La vida en la casa del Dragón

Capítulo 5

Días interesantes

Las hermanas Targaryen entraron al salón y atrajeron las miradas, nadie podía negar que se veían hermosas, además de que entraron juntas, tomadas de la mano.

Caminaron a la mesa de la familia real, Rhaenyra se sentó sin saludar y Visenya hizo como que tropezaba y "accidentalmente" derramo la copa de Otto sobre la mesa manchándolo en el proceso.

- lo lamento mi lord - comentó con falso arrepentimiento.
- no se preocupe princesa - dice levantándose claramente enojado.

Fui a sentarme a mi lugar correspondiente, ví a Rhaenyra conteniendo la risa en una sonrisa disimulada, me sirvieron jugo ya que al ser menor no podía beber vino.

Estaba platicando muy alegremente con Nyra, hablábamos y saludábamos a los Lores que se acercaban para mostrar sus respetos.

Minutos después entró mi padre y todos se levantaron, incluidas nosotras.

- mis hijas, se ven hermosas - alaga dejando un beso en la mejilla de cada una.
- gracias majestad - respondo sería volviendo a sentarme.

Iba a hablar pero las puertas se abrieron dando paso a Alicent Hightower, mi padre me miro cuando no me levanté.

- princesas - saluda acercándose.
- mi reina - saluda Nyra sería.

Yo solo sonreí cínicamente y regrese mi vista al salón, este estaba decorado con los colores rojo y negro de los Targaryen.

Alicent se sentó derrotada al igual que todos los demás, mi padre me miro mal pero igual no dijo nada, sonreí triunfal.

Ya había pasado la ceremonia por lo que estábamos en la celebración, llevaba horas sentada, mi padre estaba tan cansado que no quiso levantarse a bailar por lo tanto Alicent se quedó sentada toda la celebración.

- princesa Visenya, me concedería el honor de bailar conmigo - pregunta un Lord.
- claro - digo aburrida.

Me levanté y al pasar detrás de Alicent me acerqué un poco.

- disfruta este día, porque a partir de hoy haré de tu vida un infierno - susurro solo para que ella escuche.

Me acerqué al Lord para bailar, al voltear a la mesa pude ver que ella se veía nerviosa y triste, eso me hizo sonreír.

Baile con varias personas más, hasta que termine cansada y regrese a sentarme.

- hija - me llama mi padre.
- mande - respondo sin mirarlo.
- te estás divirtiendo - pregunta tomando mi mano con cariño.
- no, de hecho ya me aburrí, puedo retirarme majestad - pregunto apartando mi mano.
- no aún falta mucho - explica cansado.
- yo estoy agotada, además que ya no deseo permanecer aquí - comentó firme.
- bien, pero mañana quiero que comiences a ayudarme de nuevo con mi maqueta - pide.
- lo lamentó pero tengo clases con mi Septa y lecciones de espada con Ser Nick - informó.

Sin más me levanto y salgo del salón, estaba abrumada y agotada, odiaba eso así que ya en mis aposentos pude llorar en silencio.

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Ya habían pasado muchos meses de la boda, mañana sería mi Onomástico 14 y para ser sincera no estaba emociona, mi padre junto a mi hermana habían organizado una celebración para mi.

Ahora estaba junto a mi hermana mirando un vestido regalo de Alicent, ella quería que lo usara en la celebración y yo me negaba.

- vamos hermana póntelo - pide Nyra.
- no usaré nada que me haya dado ella, primero muerta - sentencio dejando el vestido.
- solo vas a medirte lo, puedes decir después que no te quedó - trata de convencerme.
- ni hablar - me niego lanzando el vestido al fondo del armario.
- hermana, no quieres hacer enojar a papá verdad - comenta.
- es mi onomástico, no puede decirme nada, además sabe que no lo usaré - alego firme.
- bueno, has lo que quieras - se rinde y sale de mis aposentos.