- Tengo que prepararle algo - espeto mientras Carlos se lleva un bocado de su plato a la boca.
- ¿Mhm?
- A Alaia. Está enfadada conmigo y no me habla - frunzo los labios, pensando. - Que no quiera salir con ella no significa que no quiera conservar su amistad - añado, suspirando y dando vueltas a los spaguetis boloñesa que tengo delante de mí.
- Hazle un regalo - sugiere cuando traga. - Pero algo bonito de verdad, no una colonia o cualquier mierda así.
- No la conozco lo suficiente como para saber qué quiere o necesita - digo en voz baja. - Sé que le encanta leer, pero nada más. Y bueno, a todas las tías les gustan las flores, ¿no? Puedo regalarle sus flores favoritas.
- ¿Cuáles son sus favoritas?
- Ni idea - admito sintiéndome algo tonto. - Su color favorito es el morado, así que, ¿flores moradas?
- Si tus disculpas van a ser unas flores, mejor no te disculpes - se ríe, negando con la cabeza. - Eso es muy básico, Lando.
- Me estoy dando cuenta de que sé muy poco sobre ella.
- Según lo que me cuentas, tampoco es que hayáis pasado demasiado tiempo juntos - opina el español, dándole un sorbo a su Coca-Cola. - ¿Qué sabes de ella?
Me quedo meditando unos segundos, y cuando su imagen acude a mi mente, sonrío genuinamente. No sabré cuál es su actor favorito, su canción favorita, o cosas de ese estilo, pero...
- Sé que se pica muy rápido, pero que le encanta bromear. Sé que, sin su sarcasmo, no sería ella. Sé que es listísima, que le encanta aprender. Sé que le gusta mucho la música, también leer. Harry me dijo que escribía. Sé que es muy tranquila, no le gusta demasiado salir de fiesta - sonrío como un tonto al pensar en aquella noche en la discoteca. - Sé que no bebe, pero no dirá que no a un chupito. Sé que le gusta la F1. Sé que... - me muerdo el labio, pensando en más cosas, - sé que es hermosa y ni siquiera es consciente de ello. Se hace la dura, y en realidad, es una chica dulce y sensible. Le afectan las cosas, pero finge que no, y se ríe. Eso me recuerda un poco a mí mismo.
- Como sigas, creo que voy a potar un jodido unicornio - me interrumpe mi amigo, y aunque trata de sonar harto, una sonrisa curva sus labios. - Estás enamorado hasta las trancas, Lan.
- Lo estoy - me ruborizo por admitirlo tan abiertamente, pero no hay modo de negarlo ya. - Hay algo más que sé sobre ella - murmuro.
- Ilumíname - dice con tono burlón.
- Le gusto, le gusto muchísimo, y me odia por haberla rechazado indirectamente - me paso las manos por el rostro, enfadado conmigo mismo. - Soy el idiota más tremendo del mundo.
- Lo eres - me da la razón. - Por eso vas a ingeniártelas para hacerle el mejor regalo del mundo y que te perdone.
- ¿Y cómo hago eso? Sé cómo es ella, pero no sé nada sobre las chorradas que le gustan.
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Al Loco Del Que Me Enamoré // Lando Norris
FanficAlaia llega a Londres sin saber muy bien qué la ha llevado hasta allí. No conoce a nadie y, los estudios por los que se ha mudado, no la hacen feliz. Por suerte, un apuesto bombero la contrata para ser niñera de su pequeño hijo, y ambos le hacen sen...