Capitulo 7

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Emociones intensas

- papá, de verdad no te interesa donde puede estar Rhaenyra - me quejo.
- ya han ido a buscarla varios guardias, seguro pronto llegará - asegura bebiendo.
- te sientes bien - me acercó y le quito la copa y la jarra de vino.
- no, estoy cansado pero debo seguir aquí así que déjame tranquilo - me quita la jarra y la copa para beber de nuevo.
- papá, es mejor que descanses un poco vamos anda - le ayudó a levantarse y lo acompaño afuera, donde estaban todos.
- aquí, me quedaré aquí - dice sentándose en una de las mesas de afuera.
- me quedó contigo - aseguró acomodándome a su lado.
- hija mía, ve a dormir, ya es tarde - asegura.
- no, me quedare contigo - digo firme.

Rhaenyra llegó junto a unos guardias así que pude descansar tranquila.

Después de unas horas mi padre me pidió ir a la tienda donde dormiría con Aegon, así que tome al bebé y me fui para acomodarlo.

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Días después ya estábamos en casa, yo cuidaba a Aegon mientras Alicent estaba dando a luz.

- es una niña alteza - dice Maria.
- genial, cómo está - pregunto alzando a Aegon para ir a los aposentos de la reina.
- ambas se encuentran fuera de peligro - asegura.

Al llegar padre recibió a Aegon y me dio a la pequeña princesa.

- cómo se llamará - pregunto meciéndola.
- Helaena - responde Alicent.
- es un lindo nombre - comentó acariciando el rostro de la bebe.
- hija, a ella también te gustaría darle su primer vuelo en Canibal como con Aegon - pregunta papá bajando a Aegon al piso.
- claro, será un placer - aseguró acariciando el cabello de Aegon que se acercó a mi.

Días después me encontraba con Rhaenyra sentada en bastión de tormentas para encontrar a un esposo para ella.

Yo estaba aburrida, Rhaenyra estaba rechazando a cada persona que se le ponía enfrente, incluso los insultaba sutilmente.

- yo me largo - declaró levantándose.
- hermana, aún faltan muchos - digo cansada.
- da igual, nos vamos - camino detrás de ella.

Nos volteamos asustadas cuando empieza una pelea de los pretendientes, que termina con uno muerto.

- no miren princesas - Ser Criston tapa la vista desagradable.
- vamos Rhaenyra - tomó su mano y la hago caminar más rápido.

Cuando el barco estuvo listo regresamos a la fortaleza roja, ya que padre no nos permitió ir en nuestros dragones.

- en Canibal y Syrax llegaríamos más rápido que en esta cosa - comento aburrida.
- es tu culpa que ya no nos deje partir en nuestros dragones - acusa Nyra.
- ese es Caraxes - pregunto sorprendida al verlo casi voltear el barco.

Ante el movimiento brusco me sostengo del borde pero Nyra se alcanza a golpear.

- hermana, estás bien - pregunto ayudándola a levantarse.
- si - responde mirando por donde se fue el dragón.

Cuando aterrizamos de inmediato subimos al carruaje y cuando llegamos a casa fuimos directamente a la sala del trono.

Al entrar ya había mucha gente, mi hermana se mezclo entre la gente pero yo no pude y mi padre alcanzó a verme.

Me hizo una señal para que me acercara a el rápido, así que corrí y me puse detrás de él.

Ellos estaban hablando pero yo sentía su mirada en mi de vez en cuando, Daemon se veía muy apuesto con el cabello corto debía admitirlo, además se veía más fuerte.

La vida en la casa del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora