25. Promesas Y Amenazas

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Ojalá estuviera tan tranquilo como le hago creer a Alaia

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Ojalá estuviera tan tranquilo como le hago creer a Alaia. Pero en realidad estoy atacado. Me da mucho miedo enfrentar esto, contarle la verdad a Harry. Lo conozco de toda la vida, y aún así no soy capaz de predecir cómo va a reaccionar. Él es calmado y sensato, muy sensible y maduro. Pero también es un alma sufrida y un corazón maltratado. Y no sé qué hará al recibir un golpe como este.

Mientras aparco frente a su casa, mil miedos me asaltan. Quizá debería dejar a Lali e irme, dejar que ella entre sola y cuide de Tyler todo el día. Fingir que la ha traído un taxi y yo no tengo nada que ver. Es muy cobarde, lo sé. Pero no quiero saber cómo va a terminar esto, porque puede terminar verdaderamente mal.

Bajamos del coche, y el aire helado del invierno londinense nos cala rápidamente en los huesos. Caminamos juntos, en silencio, hasta la puerta, y toco en el timbre a pesar de que ambos tenemos la llave. Alaia se arrebuja en su chaquetón, muerta de frío, y contengo el impulso de rodearla con mi brazo y pegarla a mí para ayudarla a entrar en calor.

Pego un respingo cuando la puerta se abre, mostrando a mi mejor amigo de toda la vida frente a mí, con su cabello rubio despeinado y listo para marcharse a salvar vidas. Sus ojos topan primero con los de mi novia, que le sonríe y lo saluda con normalidad. Se abrazan, e ignoro la tirantez que siento en mi mandíbula. Luego, nos miramos los dos, y ninguno se mueve. Nos sostenemos la mirada el uno al otro, pero termino desviándola. No puedo. No puedo mirarle a los ojos ahora mismo.

- Harry, nosotros... – se intenta explicar Alaia, percatándose del incómodo y tenso momento que hemos compartido los dos.

- No hace falta que digas nada, Allie – la interrumpe, sin dejar de mirarme. – Ya lo sabía.

Eso logra que recupere toda mi atención. Miro fugazmente a mi chica antes de mirarlo a él, frunciendo el ceño. La decepción y el abatimiento que esconden sus ojos se me clava como un puñal en el pecho.

- Te conozco más que a mí mismo, Lando – susurra, con una sonrisa amarga. – ¿Crees que no me iba a dar cuenta?

- Yo... – intento excusarme, pero no hallo las palabras y él niega con la cabeza.

- Lo supe desde el principio, y las fotos que vi en Instagram borraron cualquier tipo de duda.

- ¿Las has visto? – Murmura Alaia, en voz baja y muy avergonzada.

- Sí.

Pero él no la mira. Sólo me mira a mí. Y su cara me dice tantas cosas, que trato de procesarlas y entenderlas todas. Pero lo que más claro me queda es que se siente profundamente triste. Y eso me mata, me mata por completo.

- Allie, bonita, Tyler está en el salón, ¿por qué no vas con él? – Le pide con voz suave, a lo que ella asiente, tras mirarme preocupada.

- Claro.

Entra en la casa y la veo desaparecer detrás de Harry. Trago saliva y vuelvo a mirar a mi amigo, que parece tremendamente cansado.

- ¿Cuándo pensabas decírmelo?

Al Loco Del Que Me Enamoré // Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora