Fin

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—Amor daremos un paseo en carosa, todos deben conocer a su reina. —dice Bash tomándola mano de su ahora esposa. Caroline asiente feliz solo el hecho de saberse al lado del hombre que tanto ha amado la hace sentirse completa.
—Como quieras mi rey. —Bash la toma por el mentón para hacerla mirarlo a los ojos.
—No, mi vida, en este castillo se hace lo que mi reina quiera, yo solo sugiero, pero al final tu siempre tendrás la ultima palabra. Te amo y eso nadie lo va a cambiar. Eres mi todo y quiero vivir para complacerte. Esta vez no te dejare sola en ningún momento. No permitiré que te pase nada.
—Mi amor, recuerda que ya estoy en el lado oscuro, ahora viviré para siempre a tu lado, amándonos.
—De igual forma mi hermosa reina, eres lo mas valioso de este castillo, sin ti estas paredes no tienen ningún valor. Volviste y esta vez me encargare que sea para siempre.
—Te amo, no me cansare de decírtelo. —dice la joven a su vampiro que la mir como un loco enamorado.
  Bash ordena que preparen la carosa, la vistan de flores y blancas y rojas. Debía verse hermosa. Caroline se puso uno de los vestido que Bash tenía guardado de Carol.
— ¿No crees que es muy escotado para la época? —pregunta ella al imaginarse en ese vestido doscientos años atrás. 
—A Carol no le importaba mucho lo que dijeran de ella. Solo quería lucir hermosa para mí. – este la toma por la cintura para dejar un cálido beso—. Me estoy arrepintiendo del paseo. —dice sobre su boca.
—Vamos, que el pueblo nos espera y tenemos toda la vida para amarnos.
Salieron del castillo para montar en una hermosa carrosa decorada como Bash lo había ordenado, establecieron la ruta y partieron a saludar a su gente. Por el camino compartían su amor por medio de caricias y besos. Se sentían plenos y felices hasta que en un momento de descuido Ryan se acercó en su forma lobuna y se la arrebató de los brazos. Corrió tan fuerte como pudo, se adentro en el bosque, Caroline estaba perpleja, no podía creer hasta donde había llegado Ryan con su obsesión.
Bash por su parte activó a todos sus guardias para que lo sigan, no podía volver a perder a su esposa y menos de la manos de su rival.  Ryan llegó hasta el manantial donde tantas veces la vio bañarse desnuda. La bajo de su lomo y cambio a su forma humana.
—Estas loco Ryan —dice Caroline una vez el cambio de forma.
—Si, estoy loco de amor por ti. No lo entiendes eres mi luna, mi todo. —la toma por la cintura, pero Caroline se aleja.
—Soy la esposa de Bash, ya no soy tu luna, ahora pertenezco a mi vampiro, ya pertenezco   a su mundo oscuro Ryan, entiéndelo, lo escogí a él porque siempre ha sido mi gran amor. Siempre será el.
—No tu eres mi Coral. —Caroline niega.
—Ya lo entendí todo Ryan y no Coral fue un intento de una mujer que no soy, como mis otras vidas donde cometí errores para aprender. No te obsesiones conmigo, no soy mas que una hechicera que ha cometido muchos errores para encontrar a su verdadero amor y ese es Bash Cowell y nadie más.
— yo te amo – Caroline se mira en sus hermosos ojos azules.
—No me amas solo piensas que soy tu Coral, pero recuerda que no es así. No soy ella, en esta vida soy Caroline y amo con mi vida a mi esposo.
—regálame un último beso – Caroline niega— Uno pequeño.
     Caroline se acercó para dárselo en la mejilla. En ese momento el volteo su rostro y secuestro sus labios para fundirse en un apasionado beso, el cual ella no contesto.
—Suéltala, —grita un enojado Bash—. No vuelvas a tocar a mi mujer. Ya no eres un cachorro eres un hombre y debes entender que Caroline es mía solo mía. —Lo empuja— no te vuelvas a acercar a ella o tendrás problemas.
—Me voy a acercar a ella siempre que pueda, yo la amo, ella debió escogerme a mí —Bash niega— siempre fue mía, solo que sin recuerdos. Y esta vez no voy a perderla, esta vez la protegeré con mi ser.
     Los hombres de Bash lo rodena apuntando con armas a Ryan.
—No, no le hagan nada —Caroline se pone frente a Ryan como escudo.
—Déjalos que me maten, es lo mejor. Ya estoy muerto en vida. Tu, la mujer que amo ya me mató.
—No, por mi causa no morirás – lo hace mirarla a los ojos— vas a ser feliz, vete lejos de aquí y comienza de cero, sin recuerdos, ni pasado. Busca a tu luna, esa que será tu eterno amor. —chasquea sus dedos borrando de la mente de su lobito todos los recuerdo que tenia de ella—. Ahora ve, el mundo te espera.
  Ryan cambia a su forma lobuna. Con sus recuerdos eliminados, partió sin rumbo a recorrer el mundo, olvidando la promesa que le había hecho a su padre.
Caroline y Bash volvieron a su castillo.
—Eres lo más hermoso que tengo en la vida. —Bash la toma por la cintura—. Pensé que te perdía por segunda ocasión. Eso no me podría perdonar nunca. Si algo te pasa…
—Shh, ya estoy aquí contigo, no pienses más en eso, amor —se acerca a sus labios para rozarlos—. Ahora solo quiero sentirte, haciéndome el amor.
—Sus deseos son ordenes señora Cowell. —la acerca a su cuerpo— voy a vivir para hacerle el amor para toda la eternidad.
     Se toma su tiempo para quitar las cintas del vestido. Fue dejando besos por todo su cuerpo según iba desnudándola. Cuando la tuvo completamente desnuda la tomo en brazos para llevarla a la cama. Se desvistió ante su mirada seductora. Subió a la cama para devorar los labios de su mujer. Bajó con sus besos por su cuerpo hasta llegar al monte de venus donde dejó una delicada mordida. Sacando un gemido suave de los labios de su mujer. Abrió un poco sus piernas para adentrarse y saborear su néctar. Caroline disfrutaba de las caricias de su vampiro quien no aguanto mucho y se hundió en ella para sentirla suya. Comenzó a embestirla como tanto le gustaba disfrutando de ese vaivén que los hacia tocar el cielo, la estreches de la mujer lo volvía endemoniadamente loco, mientras que a Caroline su longitud la hacia pedir mas y mas con ese insaciable deseo. Bash se acerco a sus labios para besarlos con pasión.
—Amor, regálame la bendición de ser padre. —dice mientras la penetra suave.
—A mi rey lo que pida —dice con una hermosa sonrisa.
Bash tomo sus piernas para ponerlas en su mecho y comenzar a embestirla con todo el deseo que tenía guardado, olvidando la caballerosidad se introdujo. Ambos alcanzaron la gloria juntos se corrieron esparciendo su semilla en el cuerpo de la mujer. 

Fin 

La última hechicera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora