Capítulo 22

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Las siguientes semanas de la vida de Felix estuvieron entre las más felices de su vida. Durante el día flotaba en una nube de felicidad, luciendo la inalterable sonrisa de una persona que ama y es amada. Su vida con Hyunjin se desarrollaba en una cómoda rutina. Tomaban todas sus comidas juntos — aunque la mayoría tuvieron que ser subidas a su cuarto en una bandeja. Daban un paseo cada tarde, tomando una ruta diferente cada vez, y Westonbirt era lo suficientemente grande como para que después de tres semanas Felix todavía no lo conociera por completo. Cada tarde después de la cena, holgazaneaban en su nueva salita, leyendo o jugando al ajedrez, o simplemente disfrutando de su mutua compañía.

Y sus noches, por supuesto, no quedaron únicamente reservadas para dormir.

Felix pronto aprendió a hacer un buen uso del tiempo que no pasaba con Hyunjin. Él tenía numerosos negocios que requerían de su atención, y a menudo pasaba bastante tiempo en su estudio revisando cartas y documentos urgentes. También, poseía otras cuatro fincas además de Westonbirt que necesitaban cuidadosa dirección, y a Hyunjin no le gustaba dejar todos los detalles de las mismas en manos de sus administradores.

Sus arrendatarios merecían algo más que un propietario ausente, y él tenía libros y libros de cuentas con los cuales trataba de mantenerse al corriente de sus progresos y necesidades.

Así que mientras Hyunjin estaba ocupado con todo su trabajo, Felix comenzó la tarea de llegar a conocer su nueva casa. Su primer proyecto fue ordenar el traslado de la cama del dormitorio de la duquesa. Un rápido viaje a Londres para visitar a su familia y varias tiendas de muebles hizo que su nueva sala quedara redecorada en un tiempo récord. Después se embarcó en el aprendizaje del manejo de la ancestral residencia Hwang.

Una vez familiarizada con todo el servicio, empleó un tiempo suplementario con los criados de más alto rango, haciéndoles preguntas sobre el funcionamiento de la mansión. Sus reuniones fueron doblemente acertadas, ya que además de aprender más sobre el día a día de Westonbirt, desarrolló una relación de confianza con los criados. Ellos apreciaron su interés por su bienestar y se sintieron adulados de que se molestara en pedirles consejo sobre su nuevo papel como señor de Westonbirt.

Pero uno no podía pasar todo su tiempo redecorando y entrevistando a los criados, y pronto Felix se encontró con que tenía poco que hacer.

El eficiente personal hacia que el día a día de la mansión funcionara como un mecanismo de relojería, y requería muy poca intervención por su parte. Así que una mañana, aproximadamente unas tres semanas después de su boda, tomó la iniciativa y llamó a la puerta del estudio de Hyunjin.

-Adelante-.

Felix asomó la cabeza por la puerta. -¿Te molesto?-.

Hyunjin puso los papeles que había estado leyendo sobre el escritorio. -No, en absoluto. ¿Es la hora de comer ya?-.

Felix negó con la cabeza.

Hyunjin echó un vistazo por la ventana. -Hace un día estupendo. ¿Le decimos a la señora Goode que nos preparen un picnic? -.

-Sería encantador, gracias, pero, en realidad, solamente pensé en venir a ver lo que estabas haciendo. ¿Qué son esos papeles que estabas leyendo?-

Hyunjin elevó las cejas ante su inesperado interés. -Son sobre una participación que poseo en una plantación de azúcar en el Caribe-.

-Oh. ¿Puedo verlos?-

-Por supuesto-. Se los ofreció. -Pero no creo que los encuentres muy interesantes. Además, están en francés-.

Felix recogió los papeles y los leyó. Su francés no era tan bueno como el de Hyunjin, pero si lo suficiente como para hacerse una idea general de lo que contenían las cartas del gerente de plantación. Una mal temporada había causado una cosecha pobre. Hyunjin probablemente no renovaría su inversión para otro año. Él le devolvió los papeles.

Passion Splendide -Hyunlix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora