11-Los Sueños Del Pasado

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El sol se filtraba entre las ramas de los árboles, pintando destellos dorados sobre el verde del bosque. Un ligero viento acarició mi rostro mientras me encontraba en medio de un peculiar entrenamiento con mi padre. Cada golpe, cada bloqueo, resonó con una intensidad sorprendente. Aunque era consciente de que todo esto no era más que un sueño, el cansancio que experimentaba al final de cada sesión me hacía cuestionar la naturaleza de esta realidad.

El entrenamiento continuó, pero las preguntas rondaban mi cabeza como sombras inquietantes. ¿Podría mi familia estar viva? Aunque sabía por dentro que no era posible, la conexión que sentí con ellos me dejó en la duda emocional, es como si la realidad estuviera ahí pero mi corazón quiere creer en algo más que simplemente el presente.

Cada noche, cuando cerraba los ojos, la imagen de mi familia asaltaba mis pensamientos. La risa de mi hermana pequeña, la mirada amorosa de mi madre y la firmeza protectora de mi padre. Sin embargo, la realidad me dijo que los había visto morir. ¿O fue una ilusión creada por mi propia mente para protegerme del dolor?

Mientras estaba inmerso en mis pensamientos mi padre aprovechó un pequeño margen de error en mi ataque y me arrojó al suelo.

Padre de Samantha: Si te distraes, tendrás que hacer el doble de ejercicios Sam.

Samantha: ah...

Padre de Samantha: ¿Por qué estás tan distraído?

Samantha: No es nada... Ahora pelearé en serio...

Padre de Samantha: Será mejor que lo hagas.

Después de que retrocedió varios pasos, me levanté. Para ser honesto, era imposible concentrarme, esto es un sueño, entonces, ¿dónde está mi cuerpo real? ¿Me morí? Ahhg... mi cabeza iba a explotar de tanto pensar, ya me dolía.

Para despejar un poco mi cabeza decidí dejar la mente en blanco y concentrarme en la pelea, tal vez un poco de ejercicio imaginario o real me haga pensar mejor.

Se sintió un poco extraño recuperar mi mano a pesar de que la había perdido, se sentía como si estuviera un poco oxidada.

Después de concentrar mi respiración, adopté mi postura, nuestra familia era especialista en ser espadachines, lo han sido durante generaciones, éramos una de las familias más fuertes de la raza elfa, normalmente un cabeza de familia dura demasiados años. Los elfos viven cientos de años, sin embargo siempre cultivan a los jóvenes para cuando llegue el momento.

Mi padre no fue la excepción, era conocido como El Maestro de la Espada desde su juventud, había sido uno de los espadachines más fuertes de la familia en generaciones.

Derrotarlo no iba a ser fácil, tendría que dar todo lo que tenía para siquiera tocarlo.

Después de tener lista mi concentración, ataqué lo más rápido que pude, sin embargo él lo bloqueó sin ningún problema.

Padre de Samantha: Ohh... No sabía que habías crecido tanto en fuerza Sam, deberías pelear en serio más seguido, supongo que has estado entrenando en secreto, a ver si puedes entretenerme un poco.

Me sentí un poco feliz cuando me dijo eso.

Padre de Samantha: Ahora pelearé un poco más en serio.

Apenas terminó de decir eso y ya estaba frente a mí, ¿¡qué!? Era imposible igualar esa velocidad, apenas podía percibirla con mi vista, usé mi instinto para detectarla, en menos de unos ataques logró lastimarme mucho.

Tan pronto como logré bloquear uno de sus ataques con firmeza me alejé debido a la fuerza de su impacto, como pensé, sigue siendo tan rápido como lo recordaba, sin embargo siento que mi fuerza es diferente a cuando tenía esta edad. . . ¿Puede mi verdadera fuerza entrar en un sueño? ¿O será un efecto de mi entrenamiento? Quizás... no es eso, mi experiencia es diferente a cuando tenía esta edad.

La Brecha Entre Los MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora