Capítulo 18

20 5 0
                                    

Irene se las había apañado para reunir al grupo en su casa, con la excusa de hacer algo de repostería, aquello siempre le distraía de sus pensamientos, y estaba bastante dispuesta a utilizar aquel recurso con tal de poder olvidar algo de su terapia.

No había hablado demasiado de aquello, de hecho había estado bastante ausente hasta aquel momento en que nos encontrábamos Minji, Wheein, Hye-jin y yo en aquella cocina, bebiendo algo mientras nuestra amiga se servía con cierto estilo un zumo de manzana.

Se había vuelto a arreglar, a pesar de que iba con algo ligeramente más cómodo que la última vez, pero aun así, y por algo que aún no éramos capaces de comprender el resto, llevaba una boina parisina crema, a juego con aquella bonita falda de lápiz de tweed blanco y rosa. Hasta que la respuesta del porqué de su vestimenta picó a la puerta.

—Espero que no os importe, pero he invitado a alguien más.—Reconoció, a lo que las cuatro restantes compartimos una mirada cómplice. Con una bastante idea de quien iba a ser la persona que apareciese por aquella puerta.

—¡Hola, chicas!—Saludó Seulgi, que a diferencia de nuestra amiga, lucía con un estilo mucho más despreocupado, que le daba un toque realmente guay, y llevaba el pelo recogido en un moño alto, algo suelto, al que le había metido dos trenzas de por medio. Que venía cargadas con un par de bolsas de supermercados

—¿Cómo tú por aquí?—Preguntó Minji con una sonrisa.

—Es que me han dicho de hacer postres, y nunca me niego a una buena merienda.

—Yo si no la tengo que cocinar también, me siento estafada.—Espetó Hye-jin.

—Nunca haces nada, solo te sientas y miras.—Bufó Irene, era cierto que, durante todos aquellos años en que habíamos sido amigas, nunca había visto a Hye-jin ayudar en la cocina.

—Y es lo que pienso hacer hoy también.—Se sinceró.

—He traído esto, son bebidas.—Acercó una de las bolsas a la encimera, en la que estaba apoyada Irene, que la miraba expectante.

—Y le he traído esto a Yeri, antes eran sus favoritos, aunque ahora no creo siquiera que se acuerde de mi.—Reconoció colocando la otra bolsa sobre la encimera, con un tono amargo en su voz.

—No tendrías que haberte molestado.—Respondió con un tono dulce mi mejor amiga.—¿Marang Cow?

—Si. ¿Aún le gustan?

—Le encantan, ya verás cuando los vea.

No sabía que mi mejor amiga había vuelto a hablarse con su ex, pero tampoco puedo quejarme, yo aún no le había dicho que había ido a ver a Byul-yi, tampoco le había hablado de lo de Eric.

Irene pasó el resto de la tarde haciendo postres junto a Seulgi, nos había dejado de lado, pero no la culpaba, Seulgi siempre había significado mucho para ella y yo hubiese hecho lo mismo.

Mientras mis amigas y yo nos sentamos en aquellos sofás, viendo como aquellas dos se encargaban de hacer la tarta Red velvet que se había empeñado en cocinar Irene, y mientras mis amigas compartían anécdotas, yo las miraba con cierto cariño. Los ojos de Irene desprendían un brillo que hacía tiempo que no veía, miraba a Seulgicon cariño, Seulgi en cambio parecía de lo más nerviosa, se le notaba tensa, y gesticulaba de manera exagerada, ganándose alguna que otra risa de parte de mi mejor amiga.

—Siempre me han gustado como se ven juntas.—Reconoció Minji, que estaba sentada a mi lado, leyendo mis pensamientos.—Seulgi le aporta a Irene una versión menos complicada de la vida, mientras que Irene le aporta ese cariño que tanto busca Seulgi.

No eres fea, Moon Byul-yiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora