El trayecto con Lando es silencioso al principio. Apenas nos conocemos, y no tenemos demasiado sobre lo que conversar. Sólo tenemos en común a Harry y Tyler, por lo que de poco más podríamos hablar. Pero no me gusta la música que tiene puesta, así que decido taparla con mi voz.
- ¿Y tu novia? – Le pregunto de sopetón.
- ¿Qué novia? – Frunce el ceño mientras maneja, sin mirarme.
- La que iba en tu coche el otro día – respondo con obviedad.
- Ah, Tiffany – sonríe irónicamente y niega con la cabeza. – No era mi novia.
- ¿Una amiga?
- Tampoco eso – murmura en cierto tono de voz que me da a entender lo que dice.
Así que es de los que no tiene ni amigas ni novias, sólo conocidas con las que folla. Genial, todo un romántico. No me gustan los hombres así, si soy honesta. Eso de ir de agujero en agujero... Ahora que lo pienso, tiene sentido; que yo sepa, le gusta el golf.
El resto del camino, no vuelvo a hablar. Me siento algo ridícula por haberle preguntado eso. He sonado interesada, y no me interesa lo más mínimo. Lando tiene su gracia, sí, pero es un capullo integral y no me apetece darle juego. Cuando llegamos a la finca, nos bajamos con el regalo, y él abre el portón con un mando. Supongo que lo tendrá porque el campo es suyo, o a lo mejor Harry se las dejó. Camino detrás de él, y en serio, qué bien viste este chico.
En el porche ya hay varias personas, Tyler y su padre incluidos, y respiro hondo, sabiendo que se avecina una velada aburrida e incómoda. No es que dé por hecho que los amigos de Harry van a ser unos capullos ni nada de eso, pero siempre es difícil encajar en un grupo donde todos se conocen ya pero nadie te conoce a ti. Sólo espero que sean majos y pueda integrarme un poquito, al menos.
Las cosas que hago por un amigo, ¿eh?
« ♪ »
Bebo de mi botellita de agua, sin dejar de mirar mi teléfono para comprobar la hora. Pronto podré pedir que me lleven a la residencia, porque las puertas tienen un horario de cierre y si paso la noche fuera sin justificación, avisarán a mis padres. Y sé perfectamente que si les explico la situación les dará igual, pero yo sólo quiero un motivo para largarme de aquí.
Debo admitir que me he pasado gran parte de la noche mirando a cierto piloto de ojos verdes. Y sí, es un gilipollas la mayoría del tiempo. Pero es muy mono, y no puedo evitar quedarme medio embobada mirándolo. Hoy sus rizos están perfectos, y la ropa que lleva le sienta genial. Sus manos y sus brazos son... Dios, creo que estoy enamorada de sus brazos. Es un capullo, pero un capullo demasiado atractivo. No sé qué me pasa esta noche, pero no me lo saco de la cabeza, y me es un poco doloroso ver cómo habla con otras chicas. Más que doloroso, es que me muero de ganas por estar con él, que se meta conmigo y me haga rabiar, que sonría de esa forma arrogante que finjo detestar pero que me encanta.
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Al Loco Del Que Me Enamoré // Lando Norris
FanficAlaia llega a Londres sin saber muy bien qué la ha llevado hasta allí. No conoce a nadie y, los estudios por los que se ha mudado, no la hacen feliz. Por suerte, un apuesto bombero la contrata para ser niñera de su pequeño hijo, y ambos le hacen sen...