lo es? --volteo a verla.

-claro que lo es, oye, te he visto muchas veces aquí, pero veo que no hablas con nadie... no tienes amigos acaso?

-me gusta estar solo --mintió, realmente necesitaba la compañía de alguien.

-entiendo... bueno, las clases están por empezar, me gustó hablar contigo, Amane! --dijo tranquilamente.

El chico al escuchar su nombre, voltea a verla rápidamente, por alguna extraña razón su corazón no dejaba de latir al escuchar decir de aquella chica su nombre.

El resto de la clase él volteaba a verla en repetidas ocaciones, ella fingía no sentir su mirada, así que al voltear a verlo le regala una sonrisa a lo que el pequeño niño desvía la mirada rápidamente muy sonrojado.

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