De tu ex, con amor (Emma & Chase #1)

12 de octubre de 2013

Empecé mi día con Tom Odell, uno de esos descubrimientos fortuitos que de vez en cuando hago en Youtube. Quizás no fuera la mejor idea escucharlo a él. ¿Qué digo quizás? No era una buena idea y lo sabía. Pero sus canciones podían conmigo.

Todavía puedes conmigo, Chase. O al menos lo hace tu recuerdo.

Y me pregunto qué ganas con ello. Ya gastaste todas tus lágrimas en otro amor, bien podrías dejarme a mí para que gaste las mías. Tu tiempo se acabó.

El nuestro, también.

* * * * *

Chase: hey!

Emm: pensé que tenías que trabajar

Chase: estoy en el trabajo... Pensé que podríamos hablar un rato

Emm: y tu jefa? Como te atrape ocupado con tu teléfono...

Chase: siempre hay alguna tía que puede estar hospitalizada

Emm: eres un desastre

Chase: anoche no decías lo mismo

Emm: puede que porque no me hayas dado tiempo a decirlo

Chase: claro...

Emm: ...

Chase: ves? Puras mentiras, Emmy

Emm: eres peor que un desastre. Eres... Eres...

Chase: qué soy?

Emm: no hay palabras para definirte, Chase

Ahora sí hay una.

Eres un error, Chase. Eso eres.

* * * * *

Judy y yo nos reunimos a las cuatro de la tarde, en un café al que ya habíamos ido varias veces. Me preguntó sobre ti, Chase, a lo que decidí responder de la manera más concisa posible. Ya había sido suficiente. No necesitaba tener todos los pormenores de nuestra caída.

Tampoco estaba segura de que necesitara saber los de la mía.

Pero Judy es mi amiga y puede leerme mejor de lo que tú llegaste a hacerlo. Sabe que estoy ocultando cosas.

—¿Pasó algo?

—Pasó mucho.

—¿Por qué no lo dijiste, Emm? ¿Por qué no llamaste?

—Porque no podía.

Confío más en este estúpido diario. Escribir es sencillo, sobre todo cuando no esperas respuesta alguna. Hablar es complicado.

Puede que sea porque las palabras se vuelven reales una vez escapan de nuestros labios. Y, al ser libres, perdemos el control sobre ellas.

Y no sé qué es peor: palabras errantes en mi cabeza o fuera de ella.