XIII

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Bash preocupado de haberle hecho algún daño le habla.
-Mírame a los ojos, amor - Caroline no respondía, solo la sentía respirar agitada.
En la mente de Caroline pasó algo inesperado. Siete vidas, una detrás de la otra se hacían presentes. Desde su primera aparición en la tierra como Carol Lombrad hasta la vida actual donde Caroline al fin cumplía con la profecía. Cada vida con muertes espantosas. Con finales horrendos al escoger de forma nefasta el verdadero amor. Siempre fue Bash el hombre de su vida. Siempre fue el quien reinaría a su lado. La madre luna había quitado los recuerdos hasta volver a encontrarse con su verdadero y único amor.
-Bash, Bash -Caroline llora, el hombre se pone ansioso, no podía salir de ella y dejarla así. Una vez dentro no se podría volver a alejar de ella. El sintió cuando su himen se rasgó rozando su sangre con su miembro. Ya era irreversible. El aroma a sangre lo tenía extasiado, sediento. Su aroma era diferente, no era igual a los demás humanos. Ya eran uno solo faltaba pasarla al lado de la oscuridad.
-Amor, estoy aquí. -La besa para hacerla reaccionar. Ella se entrega en un apasionado beso a él.
-Amor meus, veni ad te. In fine sum in armis.( Amor mío, volví a ti. Al fin, estoy en tus brazos.) -Bash se detuvo para mirar a la mujer que tiembla en sus brazos como hoja al viento. No podía creer lo que escuchaba. Esta vez era Carol quien hablaba, el recordaba su voz como el primer día que la escuchó.
-¿Carol? -la mujer lo mira con una sonrisa en sus labios.
Bash la beso con pasión. Se hundió más en ella para comenzar a embestirla como a Carol tanto le gustaba. Sus gemidos se comenzaron a escuchar por todos lados. El castillo se lleno de ellos como en los viejos tiempos cuando hacían el amor en cada rincón del mismo. Donde la pasión y la luciría los alcanzara. Bash besaba su piel oliendo la excitación en su sangre. Se estaba volviendo loco. Quería que la noche fuera especial pero su madre se la regaló. La embistió fuerte entrando casi en su totalidad en ella. Caroline aruñaba su espalda mientras recibía las caricias de su amado. Se entregaban en cuerpo y alma.
-Te amo con mi vida. -dice agitado, quería morderla, hundir sus colmillos en su piel blanca. Saborear ese elixir que lo alimentaria para siempre desde ese instante en adelante.
-Bash no puedo más - jadea Caroline, este último, pasó su nariz desde su oreja hasta llegar a la curva del cuello, allí donde exactamente late fuerte la yugular.
-Esta vez serás mía para siempre, no volveré a cometer errores. - dice cuando siente que sus músculos vaginales se comienzan a contraer apretando su miembro. Sus colmillos salieron de su escondite, sus ojos se volvieron más rojos que la misma luna y fue ahí cuando sin pensarlo mucho hundió sus colmillos en la piel de la mujer, que en ese momento explotó en un apasionado orgasmo abrazándose a él. Gimiendo fuerte al sentir el dolor delicioso de sus colmillos en su piel. Bash terminó el ritual como debió haberlo hecho casi tres siglos atrás. Bebió de su sangre frente a su luna, absorbió toda la necesaria para llevarla a ese estado en el que pasaría de la luz a la oscuridad. La acostó en su cama y beso su herida. La luna les dio tiempo para que la trajera de vuelta. La llevó al extremo, Caroline o Carol quien fuera que estuviera con él sería suya para siempre.
Bash cortó su muñeca, la mujer estaba débil. Puso su muñeca cortada en la boca de la mujer para que esta bebiera de su sangre. Le dio la suficiente para que ella pudiera comenzar el proceso de transición. Termino de beber de su sangre dejando solo la suya en el cuerpo de la mujer. Salió de ella para esperar que Caroline despierte. Llamo a Vincent para que tuviera todo listo. Este ultimo trajo consigo al conejillo de India. Quien completara la transición de su amada. Era un humano que merecía morir. Lo buscaron en una de las mazmorras, se le había acusado de violarla y desmembrar a jovencitas.
Caroline fue despertando, Había pasado una hora. Bash ayudo a su compañera a sentarse en la cama.
-Tengo sed - dice la mujer y el sonríe satisfecho. Era necesarios que ella bebiera la sangre del humano para poder culminar su transición. Acerca la mano del hombre para que ella beba de él. Caroline se sintió extraña, sus colmillos salieron deseando probar la sangre, olio el miedo del hombre pero eso no le impidió acercar sus colmillos a su brazo. Los hundió en el brazo bebiendo en su totalidad su sangre, haciendo que el hombre cayera sin vida al costado de la cama.
Caroline limpio su boca con el dorso de su mano. Bash se acercó a ella. Para saborear sus labios llenos de ese que será su liquido prestado de ahora en adelante.
-Vincent llévate el cuerpo de aquí. -ordena a su mano derecha-. ¿Cómo te sientes? -pregunta acariciando su rostro.
-Extraña pero bien. -Contesta con una sonrisa en sus labios llenos de sangre.
-¿Quien eres, Caroline o Carol? - ella lo mira extrañada.
-Soy todas ellas. - dice tranquila-. Ven vamos preguntarle a la luna. -Bash la mira, estaba tan diferente, se ve más segura de si.
La luna aun estaba roja. Los murmullos y aullidos se escuchaban a kilómetros de distancias. Salieron al balcón donde fueron recibidos por la luna, en el jardín estaban reunidos una gran cantidad de vampiros que al verlos salir se inclinaron mostrando su respeto por los nuevos reyes.
-Mater -la llama Caroline.
-Volviste -esta le sonríe.
-Siempre supo que mi amor era Bash -la luna lo afirma-. Por que dejó que me equivocara seis veces.
-Por que debías aprender. Todo es un proceso. Carol amaba a Bash, pero este la amaba tanto que no era egoísta y la complacía en todo, sabiendo que corría peligro la dejó ser mortal. Las demás vidas tomaste decisiones equivocadas y debías morir. En esta vida ya tenias a dos hombres inmortales a tus pies, pero solo tu podías escoger a tu único y verdadero amor. Nadie podía influir en tus decisiones. Era la última vida a quien escogiera ya no habría más. Eres mi representación en la tierra. Eres mi hija, mi imagen. Serás venerada por todos. Ahora ya eres inmortal junto a tu rey de las tinieblas. Tu serás su luz en el camino. El la oscuridad a quien tendrás que guiar, amar y cuidar.
-Gracias por este regalo, madre. -Bash se inclina para hacer su reverencia de humildad ante la madre luna.
-Ya es hora que seas feliz. -Bash abraza a Caroline.
-¿Qué pasará con él? -pregunta Caroline, no le gustaría que quede solo.
-Ryan aun le falta aprender mucho, es un cachorro aun. Tendrá su compañera, pero en el camino cometerá muchos errores. -Caroline asiente- no te preocupes por el y disfruta tu unión con tu amor.
Bash la beso frente a su madre para llevarla de nuevo hasta la cama.
-Debes descansar, seguro estas cansada. - Caroline niega.
-Quiero hacer el amor día y noche. -Bash sonríe.
-Sus deseos son ordenes -la toma por la nuca para besarla apasionadamente.

La última hechicera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora