Harriet Potter, la melliza de Harry Potter. Ella es una chica que no le gusta hablar mucho de ella y sufre en silencio. Su hermano Harry, no sabe lo que su tía le hace a escondidas de todos, lo que le llevó a una depresión y odió hacía sí misma. El...
Cuando Harriet llegó al Valle de Godric se aseguro que nadie le viera el rostro y supiera quién es ella, sobre todo los mortifagos, lo menos que quiere es que la acorralen y se la lleven con Voldemort. Entró a la casa y una sensación de nostalgia apareció en su pecho aunque no se acordaba de haber estado viviendo ahí los primeros años de su vida.
Buscó por los cajones algún papel que le otorgara la información que buscaba y necesitaba sobre todo, movería cielo y tierra por encontrar a su hermana menor pérdida y traerla a casa, dónde debería de estar desde que nació. Por unos segundos pensó en Harry, en qué sí él sabría sobre la menor y también quisiera buscarla pero de seguro estaría centrado en ser el “elegido” y acabar con Voldemort.
De uno de los armarios sacó una pila de documentos y los dejó encima de una de las mesas y se sentó en el sillón. Reviso cada papel con su varita en la mano por sí tenía que atacar y ver lo que ponía en las hojas. No quería llamar la atención de los que se encontraban fuera por su seguridad.
Uno de ellos le llamó la atención y sabía que posiblemente encontraría las respuestas. En el documento ponía Elijah Potter Evans. Al menos ya sabía cómo se llamaba su hermana. Iba a leer cuando escuchó un ruido proveniente de la parte de arriba, se levantó del sillón de un brinco, guardó el papel y se cubrió la cara antes de subir con la varita fija y lista para defenderse.
Llegó hasta la habitación la cuál pertenecía a sus padres, entró y no podía creer quién estaba viendo. Era Peter Pettigrew, al verlo su sangre hirvió de rabia al ver al culpable de las muertes de sus padres.
Harriet: ¡¿Cómo te atreves a venir aquí?! —Lo apuntó con la varita revelando su rostro dejándolo atónito.
Peter: Tú… estás muerta… no… —Potter no le dejó terminar la frase.
Harriet: ¡CALLATE RATA! ¡AQUÍ LAS QUE VA A HACER PREGUNTAS SOY YO! ¿ENTENDISTE? —Peter asintió frenéticamente, estaba asustado al ver los ojos rojos de Harriet. Intentó huir pero la pelirroja más ágil y lo mandó a volar, le mandó un hechizo y lo amarró al suelo para que no se moviera ni se fuera. Sabía que al fin tendría que matarlo para proteger su secreto. —Ahora me vas a escuchar y responderás a todas mis preguntas con sinceridad y tal vez te perdoné la vida, ¿de acuerdo? —Peter volvió a asentir. —Así me gusta —se sentó en los pies de la cama de sus padres y lo miró sin ninguna expresión en el rostro. —¿Qué sabes de Elijah Potter?
Peter: Elijah Potter es la tercera hija de tus padres. La profecía decía que esa niña en el futuro sería poderosa y eso llegó a todo el mundo, incluso a mi señor, pero otra persona más inteligente que mi señor se la arrebató a tus padres y se la llevó muy lejos de aquí.
Harriet: ¿Quién se la llevó?
Peter: Daniel Smith Torres. Es un mago poco conocido hasta el momento, muy pocos saben de él y lo utiliza para hacer sus trabajos sucios sin que nadie vaya detrás de él.
Harriet: ¿Dónde lo puedo encontrar y a mi hermana?
Peter: No lo sé, el único que lo sabe es Albus Dumbledore. Él también está detrás del secuestro de Elijah al igual que Harry te odié… Albus Dumbledore le comió la cabeza a tu hermano para cuando llegué la batalla él sea capaz de matarte sin pensar que eres su hermana porque estará cegado por la rabia.
Harriet: Gracias por está información pero ya no me sirves —lo mata después de torturarlo un buen rato.
Con toda la información que tenía regreso a la casa de sus suegros a descansar sabiendo que al día siguiente iba a ser un día ajetreado y difícil.
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Tonks se encontraba acostada en la cama esperando con ansías a que su novia llegará. Se levantó de la cama dispuesta a ir a buscarla pero no hizo falta, Harriet entró a la habitación con una bandeja con comida y una rosa.
Tonks: Ya iba a buscarte, princesa.
Harriet: Me demoré un poco porque tuve que encargarme de no dejar testigos. —Deja la bandeja en la cama. —En la casa de mis padres estaba Peter Pettigrew y le hice un interrogatorio sobre Elijah, así se llama mi hermana, después lo maté.
Tonks: Pero, ¿tú estás bien? —Al verla asentir suspiro con alivió. —Me da igual que lo hayas matado mientras que tú estés bien el resto me da igual pero sin tí, yo me muero.
Harriet: Vamos a estar juntas hasta que seamos viejitas y llegué nuestra hora de morir y formaremos una familia, pequeña o grande, eso me da igual pero será nuestra familia.
Tonks: Te amo —la besa con amor.
El beso cada vez se iba haciendo más intenso, las manos de Harriet desabrocharon con lentitud y sensualidad los botones de la camisa de la metamorfomaga. Los labios de la menor bajaron hasta el cuello de la mayor y se entretuvo marcando la zona con ganas mientras la otra ponía todos los hechizos necesarios para no traumar a sus padres.
Tonks le arrancó la ropa a la pelirroja y la tiró a la cama, se puso de rodillas en el suelo y comenzó a lamer la feminidad de su princesa con ganas, la pelo chicle se excitó al escuchar los gemidos de su chica. La penetró con cinco dedos y se movió rápidamente dentro de ella hasta que se corrió.
Harriet: Joder, Tonks… —Su respiración estaba agitada. Vio como Tonks se colocaba entre sus piernas y mandarle un hechizo de protección para luego desnudarse y cambiar su feminidad al aparato reproductor masculino. La penetró sin previo aviso. Se llevó un pecho a la boca y lo comenzó a succionar. —Oh joder… ¡TONKS!
Así estuvieron hasta que tuvieron el segundo orgasmo y se quedaron dormidas, Harriet con una pierna encima de Tonks y está última tenía sus brazos rodeando su cintura.
