Michael pasó a recogerme otra vez. Aparentemente esto se va a convertir en rutina, pero no me quejo. Disfruto de su compañía casi tanto como la de Dylan, a pesar de nuestra diferencia de edad.
Lo conocí cuando él tenía veintinueve y yo todavía estaba en secundaria. Él ya estaba casado en ese entonces y trabajaba para mamá. En poco tiempo se había convertido en su mano derecha, por lo que no era raro que viniese de visita a casa para charlar sobre proyectos en curso y otros tantos futuros. En ocasiones se quedaba a cenar y conversábamos un poco, aunque por esas épocas no había muchos temas de interés que compartiéramos.
Cuando dejó de trabajar con mamá, la relación no se rompió. Siguió visitándonos con su esposa y nos reuníamos frecuentemente, como lo haría cualquier grupo de amigos. Luego, de un día al otro, despareció.
Igual que hice yo.
En esa oportunidad, Dominica y yo fuimos a verlo con asiduidad. Unas pocas, poquísimas, veces fui yo sola para hacerle algo de compañía.
Ahora él hace lo mismo por mí.
Hay solo algo que lo diferencia de Dylan, más allá de los años que los separan.
Él también tocó fondo.
Él, al contrario que los demás, puede llegar a entender verdaderamente lo que me está pasando a mí.
* * * * *
—Nunca me dijiste cómo te fue con Alessandra.
—Nunca preguntaste.
—No quería inmiscuirme...
—Lo estás haciendo ahora —dije con una seriedad de muerte. Michael rascó su cuello insistentemente y no pude evitar sonreír—. Estuvo bien, aunque es muy pronto como para decir que haya hecho algún avance. Pero me agrada.
—Eso... Eso es bueno. Me alegro por ti, Emm. Sabes que te aprecio mucho y... No quiero que tengas que pasar por lo que yo pasé.
—Sabes más de lo que dices saber, ¿verdad?
—Sé lo suficiente.
—¿Desde cuándo?
—Desde antes de contratarte. Dominica me lo dijo.
—Entonces no sabes tanto como crees.
* * * * *
Le hablé de ti, Chase. Le conté sobre cómo nos conocimos, porque lo recuerdo como si hubiera sido ayer.
¿Te acuerdas de ese foro?
Solías molestarme con tus insolencias y comentarios cargados de doble sentido. Yo te detestaba y, mientras más en claro lo dejaba, más te empeñabas en hablarme. Cuando nuestras charlas allí no fueron suficientes, lograste que te incluyeran en un grupo de Skype donde yo participaba, solo para gastarme bromas. Poco después te atreviste a agregarme como contacto y yo, vaya a saber por qué motivo, acepté tu solicitud.
No me hablaste en privado hasta dos semanas después.
Primero fueron conversaciones cortas y tontas, pero con el correr de los días empezamos a pasar horas charlando. Hablábamos de todo y de nada, desde la tarde hasta la noche y desde la noche hasta entrada la madrugada. Parecía que no nos cansaríamos nunca de contarnos confidencias y minucias, detalles irrelevantes y otros cuantos importantes.
Yo te conté sobre mi ridículo primer beso.
Tú me contaste sobre tus problemas en el trabajo.
Yo te hacía reír con mis chistes.
Tú me dabas más de un motivo para sonreír.
Me convertí en tu amiga y tú en mi amigo.
O de eso tratamos de convencernos.
¿Es que acaso hubo algún momento donde hayamos dicho la verdad?
* * * * * * * * * * * * * * * * *
Solo una pequeña nota para aclararlo: cuando Emma lo conoció a Michael tenía diecisiete. Y, ya que estamos, pueden revisar el reparto. Acabo de incluir nuevos personajes. Todavía falta que agregue dos más, Dominica y... Sorpresa.
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De tu ex, con amor (Emma & Chase #1)
Ficção Geral"El pasado no es pasado si lo llevas contigo. Es hora de dejarlo ir". Emma podría correr cuanto quisiera, podría huir, podría entregarse al silencio y pretender que nada había sucedido... Pero jamás podría acallar las voces que habitaban su cabeza...