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Renjun caminó durante mucho tiempo.

Después de que pasaran muchos días y noches, la distancia que recorría en el mapa era sólo del tamaño de la uña de un dedo meñique humano. Estaba a un dedo de distancia de la Base Norte. No disponía de medios de transporte humanos y no sabía cuánto tardaría en llegar.

Finalmente, sintió que el aire húmedo y oscuro se desvanecía y sintió que el suelo bajo sus pies se endurecía.

Al atardecer, el sol se hundió como un profundo ojo rojo. Las lejanas colinas negras lo aceptaron y el sol desapareció poco a poco. El crepúsculo y la aurora flotaron juntos. Renjun desplegó el mapa y trató de identificar los caracteres y símbolos.

Acababa de pasar junto a un río seco que era el límite del Abismo. Tras el límite había un lugar llamado "Segunda Llanura". Tenía tres estrellas en el nivel de peligro y dos estrellas en el nivel de contaminación.

De hecho, terreno ondulado del Abismo, las grietas en el suelo que podían verse por todas partes y las sombras enmarañadas de los árboles altos en medio de la noche habían desaparecido. En este lugar no se vía nada y la escena panorámica era un crepúsculo llano e interminable.

Aún así, Renjun estaba inquieto. El aire seco de la Segunda Llanura no era adecuado para un hongo. No podía encontrar tierra para absorber nutrientes, así que sólo podía recuperar su fuerza utilizando medios humanos, como dormir.

Había caminado durante mucho tiempo y por fin encontró una pequeña depresión con hierba verde y amarilla esparcida. Se sentó con los brazos sujetándose la rodilla y encontró una postura adecuada para acurrucarse.

Un hongo pasa la mayor parte de su vida durmiendo, pero ésta era la primera vez que se quedaba dormido en una postura humana. Un hongo dormido permanecía tranquilamente en un lugar, esperando el paso del tiempo. Sin embargo, el sueño de un humano parecía diferente. Poco después de cerrar los ojos, una oscuridad infinita surgió como una marea. Su cuerpo se hizo más ligero, como si poco a poco fuera perdiendo su cuerpo.

No sabía qué momento era, pero un viento gemía en su oído. Era el sonido del viento en la naturaleza, lo que antes más le gustaba.

Sin embargo, este viento ahora no tenia sentido. Perdió su espora mientras rodaba por el desierto. Había voces humanas en el viento. No podía recordar las sílabas con claridad y sólo podía pensar en algunas partes. En el lenguaje humano, había algunos fragmentos que no se podían unir.

—Es... extraño, muy...

—... ¿Qué hacer?

—Tomar... por aquí... muestra.

Al momento siguiente, un dolor indescriptible irradió por todo su cuerpo. La sensación era ligera pero profunda. Apareció un vacío en su conciencia que nunca podía llenarse. Sabía que había perdido lo más importante desde entonces.

El miedo se extendió por todo su cuerpo y, a partir de entonces, empezó a temer al viento y a vivir en la cueva. Su corazón latía más deprisa y el miedo le asaltó de repente. Era el miedo a perder su espora.

Abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba soñando. Sólo los humanos podían soñar. Al momento siguiente, su respiración se detuvo por completo.

Conoció el origen del miedo. Una criatura negra estaba de pie frente a él. Dos ojos rojos como la sangre brillaban intensamente. Todo el cuerpo de Renjun estaba tenso y sus ojos se movían hacia abajo. Era tan alto como un humano, con tres pares de extremidades delanteras, delgadas y afiladas como una hoz, que brillaban tan fríamente como la luz de la luna.

Al darse cuenta de lo que era, su cuerpo tembló. Era una sensación lejana del primer ancestro de hace mil años. Un hongo moría por la mordedura de un grupo de termitas. Las bestias del Abismo podías despreciar los hongos, pero en la Segunda Llanura podían ser un manjar poco común.

little mushroom│𝗻𝗼𝗿𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora