CAP. 40

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"Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte."

- Sigmund Freud.







La noche se hizo más presente. Emilio y Joaquín se despidieron de Elyzabeth, ellos tenían que retirarse porque habían dejado a su hija con los padres del oji-café y sabían que estaba bien, pero no podían estar ahí lo que restaba de la noche, será mejor venir temprano a ver a sus amigos. Elyzabeth prometió que les avisaría cualquier cosa que suceda y le pidió al omega castaño que les informe a sus otros amigos, ya que por varias razones no pudieron estar ahí con ellos y la alfa no tenía tanta cabeza en esos momentos para eso. La madre de Elyzabeth y su hermana con el pequeño Leo se fueron casi a la 1 de la madrugada sólo porque la alfa se los pidió, no estaba bien que se quedaran ahí toda la noche. Sólo pasaron 15 minutos cuándo  lae informaron al alfa que podía pasar con su omega, ya estaba despierta y pedía verla.

— ¡Elyyyyy! — la pelinegra gritó apenas vió a su alfa entrar a la habitación con la enfermera, su alfa se acercó rápido tomándola de la mano mientras dejaba un beso en sus labios. — Fueron por nuestros cachorros, ellos están bien.

— Mi dulce omega. — besó las manos de la pelinegra, — Cómo estás tú. — sonrió viendo el sonrojó de su omega.

— Estoy bien, Albert dijo que tuve mucha presión en el parto, lo que provocó que mi corazón se detuviera unos cuántos minutos. — Sonrió haciéndole entender que todo estaba bien, ya no había ningún peligro en esos momentos, sólo quería a su alfa a su lado y ser mimada.

— Leima si algo te llegara a pasar me volvería loca. — se inclinó y besó los labios resecos de su omega escuchando cómo la puerta de la habitación se volvía abrir y por ella entraba una enfermera con un cunero y en ésta se encontraban sus cachorros. — Es hora que coman los pequeños. — les habló la enfermera con una sonrisa llegó al lado de la pareja que con ilusión veía a sus hijos.








TRILLIZOS SÁNCHEZ-MATA

TRILLIZOS SÁNCHEZ-MATA

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Elyzabeth veía cómo Leidy con cuidado y miedo de lastimar a esas pequeñas personitas que tenía cargando en brazos les hiciera algún daño. El recuerdo de Leidy balanceándose en el columpio de su jardín no se compara con la imagen que tenía frente a ella: la omega pelinegra sosteniendo a dos de sus cachorros con la bata desabrochada con su torso desnudo para que los dos tuvieran contacto con la piel de su omega mientras comían con tranquilidad.

La pelinegra ni siquiera estaba consciente de la mirada de su alfa sólo hasta que la llamó para que cargue a la pequeña y vuelva a repetir lo que hace unos minutos antes la enfermera les enseñó que después de darles de comer a sus cachorros tenían que sacarles el aire y los pequeños volverían a dormir.

Change Of Plans // Adaptación Emiliaco y Leidely OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora