Capitulo 4

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promesas rotas

Un año había pasado ya, Visenya se encontraba preparándose para ir con su padre y hermana.

- aquí estoy - llegue casi corriendo.
- hijas, tenemos que hablar - dice papá.

Padre nos explicó qué el consejo le presionaba para tomar una nueva esposa, ya que el reino necesitaba una reina.

Ambas lo entendimos y le dijimos que estábamos de acuerdo y que aceptaríamos su decisión sin problemas.

Ahora me encontraba entrenado, me había negado a ir con Rhaenyra y Rhaenys para ver el cortejo de mi padre con Laena Velaryon.

- princesa, está muy distraída hoy - comenta el Ser que me entrenaba.
- lo siento, saber que mi padre se casará me tiene mal - confieso.
- bueno, solo recuerde que él tiene un deber, al igual que usted y su hermana - dice y deja la espada de madera.
- cambiaras de espada hoy - pregunto confundida.
- ambos, tenga - me da una espada normal.
- crees que estoy lista - tomó la espada.
- si, debe acostumbrarse al peso, además esta hará que tenga más cuidado al manejarla y al atacar - explica.

Estuve practicando toda la tarde, ya por la noche me encontraba tomando un baño, estaba agotada y eso me relajaba.

- hermana - me llama Rhaenyra entrando.
- si, hermana - pregunto.
- creí que podríamos cenar junto a padre esta noche - menciona acercándose.
- suena bien - acepto mirándola.
- porque entrenas con una espada, eso no es de una princesa - me regaña.
- es divertido, además alguien tiene que saber defenderse cuando estemos solas - digo.
- Nya, eso es peligroso, qué tal si te lastimas, deberías dejar de hacerlo - dice preocupada.
- Nyra, es mi vida, se que quieres cuidarme pero ya no soy una niña, puedo hacerlo yo sola, además Ser Nick se asegura de que no salga lastimada en los entrenamientos - aseguro.
- bien, no tardes ya pedí que preparen la cena y papá ya está enterado - avisa y se va.

Me cambie y decidí dejar mi cabello suelto, fui a los aposentos de padre, ahí cenaríamos.

- hola - saludó al entrar.
- hija, siéntate ven - dice mi padre.

Me acerqué y dejé un beso en su frente al igual que con mi hermana, luego me senté.

- y que te pareció Lady Laena - pregunto después de un rato.
- es una niña encantadora - responde simple.
- y a ti hermana, que te pareció su madre la princesa Rhaenys - miro a Rhaenyra.
- es una mujer excepcional, digna del apellido Targaryen - comenta algo sería.
- Visenya, hija creo que ya es hora de que busques un esposo - comenta mi padre.
- papá, apenas cumpliré 14, no crees que es muy pronto - me niego.
- no, Rhaenyra ya está buscando un hombre digno para ella, tú deberás hacer lo mismo si no quieres que lo escoja yo - demanda.
- padre, yo creo que deberías esperar a que al menos cumpla 15 - interviene Rhaenyra.
- recomiendo que empieces a buscar opciones, antes de que cumplas 17 ya debes estar comprometida - dice mi padre firme.
- provecho - digo levantándome de la mesa.
- hermana no terminarás de comer - pregunta Rhaenyra.
- no, se me ha quitado el hambre - respondo.

Salí de los aposentos del rey y regrese a los míos, estaba enojada, yo aún era joven y no quería casarme con nadie.

- princesa, está bien - pregunta Maria.
- mi padre quiere que busque un esposo, debo estar comprometida antes de cumplir 17 - le respondo furiosa.

Me acerqué a mi armario y saqué mi traje de montar, rápidamente me deshice del vestido y me puse el traje, ate mi cabello en una trenza y salí de mis aposentos.

Subí a mi caballo y cabalgue hasta pozo dragón, llame a Canibal y luego subí a el.

Amaba volar en Canibal, me daba una paz inexplicable y me hacía sentir mejor.

La vida en la casa del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora