Capítulo 6

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Jennie baja del autobús sobando su ligeramente abultada pancita. No alza la mirada y sujeta con firmeza la bolsa donde lleva la comida que a Lisa se le olvidó en casa. Se siente intimidada. Siente miradas juzgando su pequeño ser, juzgando al bebé dentro de su vientre. Nunca antes había salido de casa sin Lisa, precisamente porque tenía miedo de que las personas la miraran de la forma en que ahora lo hacen.

Jennie sabía que las chicas como ella, que albergar vida dentro suyo a temprana edad no eran muy bien vistas.

Jennie sabe que hay personas que no la miran con pena o desagrado, que la miran como cualquier joven de su edad. A su mente llega la madre de Lisa que la cuida y aprecia tanto que siempre está visitándola para no pasar días aburridos en su pequeño departamento.

Jennie no tiene amigos. Chitthip es considerada para ella como su única amiga, su confidente. Le tiene una confianza inmensa, lo que no pasa con Lisa, al menos no hasta el punto con el que siente con Chitthip.

Con Lisa siente mariposas atrapadas en su pecho cada que la mira o la cuida, sí, pero no existe la confianza suficiente como para que le diga sus miedos o sus gustos más a fondo.

Da la vuelta a la esquina y observa el bonito local donde Lisa trabaja.

Siente cosquillas en su pecho con imaginarse esos bellos ojos azules sobre los suyos marrones, de su boca saliendo un Gracias y con cuidado luego embarcarla en el autobús que la llevaría de vuelta a casa.

Jennie la conocía bien. Aunque Lisa fuera fría y seria, manteniendo esa distancia y su expresión neutra, la trataba con cuidado y la protegía. Después de todo, creía que se había ganado un poco del cariño de la rubia.

Eso quería pensar, aunque quizás supiera que la realidad de esos comportamientos era por obligación. Ahora suspira, su embarazo era delicado según le dijo el Doctor hace unas semanas, y que debía tener cuidado y no salir de casa, pero no podía dejar a Lisa sin su almuerzo.

Por el ventanal que le permitía ver hacia dentro del restaurante aún no abierto, pudo ver la sonrisa de Lisa mientras limpiaba el lugar. Se veía tan bonita, sus blancos dientes y sus pómulos resaltando.

Pero había un detalle. No le sonreía a ella.

De pronto las cosquillas en su pecho desaparecieron, en su lugar una punzada la atacó.

Jennie era tan nueva en estas cosas. Jennie no sabía nada sobre el amor.

Lisa llegaba a poner las dudas, inseguridades y sentimientos nuevos en su corazón. Quizás por eso estaba cayendo por Lisa, porque le enseñaba emociones y sentimientos que ella siempre quiso comprender y que ahora se instalan en su corazón. Lamentablemente poco a poco rompiendo la barreras y algodones que sus padres sembraron en ella.

Y lo hacía de forma dolorosa.

ㅡOh... ㅡDijo más bajo que un susurro.

¿Por qué sus bonitos ojos se posaban en aquella mesera? ¿Por qué la desconocida le devolvía el gesto? ¿Por qué sentía sus ojos picar?

Entonces una lágrima rodó su mejilla derecha, asombrándose ella misma, porque nunca antes había llorado en público. Lisa nunca le dedicó una sonrisa tan bonita como esa.

La última vez que vio una sonrisa casi como esa fue en su primer encuentro, luego de haber dormido juntas. Posterior a eso sólo pequeñas cenizas de una sonrisa feliz como la que veía.

Tocó con cuidado la puerta, su corazón latiendo cansado, se veía que sufría. Poco después la chica que hablaba con Lisa y que tuvo la dicha de presenciar la hermosa sonrisa de la rubia, abrió la puerta. Era más alta que ella, con el cabello negro y los ojos mieles, su figura era delicada y su mirada amable.

Sintió envidia.

Pero entonces la observa más detenidamente y se da cuenta que ella era la chica que vio junto a Lisa aquella vez, la noche que se conocieron en aquella fiesta, y no sabe si su buena memoria es una virtud precisamente. Supuso entonces que fue la novia de Lisa, aquella chica frente a ella.

Su novia.

Novias.

Una palabra que nunca podría usar con Lisa.

ㅡVengo por Lisa.

La chica la mira de arriba y abajo curiosa, Jennie sólo esconde su vientre como puede. La chica le dedica un asentimiento con la cabeza y vuelve al local.

ㅡ¡Lisa! ㅡEscucha que la chica llama dentro del local.

Nuevamente su mirada está en el suelo. Los pasos de las personas a sus espaldas se sienten fuertes en sus oídos. Siente sus miradas a sus espaldas, observa por encima de su hombro a la tienda de en frente y a una señora señalándola y conversando con otra mujer de cosas que ella prefería ignorar.

Nunca más saldría sola.

ㅡ¿Qué haces aquí? ㅡLa voz de Lisa hizo que bajara la mirada. ㅡ¿Por qué saliste de casa? Sabes lo que dijo el Doctor.

Jennie no dijo nada, mordió su labio inferior, no quería decir nada. Se limitó a extender la bolsa de papel hasta el pecho de Lisa, quien la tomó con cuidado. Entonces se dio vuelta y emprendió su viaje de regreso.

O eso quiso.

La gran mano de la rubia la sujetó delicadamente de la camisa. Ni si quiera había escuchado los pasos apresurados detrás suyo. Jennie giró lentamente, manteniendo sus manos sobre su vientre, ocultándolo desesperadamente de las miradas desconocidas.

Lisa lo notó y frunció el entrecejo, y quiso decir algo más, pero los ojos de Jennie la tenían en un trance. El marrón de sus luceros cubriendo el cariño floreciendo, la duda y la incertidumbre en su pequeño ser.

ㅡGracias... . ㅡSusurró. Fue lo único que dijo.

Jennie asistió con cuidado y volvió a girar en su sitio, caminando a pasos lentos, doblando la esquina y su figura perdiéndose. Lisa no lo entiende. Lisa siente ese pinchazo en su pecho. Vuelve por sus mismos pasos hasta el local, con la duda en ella, pero su semblante serio no se pierde.

Su máscara nunca se cae.

Su máscara nunca se cae

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Desire of love | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora