Echo la cabeza hacia atrás, soltando un gruñido gutural y dejando que el placer sea el dueño de mi cuerpo, que el orgasmo empiece a formarse. Su lengua me recorre con avidez, conociendo los puntos, tocándolos todos ellos, y me aferro con fuerza a su pelo, incapaz de contenerme.
- Joder, Tiff – gimo perdido entre este mar de sensaciones.
Mi teléfono empieza a sonar, cosa que me toca bastante los cojones, y ofuscado lo agarro para ponerlo en silencio. Me están haciendo una mamada increíble y no me apetece que me interrumpan, gracias. Pero el nombre de mi mejor amigo resplandece en la pantalla y sé que estoy jodido.
- ¿Qué haces? – Protesta la chica cuando la aparto de mí, sentándome en la cama, quitándome el condón y subiéndome la ropa interior y los pantalones con la mano libre, mientras en la otra sostengo mi móvil.
- ¿Qué pasa, tío? – Pregunto nada más descolgar.
Si Harry me escribe, puede esperar. Pero si Harry me llama, ahí sé que tengo que responder. Sobre todo, si tiene que ver con mi peque.
- Necesito que me hagas un favor – dice enseguida, a lo que yo ruedo los ojos.
- ¿Y eso no podía esperar?
- Es que lo necesito ya...
- Está bien, ¿qué quieres?
Tiffany me mira con cierto asco, más bien molesta. Como si la que se hubiera quedado a medias fuese ella. Sea como sea, un ligue nunca es más importante que un amigo, por muy bien que la chupe el ligue.
- Necesito que lleves a Tyler a un cumpleaños.
- ¿La niñera para qué coño la quieres entonces? – Me quejo levantándome y agarrando mis cosas.
- No seas borde, por favor te lo pido.
- Vale, vale. Ya voy. ¿Algo más?
- Dale dinero para el taxi de vuelta, ya te lo devolveré.
- Sí, señor – sonrío un poco y cuelgo, suspirando.
Para esto me ha saboteado el orgasmo, para que le haga de chófer. Sólo mi mejor amigo me haría eso sin quererlo y sin saberlo. Peor es mi hermana, que lo haría adrede.
- Venga, te llevo a tu casa – le hablo a la chica que sigue de brazos cruzados, con cara de estar molesta.
- ¿Es en serio?
- Si quieres te vas en taxi – frunzo el ceño, sin entender qué es lo que le jode de todo esto.
- Eres igual que todos.
- ¿Todos te detienen antes de correrse? Vaya, qué mala suerte – me burlo, usando una de mis dosis de sarcasmo.
La rubia resopla y se viste, supongo que porque entiende que me importa una mierda si se siente ofendida o no por todo esto. La verdad es que no sé qué espera de mí. ¿Que me disculpe? Sólo follamos de vez en cuando, no le debo nada. Y menos si se trata de Tyler; ese mocoso es mi vida entera.
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Al Loco Del Que Me Enamoré // Lando Norris
FanfictionAlaia llega a Londres sin saber muy bien qué la ha llevado hasta allí. No conoce a nadie y, los estudios por los que se ha mudado, no la hacen feliz. Por suerte, un apuesto bombero la contrata para ser niñera de su pequeño hijo, y ambos le hacen sen...