Change Of Plans // Adaptación Emiliaco y Leidely Omegaverse

CAP. 10

"Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".

-  Nietzsche.

María estaba terminando el corte de dinero, ya tenía que cerrar, sólo Joaquín estaba aún ahí, Nikolás se fué hace unos cuántos minutos atrás.

Las personas que aún llegaban sólo pedían algo y no se quedaban, así que el castaño la ayudó a limpiar las mesas hablando de cualquier cosa, pero terminaban con lo del probable embarazo de su amigo.

— Crees que Leidy le cuente pronto su historia. Ya sabes...

Joaquín estaba recargado contra el asiento de una silla viendo a la castaña, éste sólo se encoge de hombros sin saber qué responder. — Si en verdad es su destinada y la ama, llegará el momento de hablarlo. Puedes hacerme el favor de voltear el cartel a "cerrado" solecito.

Joaquín asintió y algo le decía que su amigo no tardará en decirle lo que pasó hace años a Elyzabeth, ella parece ser una buena alfa y la vá a entender, de eso estaba seguro. Cuándo volteó el pequeño cartel de la puerta de vidrio que decía "Cerrado"  se asustó al ver un chico con sudadera negra pararse frente a la puerta haciendo un pequeño puchero rascándose la nuca.

Es el mismo chico del otro día. Miel y café se unieron observando con detenimiento a través del espejo al otro.

— Lo siento, ya está cerrado...— habló Joaquín esperando que ese chico de ojos cafés lo logre escuchar.

— Yo no... Soy Emilio, yo quiero tu nombre. — el oji-café se dió un golpe en la frente con su mano porque estaba actuando cómo un idiota.

Joaquín sonrió y volteó a ver a su amiga que seguía detrás de la computadora, giró la manija de la puerta y salió a ver al oji-café.

— Hola Emilio, soy Joaquín.

Sonrió mientras le tendía su mano para que lo saludara, éste con movimientos torpes, lo hizo y siguió al castaño a sentarse a una de las mesas de afuera.

— Te recuerdo del otro día. Yo, perdón, pero me sentí mal.

Joaquín sintió la necesidad de pedir perdón aún sin saber quién es ese alfa y porqué lo estaba buscando, sólo sabía que eso era lo correcto.

Emilio sonrió asintiendo dejándose hundir en el dulce aroma de Joaquín, «Dios hasta su nombre se escucha dulce, igual de hermoso.»

— También pido perdón, nunca me había comportado así. — se movió inquieto en su lugar al recordar cómo por poco ese día pierde la compostura sólo para ir a buscarlo y asegurarse de que estaba bien.

— Creo que sólo eso necesitaba decirte Emilio.

— Yo también Joaquín, aunque también me gustaría invitarte a...

— Ya es de noche, quizás otro día. — Joaquín se levantó con un leve sonrojo, en verdad le gustaría hablar más con el alfa, porque aunque cruzaron muy pocas palabras, podía notar que estaba siendo sincero y sin ninguna otra intención, pero no iba a mentir, se quería quedar sólo por su exquisito aroma.

Pero al momento que propuso salir se alteró y lo cortó sin dejar que él se explique y Louis aceptó sin insistir más, ya había cruzado la primera línea, que fue hablar y presentarse.

— Si, no hay problema, mira. Te dejo mi tarjeta y espero que nos podamos ver pronto Joaquín.

Emilio le entregó una tarjeta negra que había sacado de su cartera dónde se encontraba con todos los datos del alfa y se la entregó con una sonrisa ladina.