CAP. 3

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"El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices."

- Nietzsche.








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Emilio estaba fumando fuera de la habitación de su madre recargado contra el barandal en el balcón de la casa de sus padres, dónde creció y vivió por 22 años. Hasta que se mudó a Madrid para terminar su segunda carrera, sólo, lejos de su estricto padre, - la mejor época de su vida -. Sólo que regresó cuándo cumplió los 26 años de nuevo a México.

— Pequeño, deberías dejar la oficina. — su madre con una sonrisa estaba parada en el marco de la puerta viendo cómo su hijo estaba frustrado, lo podía percibir, pero conoce a su hijo cómo la palma de su mano. — Sé que no te hace feliz estar encerrado ahí.

El oji-café asintió y tiró su cigarrillo para darse la vuelta y abrazar a su madre hundiéndose en el delicioso aroma a protección y dulce cómo una taza de chocolate caliente, así es cómo Emilio se siente cada vez que está junto con ella.

El aroma de cada persona; los demás lo perciben y lo pueden lograr identificar con algo que ellos disfruten y les recuerden a esa persona. Su madre para Emilio tiene el olor a chocolate caliente y el de su padre es a un periódico viejo, cada casta tiene un aroma y las personas lo pueden identificar con un dulce, fruta, flores ó un objeto y de esa manera nunca olvidarlo.

— Mi niño pequeño, quieres un poco de chocolate, hoy es una mañana fría.

Emilio asintió y se adentró a la habitación de su madre cerrando la puerta del balcón dejando las cortinas abiertas, esa mañana no había ido a trabajar, le había avisado a Elyzabeth que pasaría el día con su madre.

Niurka ya se había sentado en una de las sillas que había en su habitación esperando a que les llevaran el chocolate que había pedido por teléfono. — No tienes que hacerlo, estudiaste turismo cómo tu padre te lo mandó, después te mudaste a Madrid a estudiar Gastronomía, lo que a tí te gusta. — su madre sonrió viendo a su pequeño, pero ya grande alfa frente a ella.

Emilio sonrió y se sentó a un lado de ella, cuándo una omega que lo vió crecer entró con una bandeja con 2 vasos de chocolate y galletas, lo dejó en la mesita para saludar a Emilio.

— El pequeño alfa, tenía mucho que no lo veía joven Emilio. — el oji-café se sonrojó al escuchar cómo su nana le hablaba.

— Hace unas semanas regresé de Madrid. — su sonrisa se borró al recordar el motivo de su regreso. — Me haré cargo de la nueva agencia, así que me verás más tiempo por aquí nana. — Emilio le dió un beso en su mejilla y ésta lo felicitó por su regreso, estaba feliz por él, después de ese pequeño encuentro se retiró y su madre lo volvió a cuestionar.

Change Of Plans // Adaptación Emiliaco y Leidely OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora