Hace 10 años, en el mundo empezaron a abrirse varias brechas en todo el cielo. De estas brechas empezaron a surgir magos, personas que tenían la capacidad de utilizar la magia. Estos magos empezaron a matar y exterminar a todas las personas del mund...
Antes de darme cuenta, todo estaba sumido en una oscuridad absoluta. ¿Dónde estoy...? Intenté moverme, pero algo me aplastaba, impidiéndome cualquier movimiento. No podía ver nada, solo sentir la opresión de lo que sea que me tenía atrapada.
Luché durante un tiempo que pareció interminable, tratando de liberarme, pero mis esfuerzos fueron en vano. Justo cuando estaba a punto de rendirme, una voz susurrante y oscura rompió el silencio.
Desconocida: Sal de una vez...
De repente, una oleada de poder recorrió mi cuerpo. Con toda mi fuerza, logré salir a la superficie, jadeando y temblando. Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba entender qué había sucedido. Miré a mi alrededor, tratando de calmarme... ¿Qué era este lugar? Solo podía ver ruinas y escombros esparcidos por todas partes junto a muchos cuerpos. Mis recuerdos eran fragmentarios y confusos.
¿Cómo demonios había terminado bajo estos escombros?
Mi armadura estaba destrozada, apenas cubriéndome. Solo me quedaban unas pocas ropas hechas jirones. Era de noche, y el suelo estaba cubierto de charcos por todas partes; debía haber llovido recientemente. Me enderecé como pude y empecé a explorar las ruinas. A medida que avanzaba, las reconocí. Esto era el campamento. ¿Cómo había terminado así? El Hechicero... ¿Nos había derrotado al final?
Mientras mis pensamientos vagaban, la voz susurrante y oscura volvió a resonar.
Desconocida: Jajaja... No te enteras de nada, Sam.
Miré a mi alrededor, buscando a su dueño, pero no vi a nadie.
Samantha: ¿Quién eres? ¿Dónde estás?
Grité, con una mezcla de furia y miedo. Intenté desenvainar mi espada, pero no estaba en su lugar. Con rapidez, tomé una de las manos de un cadáver cercano.
Desconocida: Hace tiempo que no nos veíamos, mi querida Sam.
Algo se movió en el rabillo de mi ojo. Me giré, pero nuevamente, no había nadie.
Desconocida: Ese molesto sello sí que es fuerte.
¿Sello? ¿De qué estaba hablando?
Samantha: Te lo preguntaré una vez más, ¿Quién eres?
Insistí, mi voz temblaba de frustración y desconfianza.
Desconocida: Mmm... Ya veo. No te preocupes, con el tiempo lo sabrás. Por ahora, gozaré de esta poca libertad.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Me giré bruscamente y la vi. Era una mujer, pero al instante en que la miré, su figura comenzó a distorsionarse, creando ilusiones que danzaban a su alrededor, desdibujando la realidad.
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La desconocida susurró suavemente, con una voz oscura que parecía deslizarse por mi piel como una serpiente.
Desconocida: ¿Qué pasa? ¿Acaso tengo algo en mi rostro, Sam?
