Capítulo 24

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No estaba muy segura de todo aquello, peor tal y como le había prometido la noche anterior, allí estaba, viendo aquella presentación con una de las versiones de sus álbums entre mis brazos. No tenía ningunas ganas de estar allí siendo sincera, y no porque no me gustase ver a Byul-yi cantar, se le daba realmente bien, sino porque todos aquellos sentimientos me estaban empezando a agobiar.

Para mi desgracia, estaba sentada junto a Jung Soojung, o como se hacía llamar Krystal. Había sido muy educada conmigo, me sonrió de manera dulce e intentó sacarme algo de conversación en lo que empezaba aquella conversación, y para mi suerte, aquella conversación no duró demasiado gracias al inicio de la presentación.

Me sentía especialmente mal por Krystal, su novia le había puesto los cuernos una segunda vez conmigo, cuatro años después de la primera vez. Ni Byul-yi ni yo habíamos pensado en ella la noche anterior, y si no fuese porque ella insistió en que el suelo no era muy cómodo para echar un polvo, probablemente todo aquello hubiese llegado a más que unos besos.

No era capaz de comprender como la podía tener al lado y no decirle nada, se me estaba cayendo al cara de vergüenza con todo aquello, y ella no había dejado de ser encantadora en todo momento.

Era el primer concierto de Byul-yi ante los fans, oficialmente hablando, y aquello estaba lleno, en especial de gente del colectivo que la apoyaba con grandes banderas, al mismo tiempo que cantaban sus canciones, canciones que a pesar de ser yo la culpable de ellas, me seguían afectando.

—Esto está a punto de acabar.—Anunció tras cantar algunos covers de sus canciones favoritas.

Estaba exhausta, se secaba el sudor de aquel mismo traje que llevaba en el anterior concierto, con una toallita blanca, y cogiendo una botella de agua del suelo, al mismo tiempo que paseaba por el escenario, pegó un sorbo a aquella botella. —¿Ha estado bien verdad?—Preguntó ganándose una gran ovación del público. —Aunque un poco corto...—Ella misma reconoció.—Pero os traigo una sorpresa.—Sonrió ganándose una segunda ovación del público.—El otro día vino a visitarme alguien muy especial al estudio y estuvimos componiendo algo. Es la primera vez que ella compone...—Se vio interrumpida por unos vítores.— Y la verdad es que es muy buena, aunque quizás yo no sea del todo objetiva.—Sonrió con picardía.—Bueno, os voy a presentar ya la canción, aún no tiene nombre pero, estoy segura de que os gustará.—Sonrió una última vez, dejando la botellita y la toalla en una esquina, y el grupo de baile se volvió a colocar detrás de ella. —Vamos.—Pidió mirando hacia la derecha, y la base de la canción empezó a sonar.

Era aquella canción que habíamos estado componiendo hace tan solo unos días en su estudio empezó a sonar, estaba algo diferente, la base estaba pulida y había cambiado alguna que otra palabra para que rimase mejor.

Ella empezó a bailar junto a sus bailarinas, una coreografía bastante difícil para el poco tiempo que habría tenido seguramente para prepararla. Se movía con confianza, dando pequeños saltos por el escenario a medida que bailaba, con aquella sonrisa boba plasmada en su cara.

Para ser sinceros era una coreografía algo boba, al igual que la letra de la canción, donde hablaban de hacer que una persona se enamore de ti, pero que conseguía ser bastante pegadiza, y que a la voz de Byul-yi le favorecía.

Al acabar todo el equipo saludó, haciendo una gran reverencia y luego abrazándose entre ellos. Se metieron para dentro, siendo Byul-yi la última, que saludó de manera tierna antes de entrar, para luego colarse a través de aquella cortina.

Pero no tardó mucho en volver a salir con el micro en la mano.

—Sol, espérame ¿Sí?—Sonrió, y el público vitoreó de nuevo, pero esta vez en mi dirección, haciendo que mis mejillas se tiñesen de rojo. Se volvió a colar por la cortina, y yo, tal y como me había pedido.

—Que vaya bien con Byul-i—Sonrió Krystal, despidiéndose de mí y saliendo también de aquella sala.

—Nos vemos.—Me despedí son una sonrisa.

Byul-yi no tardó mucho en aparecer, venía con una sonrisa que ocupaba toda su cara, y con algo de ropa más cómoda, se acercó a mí y me abrazó de manera dulce, resguardando su cabeza en mi cuello.

—¿Te ha gustado la canción?—Preguntó sobre mi cuerpo, haciendo que un escalofrío recorriese mi cuerpo.

—La que te ayudó a escribirla debe ser un genio.—Respondí con gracia.

—Y que lo digas.—Sonrió saliendo del hueco de mi cuello, para intentar besarme, pero me aparté. Ella no dijo nada, solo me miró extrañada, pero aun así sonrió. —¿Vas a hacer algo?

—He quedado con Irene.—Mentí.

—¿Nos vemos entonces?

—Claro.—Volví a mentir, no estaba demasiado segura de volver a verla, necesitaba enmendar todo aquello, y en especial no volverme a meter en medio de la relación de Soojung y Byul-yi.

—Esta bien.—Dejó un beso sobre mi mejilla.—Avísame cuando llegues a casa, así sé que estás bien.—Pidió antes de despedirse.

—Claro.—Volví a decir, aunque esto sí que era algo que pretendía hacer para evitarle un ataque de ansiedad.

—Hasta luego.—Sonrió viendo cómo me alejaba hacia la puerta.

—Hasta luego.—Forcé una sonrisa y salí por aquella puerta con el disco bajo la axila.

Fui lo más rápido que pude a casa de los Bae. A aquellas horas ya no había nadie en aquel salón abierto, por lo que me ahorré dar cualquier tipo de explicaciones. Subí las escaleras lo más rápido que pude y me dirigí a la habitación de mi amiga, entrando sin ni siquiera picar. Estaba sentada de piernas cruzadas sobre su cama, con el móvil entre las manos, vestida únicamente con una camiseta ancha.

—¿Podrías llamar no?—Bufó, pero cambió de parecer al ver mi cara.—¿Qué pasa?

—Ayer Byul-yi y yo nos besamos.

—No me jodas.—Espetó perpleja. 

No eres fea, Moon Byul-yiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora