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"¿Acaso me gusta?"

"Ser capaz de olvidar es la base de la cordura. Recordar incesantemente conduce a la obsesión y a la locura.”

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Los sabios decían que la paciencia es una virtud, de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que las cosas que no dependen estrictamente de uno, sino que se les debe otorgar tiempo.

La paciencia y silencio son dos atributos que ella aprendió, aunque para varias personas la consideraban arrogante o indiferente, ella sabía bien cuando podía actuar y cuando debía mantener la calma, ella podría aparentar ser sumisa y obediente cuando lo necesitaba.

Por lo menos para poder sobrevivir, ¿Sino fuera por eso, quien sabría cuántas veces habría sido vendida o humillada por esos hombres?.

Ya decía Confucio que quien no tiene paciencia y prudencia ante los pequeños problemas de la vida, cuando lleguen las dificultades se sentirá bloqueado; incapaz de reaccionar. La paciencia es una virtud que no todos saben o pueden gestionar.

Pero incluso con sus años de práctica y experiencia, no pudo controlar la comisura de su boca que casi se torcida en una mueca de despreció, tubo que bajar ligeramente sus ojos, ocultando el desprecio y odio bajo las espesas pestañas.

— ¿No dices nada? ¿A dónde fue la confianza con la que hablaste ese día?— Satoru se acercó algunos pasos para mirar a la mujer.

No supo porque tenía sentimientos contradictorios, por una parte le molestaba, y por otra, sentía el extraño deseo de molestarla.

No era como las otras veces, dónde sentía  repulsión y molestia hacia esos ancianos y vejestorios codiciosos, o cuando se enfrentaba a chamanes que le estorbaban.

En aquellas ocasiones le gustaba verlos llenos de irá. Pero está vez no sentía el disgusto usual, Solo sabía que le gustaba ver las comisuras de los ojos de esa mujer temblar mientras intentaba mantener una expresión tranquila.

¿Quizás quería destrozar su máscara?, ¿Acaso este era un nuevo capricho suyo?.

Utahime no se dió cuenta de los complejos pensamientos de Satoru Gojo, si los supiera solo gritaría que era un sádico antipático y egoísta.

Ella solo guardo silencio en una mirada tranquila y serena, pero sus uñas estaban fuertemente clavadas en la madera del Koto, incluso si este era el favorito de su colección, en estos momentos solo podía imaginar que estaba rasgando la cara de ese hombre.

— ¿Se conocen?— Gakuganji, suspiro al ver a la lamentable Cortesana, sentía un poco de lastima por ella, mientras admiraba a la vez, su postura calmada, ya que era todo un logro aguantar a Satoru sin explotar a la vez.

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