Mis ojos no se apartan del reloj, que egoístamente no avanza, alargando este suplicio que estoy viviendo, y cuando por fin termina la puñetera clase, recojo todas mis cosas y prácticamente soy la primera en salir del aula. Me duele la cabeza, me muero de sueño, estoy cansada, esta mañana me ha bajado la regla, me duele el corazón. Sólo quiero dormir hasta que se me pase todo.
Ayer salí con las chicas. Y estuvo bien, en realidad. Nos lo pasamos genial. Me olvidé por un rato de él. Vimos la carrera juntas (por mucho que me duela ver a Lando, las carreras son sagradas), jugamos a algunos juegos de mesa, empezamos mil películas y no terminamos ninguna, y al final nos dormimos, las cuatro en la habitación individual de Erika. Sin contar que al día siguiente yo tenía clase a primera hora.
Cuando entré a mi habitación para cambiarme y coger mi mochila, mi paz mental se desvaneció cuando vi esas flores moradas sobre el escritorio. Por algo similar a la inercia, volví a mirar el chat que tengo con él.
Yo: Feliz cumpleaños
Sin un emoji, sin un mote, sin un "gracias por el regalo", sin una burla, sin un chiste, sin nada. Porque fue lo único que pude atreverme a responder anoche, y respondí sólo porque mis amigas me dieron la brasa con ello.
- Dile algo, Allie – me había empezado a molestar Erika.
- Es un poco idiota, pero a mí me da pena, ha sido un detalle precioso – estuvo de acuerdo Alba.
- Pero algo simple, que tampoco crea que lo ha arreglado – apuntó Catherina.
Cedí a sus peticiones, y aún espero su respuesta. Ahora, aguardo con ansia y dolor a que conteste.
Sinceramente, sólo me apetece ponerme mis auriculares con música a todo volumen, y sentarme a escribir para desbordar todo lo que siento en palabras. Pero no va a poder ser, porque Harry me va a recoger para comer con él y con Tyler y esta tarde me va a llevar a Dios sabe dónde porque tiene una sorpresa.
¿Se lo agradezco? Inmensamente. ¿Tengo el humor adecuado para eso? Ahora, no. Aunque si logra distraerme y que deje de pensar en su mejor amigo, pues quizá sí pueda disfrutar un poco del día.
Salgo del campus, y por el camino me cruzo con David, que me saluda y me acompaña hasta el sitio donde Harry y yo hemos quedado en vernos para recogerme. El castaño parlotea animadamente sobre sus clases de hoy y sobre una quedada que hizo el sábado, y yo me río y lo escucho.
- ¿Cuándo había que entregar el anuncio? – Me pregunta de la nada, y yo me paro en seco.
- ¿No lo has entregado? – Frunzo el ceño, preparándome para insultarlo en mil idiomas como no lo haya entregado.
- ¿La fecha de entrega era ayer? – No respondo, y el apuro que siente es notable. Pero creo que más notable es mi cabreo ahora mismo. – Joder, no me mires así, me das miedo.
ESTÁS LEYENDO
Al Loco Del Que Me Enamoré // Lando Norris
FanfictionAlaia llega a Londres sin saber muy bien qué la ha llevado hasta allí. No conoce a nadie y, los estudios por los que se ha mudado, no la hacen feliz. Por suerte, un apuesto bombero la contrata para ser niñera de su pequeño hijo, y ambos le hacen sen...