Capituló 10

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Días felices

Habían pasado ya 10 años desde la boda de Rhaenyra, a mi me habían casado meses después con otro Lord de una casa menor.

Tenía un hijo de 6 años con el, al que nombre Baelon como mi abuelo, lamentablemente mi esposo murió cuando nuestro hijo cumplió 3 años, debido a una enfermedad.

Aunque no lo ame, me llevaba bien con el, éramos amigos y estábamos felices, hasta que enfermo y de apoco fue perdiendo la vida a causa de esa enfermedad.

- princesa, su hermana ya a dado a luz, es un hermoso niño - informa María.
- gracias Mar - me levanto y voy en su búsqueda.

Entre a sus aposentos y me acerqué a ella.

- Nyra, hermana felicidades - hablo abrazándola.
- gracias - responde agotada.
- como te sientes - la examino con la mirada.
- cansada, pero a valido la pena - asegura meciendo a su bebé.
- es hermoso - comentó acariciando la mejilla del pequeño con cuidado.

Una doncella entró y nos informó que la reina pedía que el bebé fuera presentado a ella, cuando vi las intenciones de Rhaenyra de levantarse la detuve.

- si la reina quiere ver al bebé que venga ella, ni él ni mi hermana saldrán de esta habitación queda claro - ordenó a la doncella.
- pero la reina - dice tímida.
- me importa poco lo que ella quiera, que deje descansar a mi hermana - digo firme.

La doncella sale nerviosa, yo volví a sentarme y ella me pasó al bebé, lo acomodé en mis brazos mientras lo mecía para dormirlo.

- gracias - habla después de un rato.
- siempre voy a protegerte hermana - aseguro regresándole a su hijo.

Poco después entro Laenor emocionado y cargo al bebé, yo reí y ayude a mi hermana a acomodarse mejor, podo después entro Harwin junto a los dos niños mayores de Nyra.

- Tia - saludan ambos niños abrazándome.
- mocosos - sonrío revolviendo sus cabellos.
- mira lo que le hemos traído - menciona Luke emocionado señalando una urna.
- lo escogimos los dos - le sigue Jace.
- es muy lindo - sonrío.

Laenor se llevó a los niños y yo decidí irme para darles privacidad a ella y a Harwin.

Cuando iba a llegar a mis aposentos fui interceptada por Helaena que venía con mi hijo Baelon de la mano.

- Hela, cómo estás - pregunto acariciando su mejilla con cuidado.
- bien, traje a Baelon - responde señalando a mi hijo.
- gracias preciosa, quieres entrar - pregunto cargando a mi hijo.

Asiente y los tres entramos a mi cuarto.

- tengo un nuevo ciempiés - menciona mostrándome a su animalito.
- es muy lindo, ven siéntate - recorro una silla y ella se sienta.
- Maria, puedes traernos pasteles y jugo por favor - pido sentándome junto a ella.
- para que el dragón pueda triunfar, dos vidas deberán de terminar - susurra jugando con su animal distraídamente.
- Hela, iré pronto al norte te gustaría acompañarme - pregunto.
- a que iras al norte - pregunta curiosa.
- padre me pidió ir para ayudarles con unos problemas que tienen - respondo ayudando a mi hijo a sentarse.
- no se si madre quiera - responde sería.
- yo me encargo de ella, no te preocupes hermosa - aseguro sonriéndole.

Habían pasado unas horas, Aemond mi hermano menor entro llorando y lleno de ceniza y polvo.

- lo a hecho otra vez - susurra Helaena.
- princesa, usted pidió que lo trajéramos si volvía a entrar a pozo dragón - informa Ser Nick que traía a Aemond.
- pequeño, creí que habíamos quedado en un acuerdo - me levanto para ir a su encuentro.
- me dieron un cerdo, le pusieron alas - cuenta llorando.
- quienes - digo y me acercó a abrazarlo.
- Aegon, Lucerys y Jacaerys - responde aferrándose a mi cintura.
- cariño, te prometo que tendrás un dragón, solo dame tiempo - limpio sus lágrimas.
- pero tendrá que cerrar un ojo - habla Helaena jugando con Baelon.
- me humillaron - dice Aemond triste.
- quédate aquí - pido y salgo de mis aposentos.

La vida en la casa del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora