Capítulo 7

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Soltó un suspiro y relajó los hombros. Estaba agotada, había sido un día cansado para su adolorida espalda y sus manos cada vez se hacían más frías al estar todo el día en agua. Avanza hasta la habitación. Entonces encuentra la luz de la lámpara encendida, como siempre.

Jennie acostumbra a dejar esa luz encendida cuando sabe que Lisa llegara tarde, una mañana se lo confesó. Se sentó en la cama, viendo ese bulto bajo las sábanas removerse un poco, haciendo que su rostro se descubra y deje a Lisa admirar sus delicadas facciones.

Admiración que duró poco. Una ventisca acarició la piel de su descubierta espalda y frunce el entrecejo, gira para confirmar lo que creía cierto, la ventana estaba abierta hasta la mitad. Se levantó y rápidamente la cerró. Suspiró esperando que el frío viento no perjudique a Jennie.

Vuelve a la cama y se coloca sus respectivas prendas para dormir, abriendo las sábanas y metiéndose en ellas. Siente el cuerpo a su lado moverse, abre los ojos dándose cuenta de que los luceros marrones de Jennie la observan nerviosos. Gira su cuerpo de costado apoyándose en su antebrazo y codo izquierdos. Sus ojos se conectan con intensidad y sus miradas parecen mezclarse.

Lisa siente tanta curiosidad por la menor, por sus ojos tan... Tan únicos.

ㅡ¿Ella fue tu novia, cierto?

Pudo sentir la inseguridad en esas palabras. De pronto, las palabras de Jackson se instalaron en su cabeza, su corazón latió desesperado en su pecho. No respondió, pero su expresión le dijo mucho a Jennie quien asintió cansada, tapando más su rostro con las sábanas.

ㅡ¿Lo arruiné?

La temblorosa voz de la menor mandó preocupación por cada célula de su cuerpo.

Negó. ㅡNo digas eso.

Jennie la miró confundida. ㅡSe que solo estás aquí por querer hacerte responsable del bebé.

Lisa no dijo nada, retiró los mechones largos del rostro de la menor.

ㅡ¿No es así? ㅡEsperaba su confirmación.

Manobal asintió con cuidado, no podía mentirle, aunque ella ya sabía la respuesta. Pero las palabras de su primo se incrustaron en su cabeza.

¿Quería dejar a Jennie?

ㅡNo podría dejarte.

Jennie abrió sus ojos marrones con asombro. Su pecho hizo cosquillas. Y como nunca antes Lisa elevó la comisura de sus labios levemente, Jennie sintiéndose tan afortunada de presenciarlo y un sonrojo cubre sus mejillas. Pero entonces recordar a Lisa darle una sonrisa diez veces más grande a aquella mesera hizo que apartara la vista rápidamente.

Lisa la miró confundida. Ella no entendía.

Jennie tampoco se entendía. Tenía sentimientos muy confusos.

El silencio incómodo se hizo presente, al menos hasta que la rubia habló. ㅡGracias. ㅡDijo bajito.

La menor sentía que lo decía como si fuera un secreto. ㅡSabes que no podría dejarte sin tu almuerzo. Tu salud es importante. ㅡSu dulce voz reconfortó lo oídos ajenos.

ㅡNo vuelvas a salir de casa sola, tu salud es aún más importante.  ㅡDijo con su voz ronca, quizás por el sueño, dirigiendo su vista hacia donde el abultadito vientre de Jennie se lograba marcar un poco en las sábanas gruesas.

ㅡEntiendo, Lisa... ㅡDijo acariciando sus propios mechones de cabello, suspirando con el sueño tomando su cuerpo. ㅡEntonces mañana deberás acompañarme a que revisen al bebé, ¿Irías conmigo?

Jennie sintió a Lisa tensarse por unos momentos para de pocos en pocos irse relajando. La mayor hizo un pequeño ruidito de afirmación en respuesta a su pregunta.

ㅡMañana comienza mi descanso. ㅡMencionó.

ㅡPensé que tu descanso no sería hasta dentro de una semana.

ㅡMe lo adelantaron.

ㅡQué bueno, al menos así tu espalda puede descansar. Sé que últimamente te ha estado doliendo mucho. ㅡJennie sonrió sólo para Lisa, como siempre lo hace.

Porque Jennie es como el sol, y aunque Lisa sea como el planeta más alejado y frío del sistema solar, Jennie sólo giraba alrededor de Lisa, lo que  tan gracioso porque tendría que ser al revés.

Completamente sin sentido. Pero así era su relación.

ㅡPodríamos hacer esto más seguido.

Lisa volvió a acostarse, esta vez un poco más cerca del cuerpo contrario.

ㅡPodríamos hablar así, por las noches, más seguido. ㅡDijo en medio de un bostezo.

La mayor la miró por unos segundos para luego asentir, escondiendo su rostro en la almohada.

Jennie cerró sus ojos lentamente, para luego abrirlos al darse cuenta de que olvidaba algo.

ㅡLa cita es a las diez de la mañana, Lisa. ㅡDijo adormilada. ㅡNo nos vayamos a quedar dormidas... ㅡBostezó.

Lisa soltó una pequeña risa nasal. Jennie era muy tierna en ese estado.

ㅡDuerme.

Aunque la rubia no la viera, Jennie asintió y posó sus manos en su vientre, cerrando sus ojitos para al fin dormir. Vaya día que le esperaba.

 Vaya día que le esperaba

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Desire of love | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora