Capítulo 4

325 57 21
                                    

Cuatro años antes...

—No le digas que estoy aquí.— Le rogué a Soyeon, la jefa de Byul-yi.

—¿Y no crees que verá ese enorme ramo de flores? A más la puerta de la sala de ensayo es transparente.

—Ya no se ve.—Escondí el ramo de flores detrás de mi espalda.

Soltó una ligera carcajada ante aquel gesto y dijo:—Yo no le diré nada, pero si quieres sorprenderla bien procura que no te vea a través de la puerta.

Era la primera vez que iba a ver a Byul-yi en alguna de sus prácticas, y a pesar de que hacía algo de tiempo que esta me pidió que fuese, no me parecía de lo más correcto ya que, por aquel entonces, aún seguía con su exnovia.

Había estado planeando bien este día, iba a hacer un mes desde que éramos formalmente pareja y junto a Hye-jin e Irene habíamos estado buscando el regalo perfecto para ello.

Al final me había decantado por un bonito colgante redondo, color oro, con un sol grabado en él, que venía junto a una larga cadena en una bonita caja de terciopelo negra, y un bonito ramo de rosas rojas. Quizás le estaba dando demasiado bombo a la celebración de un primer mes con Byul-yi, pero al fin y al cabo era la primera vez que estaba saliendo con alguien a quien si amaba.

Bajé al piso de abajo, donde estaba la sala de ensayo de aquella empresa, y en aquella sala había un pequeño grupo de trainees ensayando junto a una profesora que daba indicaciones con un marcado acento extranjero y un semblante bastante serio.

Estaba embobada viendo a mi novia bailando, llevaba una camiseta bastante ajustada blanca, que había empapado al completo en sudor, y unos pantalones de chándal ancho que le hacía resaltar sus pocas caderas. Llevaba su bonito pelo castaño recogido en un moño mal hecho, cubierto por una gorra a juego con el color del pantalón de chándal que le cubría aquel pelo, que conociéndola, llevaría sucio.

Veía como sonreía con una sonrisa ladeada a través del espejo, Soyeon pasó a mi lado, haciendo como si yo no estuviese, y entró a la sala para hablar con aquella profesora con un notorio acento tailandés, con la que discutió sobre algunos aspectos técnicos que tenían que mejorar y sobre lo que tenían que potenciar de cara a la evaluación de la siguiente semana, Soyeon, con un semblante aún más serio del que solía ser su usual, hizo hincapié en aquel mensaje, dando algún que otro recordatorio personalizado sobre lo que debían ensayar de cara al lunes de la semana que viene.

Después de un aplauso y varios mensajes de aliento, los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas para salir de aquella sala, al mismo tiempo que Byul-yi se acercaba a comentarle algo a la profesora de baile y esta le daba alguna que otra indicación, y aprovechando que estaba despistada entre a aquella sala, poniéndome el ramo de rosas a la altura del pechos para que lo viese nada más girarse.

Agradeció a la profesora y se giró indiscreta, sonriendo de manera boba, para luego agregar burlona:—Que bien se esconde mi Solete.

—Eres idiota.

—A ver, por decir algo a tu favor, tu larga cabellera rubia no es muy fácil de esconder, y es bastante reconocible.—Se acercó a mí, a lo que temblorosa le acerque el ramo de rosas.

—Para ti.—Murmuré vergonzosa. Ella cogió el ramo de manera delicada, y con su mano libre me abrazó de manera tierna.

—Gracias mi chica.—Susurró de manera intima, para así darme un beso en la mejilla. —Espera aquí, voy a por algo, un momento.—Agregó dejando con cautela el ramo de rosas encima del mueble en el que tenían el equipo en el que ensayaban, para luego salir de aquella habitación en busca de algo.

No eres fea, Moon Byul-yiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora