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Sergio estaba cansado, no había podido dormir bien y en estos momentos tanto el como Lewis se estaban dirigiendo a una fiesta de compromiso del hijo menor de uno de los tantos amigos del Alfa.

Le disgustada ir a ese tipo de eventos, solo iba a pasar enganchado del brazo de Lewis solo para sonreír y fingir que eran un matrimonio feliz, desde hace tiempo su matrimonio era todo lo contrario a como los demás creían.
Ya no había felicidad, eran más como dos simpres desconocidos viviendo en la misma casa.

Sergio -dijo Lewis con notorio enojo- ¿me estas escuchando? Te estoy hablando y me ignoras.

Lo siento -dijo el Omega fingiendo una sonrisa- mi cabeza esta en las nubes.

Como te decía, iremos a la fiesta de compromiso del hijo menor de los Schumacher, se llama Mick es un Omega igual que tu, su prometido es Sebastian Vettel.

¿Es encerio? -dijo sorprendido el Omega- ¿conoceremos a Vettel? Siempre e querido conocerlo, lo veo desde hace mucho en Fórmula 1 -dijo emocionado-.

Claro que si Omega, te lo presentaré yo mismo si así lo deseas -dijo sonriendo- ahora ya llegamos.

                              🕓

Max estaba feliz por su amigo, hoy era el día donde se iba a festejar su compromiso.

Tan sólo ver a Mick siendo feliz con Sebastian le hacía feliz, tuvo que soportar a su amigo durante mucho tiempo ahora sería problema de Vettel.

Desde que empezó la fiesta el estaba ahí, se le hacía raro no ver a Lando todavía, siempre llegaba temprano cuando se trataba de una fiesta.

Habían llegado muchas personas importantes pilotos y empresarios, pobre de los prometidos todos estaban encimas de ellos para poder felicitarlos, no quería ser algunos de ellos.

Hasta que llegas niño -dijo Max-.

Lo siento, estaba algo ocupado -dijo sonriendo el menor-.

Lando, no soy idiota hueles a feromonas las cuales no son tuyas -dijo en voz baja- ten cuidado con que papá no se de cuenta porque te regañara.

No te preocupes, no se dará cuenta de quien son -dijo restándole importancia al asunto- ahora me voy, iré a felicitar a los prometidos.

Ya se había aburrido, estaba solo, sus padres estaban platicando con unos viejos amigos, su hermano sabrá dios en donde estará y Carlos y Charles no pudieron ir por el celo del último.

Se encontraba paseando por la casa hasta que vio a un hombre de menor estatura que el, estaba observando una de las tantas pinturas que había en la casa.

Es muy linda la pintura,¿verdad? Es conocida como el columpio -dijo sonriendo-.

                               🕓

Sergio estaba feliz, había podido cumplir unos de sus más grandes sueños, habia podido conocer a Sebastian Vettel, Podía morir en paz.

Ya no le importaba tener que estar durante toda la fiesta como decoración, había pasado los comentarios de las esposas de otros empresarios sobre que ya se estaban tardando en tener cachorros.

En el pasado le hubiera dolido mucho ese tipo de comentarios pero para estas alturas de la vida ya se había tenido que acostumbrar a quedarse callado y solo sonreír.

Se había perdido al ir al baño así que camino siguiendo su instinto el cual lo llevó a una de las tantas pinturas en aquella casa, era una mujer en un columpio con un hombre empujandola y otro viéndola desde el suelo.

Se había perdió en la pintura hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

Es muy linda la pintura, ¿verdad? Es conocida como el columpio

Si, es linda no la había visto -dijo sin voltear- me gustaría tener una en mi hogar.

Te la regalo -dijo coqueto- solo dime tu nombre y será toda tuya.

Lo siento chico, pero estoy casado -dijo mostrando su anillo- verle a decir eso a otro Omega.

Oh -dijo desanimado- entonces me voy mejor, buena noches.

Sergio -dijo el Omega-.

¿Disculpa? -dijo el contrario confuso-.

Mi nombre, mi nombre es Sergio ¿y el tuyo? -dijo volteandolo a ver-.

Max, es un gusto conocerte Sergio, ¿puedo saber que haces por aquí solo?.

Me perdí, vengo del baño pero como esta casa es muy grande me confundi y no supe por donde irme así que seguir mi instinto y me trajo hasta acá.

Vaya -dijo el Alfa- toda una historia, yo me aburrí y empese a andar por la casa -dijo riéndose por lo último-.

No sabía que tanto tiempo había estado hablando con Sergio pero había sido lo mejor que le había pasado en el mes, pudieron hablar sobre muchas cosas hasta que llegó el esposo de Sergio por el.

Nunca se había sentido así con alguien, tanto el como su Alfa todo el rato se habían sentido nervios por cualquier movimiento que hacia Sergio, sabía que estaba mal lo que había hecho pero no se sentía no podía hacer nada

Se había enamorado de Sergio.

Entre tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora