Trató de controlar su cuerpo y mente temblorosos. Debo decirle todo lo que descubrí en su ausencia por las noches, se dijo a sí misma.
ㅡPor favor.
ㅡ¿Sobre qué? ㅡdijo limpiando su rostro con cierta brusquedad, más unas fuertes manos sujetaron sus muñecas parando la acción.
ㅡSobre nosotras ㅡbajó las manos de la menor, y ella con sus pulgares limpió delicadamente todo rastro de lágrimas en su rostro.
Sus ojos lograron conectarse.
ㅡHe hecho algo mal y sé que debemos hablar, ¿podrías decirme como te sientes para que te distanciaras de esta forma? Necesito saber ㅡsusurró decidida, necesitaba ser madura y ser responsable por sus actosㅡ déjame entenderte mejor, Jennie.
Sus ojos lograban suplicar con devoción que necesita su calor por las noches. Esos ojos lograban suplicar que necesitaba su cercanía. Sus labios se torcieron, cerró los ojos luciendo derrotada y pegó la frente en el pecho de la mujer.
ㅡNo puedo... ㅡsollozó.
Lisa guardó silencio y con una mano elevó el rostro de la menor, que una vez más era cubierto por lágrimas amargas.
ㅡEntiendo que para ti sea difícil confiarme esto, pero te suplico que me dejes saber que pasa contigo... con nosotras. ㅡY un sonido lastimero resonó en la habitación, cuando las manos temblorosas de Lisa se posaron en su vientre, donde sus bebés crecían sanas y fuertes.
La primera vez que lo hacía.
ㅡ¿Hay un nosotras?
Sus rodillas parecieron debilitarse cuando observó una discreta sonrisa en los labios de Lisa, ¿esa era su respuesta? Estaba enamorada, y eso o era muy bueno o muy malo para ella. No lograba decidirse.
ㅡLisa... traicionaste el respeto que había entre nosotras... ㅡsoltó un jadeo lastimero cuando esos ojos de Lisa parecieron enamorarla aún másㅡ Deja de hacerme esto, por favor... ㅡaferró sus manos a la blusa de la rubiaㅡ Deja de cuidarme como lo haces, para luego rechazarnos ㅡdijo refiriéndose a su embarazoㅡ No lo hagas porque tampoco es algo que yo haya querido o esperado, pero sucedió, ¿cuándo lo aceptaras, Lisa? ㅡsollozó, sus mejillas siendo tomadas con suavidad por las grandes manos de la rubia. ㅡ¿Cuando? Ya me estoy hartando de esperar algo que... ㅡno dijo nada más.
Los ojos miel que la miraban con un sentimiento tan emotivo pasaron a cerrarse cuando las lágrimas la atacaron, y posó su frente en el hombro de la menor.
ㅡPerdón... ㅡun pequeño sollozo se llevó el aire de la menorㅡ No debí traicionar el respeto que nos teníamos con ese beso, yo lo siento tanto, Jennie. Te he hecho sufrir estos días, ¿No es así? Debería aceptar de una vez por todas que las cosas no volverán a lo de antes para mí... ni para ti.
Lisa estaba dejando su orgullo completamente de lado, aceptando su error en voz alta y frente a la persona más importante en su vida.
ㅡYo acepté que no te dejaría sola cuando me confesaste del embarazo, pero estos meses lo único que hice fue echarte la culpa inconscientemente de que mi vida no sea como la esperé.
Se arrepiente completamente.
ㅡPerdóname por actuar como una niña asustada, pero me tienes tan mal siendo tan tú que me da miedo lo que siento por ti. Eso lo he entendido estos días sin poder observar tus lindos ojos. L-lo siento tanto, Jennie... tanto que debo aceptar que me gustas, porque, carajo, me gustas. Me gustas desde la primera vez que te vi en esa fiesta hasta el día de hoy.
Y lo impensable pasó. Lisa Manobal rompió en llanto entre los brazos de Jennie, que acariciaba su cabello y la sentaba en la cama para ambas llorar en silencio.
ㅡSiento mucho tardar tanto en darme cuenta. Soy una mala mujer.
ㅡNo, no lo eres ㅡla mayor se separó y buscó los ojos de la menor. ㅡ¿Sabes? Yo tampoco nunca había pasado por algo así, Lisa ㅡuna pequeña mano acarició su mejilla empapadaㅡ pero para ti desde el momento en el que te vi, supe lo sentía hacia ti. Y sé que tu hace mucho lo sabías, ¿no? Solo que lo negabas.
Lisa sólo asintió despacio.
Acarició su mejilla y con ella una lágrima perdida. ㅡLisa, a pesar de todo soy una persona que cree en las segundas oportunidades. Yo te quiero dar otra oportunidad y hacer las cosas bien, pero Lisa, ¿tú te la mereces?
Sus ojos no pudieron separarse, sus latidos corrían al mismo ritmo contra sus pechos, y los sentimientos eran más claros. No estaba segura de si merecía su perdón, pero no pensaba alejarse de la joven. No ahora.
ㅡNo quiero dejarte ir nunca más, pero, aunque te repita mil veces lo mucho que significas para mí la que tiene la última palabra eres tú. La decisión es tuya, ¿me la merezco?
Ambas manos en sus mejillas, sus miradas conectadas y una pequeña sonrisa surcó esos rellenitos labios. El miedo recorrió a Lisa cuando no supo cómo interpretar esa sonrisa, pero el momento en el que unos labios suaves y calientes se juntaron con los suyos disiparon todo pensamiento o confusión en ella.
El sentimiento de sentirse llena y plena del corazón la hicieron pegar aún más sus labios a los contrarios que, en pocos segundos, se le hicieron tan adictivos.
Rodeó con sus brazos la cintura de la menor y la apegó a ella sin presionar demasiado su abultado vientre, ladeando el rostro y tornando el beso más profundo, lento y dulce. Hasta que Jennie se despegó tan sólo unos milímetros, con la respiración agitada y las mejillas calientes.
ㅡ¿Es un sí?
Una pequeña y suave risa acarició sus oídos, haciéndola sonreír grande y resplandeciente. El pecho de Jennie se calentó. Era la sonrisa más grande y hermosa que había visto en ella. Sus ojos haciéndose más pequeños, con ligeras arrugas a sus costados, enseñando los dientes y sus pómulos siendo inevitables de admirar, luciendo un color rojizo.
Era un momento único y esa sonrisa era dedicada sólo a ella. Sólo por ella.
ㅡLo es, Lisa.
Su nombre saliendo de los labios esponjosos e hinchados de Jennie, con sus bonitos ojos marrones y las mejillas encendidas, hicieron su corazón ir rápido.
Antes se habría enfadado por eso, pero hoy no. No con un ser tan hermoso como Kim Jennie, con quién formará una familia.
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