Amistad, confianza y gestos cariñosos

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En la residencia de Amane, los dos hermanos estaban compartiendo el almuerzo. El hermano mayor apenas probaba la comida, mientras que el menor la consumía rápidamente. Amane reflexionaba sobre la sorprendente armonía entre TN y Tsukasa, que perduraba desde hacía un año. Reconocía la habilidad de su hermano menor para entablar amistades, una cualidad que le parecía inaccesible a él debido a su naturaleza tímida e insegura. Amane se sentía desalentado al notar su falta de amistades y la reluctancia de otros a estar en su compañía, simplemente por su timidez.

Amane miró a su hermano con seriedad mientras este último disfrutaba distraídamente de su comida. El silencio reinaba entre los dos hasta que Amane decidió romperlo.

- Tsukasa... - Amane estaba nervioso, incapaz de mirar a su hermano a los ojos.

- ¿Qué pasa, Amane? - Tsukasa exclamó, con la boca llena.

- ... ¿Cuánto tiempo llevas conociendo a TN? - Amane fue directo, lo que provocó que Tsukasa dejara de comer y le prestara toda su atención.

- ¿Eh? ¿TN? La conozco desde hace un año - Tsukasa sonrió divertido.

- Ya veo... - Amane no dijo más.

- ... Ella me habló de ti. Dijo que eres una persona tímida en la que confía mucho. Le agrada estar contigo - Tsukasa comió otro bocado. Amane giró la cabeza para prestar atención a su hermano.

- ¿Lo dijo en serio? - Amane estaba sorprendido y emocionado al mismo tiempo.

- Sí, habló muy bien de ti y no exagero - respondió Tsukasa.

- ¿Tú y ella... tienen algo? - preguntó Amane.

- ¡Para nada! ¡Solo somos amigos! - Tsukasa dijo mientras comía el último bocado y bostezaba. - Comer tanto me da sueño, jugaremos más tarde, Amane.

Tsukasa se levantó de la mesa, dejando a Amane reflexionando. Con una leve sonrisa, también se puso de pie para dirigirse afuera a jugar. Cerca de su hogar, había un campo repleto de encantadoras flores diminutas. Al contemplarlas, Amane decidió recoger algunas para regalárselas a TN. Cortó las flores y las llevó consigo de vuelta a casa.

Al día siguiente, se preparó para la escuela y tomó las flores. Juntos, los hermanos se dirigieron a la parada de autobús, sentándose juntos esta vez. Como de costumbre, Tsukasa molestaba a Amane, quien ya estaba cansado de ello.

Al llegar a la escuela, Tsukasa se separó para jugar con sus amigos de clase, mientras TN y Amane se encontraron como siempre en la entrada.

- ¡Amane! ¡Te estuve esperando! --mencionó la joven sosteniendo una bolsa de papel.

- Hola TN, qué bien -- respondió nervioso, con las flores escondidas a su espalda.

- ¿Qué traes detrás? --preguntó ella.

- ¡Nada! ¿Podemos ir a clases ya? -- Amane la miró.

- ¿Ah? Sí, claro...

Ambos se dirigieron a clase y conversaron mientras esperaban al profesor. TN le ofreció la bolsa de papel a Amane para que la tomara y viera lo que había dentro.

- Toma, Amane, esto es para ti - dijo la chica avergonzada, sonrojada y sonriendo.

- ¿Para mí? - ella asintió y tomó la bolsa. La abrió y descubrió lo que había dentro. - ¡Qué delicia! Gracias TN.

- De nada, recordé que te gustaban las rosquillas, así que te preparé unas de azúcar, chocolate, vainilla y fresa.

Amane puso la bolsa en su escritorio y sacó las flores que había escondido.

- Bueno, yo también te traje algo... - mostró las flores y cerró los ojos mientras extendía la mano con las flores.

Al observar el dulce gesto de su amigo, TN no pudo evitar sonrojarse. Sonrió amablemente, tomó las flores y se acercó a Amane para abrazarlo. Él se sorprendió por el cálido gesto de la chica. Nadie le había abrazado en mucho tiempo, y ahora se sentía reconfortado al respirar el encantador aroma que ella transmitía.


- Gracias, Amane. Qué lindo detalle de tu parte - le susurró con dulzura, lo que le hizo sonreír.


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♤Último día para amarlo♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora