Capítulo 25

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No quería volver a pasar de nuevo por aquello.

No quería volver a ser la aquella con la que le ponían los cuernos a nadie, eso no iba conmigo, y mucho menos ser otra vez aquella con la que le ponían los cuernos a Jung Soojung. Pero ahí estaba, pasando de nuevo por todo aquel agobio.

Recordaba aquella noche en que Krystal se enteró de todo como si fuese aquella misma noche. Arrepintiéndome de haber hecho las cosas mal otra vez, por lo que decidí cortar todo aquello de raíz, quedando con ella directamente para explicarle lo sucedido.

No lo había hablado con Byul-yi, no había hablado directamente con ella, pero estaba segura de que tenía que hacerlo, en especial haciendo hincapié en que había sido culpa mía, para que así Byul-yi y ella pudiesen seguir con su relación.

Mientras la esperaba recordaba la noche en que se enteró, justo cuatro años antes.

Algo de tiempo después, Moon me contó cómo había sido la entrada a la empresa en la que trabajaba entonces. Por aquel entonces ella llevaba algo de tiempo viendo a Krystal únicamente a la hora de la comida, el contacto entre ambas era casi nulo, y ni siquiera decidían sentarse juntas en clase. Soojung estaba ocupada con una obra de teatro del instituto y había parecido olvidarse de su novia.

Ella estaba deseosa de poder explicarle todo lo sucedido a Krystal, pudiendo dejar a la castaña que eligiese, pero Krystal le había pedido que se lo explicase al acabar la obra.

Gracias a que Krystal, Moonbyul había comenzado a tener de mentora a Soyeon, que a pesar de que al principio no parecía muy encantada con la idea, había acabado convenciendo a Moonbyul para ir cuatro días a la semana al estudio, con la intención de poder conocerla un poco más, y ayudarla a retocar todas aquellas canciones que Moon había escrito a lo largo de su vida.

Ella y yo por el momento no habíamos quedado, y no por falta de tiempo, sino por que más bien ambas queríamos aclararnos sobre lo sucedido, hablando esporádicamente para saber si alguna de las dos le había dicho ya algo a Krystal. Ninguna lo había hecho.

No es como que realmente yo necesitase aclararme sobre nada, tenía más que claro lo que quería con Byul-yi, pero presionarla solo me hubiese hecho perderla. En especial porque no quería que ella acabase eligiendo algo que no quería.

Cuando Moon entró aquella tarde a aquellas oficinas, fue directa al estudio en el que solía estar con Soyeon, para encontrársela completamente cabreada, recogiendo sus cosas mientras las metía a toda prisa en una caja.

—¿Qué está pasando?—Se atrevió a preguntar Moonbyul.

—He dimitido, estoy harta de cómo me tratan aquí.—Bufó, cargando dicha caja.—Se que la empresa tiene planes de cogerte como trainee—Confesó.—y sé que sin mí no tendrías ningún tipo de problema, pero estoy pensando en montarme una empresa propia con lo que he ido ahorrando estos años, no seríamos muchos, de momento estaríamos tú, Lisa, una bailarina con la que he trabajado en varias ocasiones, y yo, aunque seguramente vaya cogiendo a más gente. Mis padres seguro que me dejan parte del edificio que tienen...—Suspiró.—No sé qué te parece la idea, pero piénsatelo ¿Si?

—No sé si daré la talla.—Espetó sin pensárselo dos veces. Subin la miró con incredulidad para luego estallar en una gran carcajada.

—Estás de broma ¿No?

—No.—Reconoció con sinceridad.

—Byul, no seas estúpida, tienes cualidades de sobra.

—¿Y que hago con mi físico?—Se señaló.—¿Y con esta cara?

—Con ese rollito de girl crush tendrás a un montón de chicas detrás cuando debutes.—Asumió.

Moonbyul no tardó mucho en pensárselo, saliendo así con Soyeon de aquellas oficinas aquella misma tarde, acompañándola a su propio piso donde esta tenía un pequeño estudio de grabación montado.

No eres fea, Moon Byul-yiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora