"Si vas a estar en mi cabeza dando vueltas todo el día, al menos vístete".
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— Vaya...eso fue un desastre— Satoru Gojo murmuró observando el pasillo al que había sido expulsado con Yuta.
Se quejó en el fondo, por la tacañería de esa mujer. Ya había aceptado, pero de un momento a otro había cambiado de opinión.
— Disculpe, Gojo-sensei— Yuta sentía que había pasado por el momento más vergonzoso de su vida. A diferencia de la apariencia tranquila y relajada de su tutor legal, el estaba nervioso y se sentía como un estúpido.
El al principio quería agradecer a esa joven misteriosa que lo había ayudado, en el fondo se sintió bastante conmovido ya que ella fue la única que lo ayudó, cuando estaba en esa situación.
Solo que no esperaba seguirla hasta un burdel, el olor a colorete, incienso y perfume casi hace que estornude, tenía la cabeza gacha sin atreverse a mirar a los escotes y ropas reveladoras.
Cuando se dió cuenta solo pudo seguirla con la esperanza de salir de ese lugar. Pero jamás pensó que se encontraría con su tutor legal y maestro, Gojo.
— Está bien, igual tendré otras oportunidades en el futuro...lo único que me intriga es porque estás aquí, ¿Acaso ya entraste en la edad rebelde dónde sientes curiosidad por...—.
— ¡No! ¡Se equivoca! Estaba siguiendo a esa chica...yo—.
— ¿Esa chiquilla de cabello verde? Creo que es una de las aprendices de Utahime, ¿Acaso te gusta? Porque si es así puedes esperar unos años para...—.
— ¡No!— por segunda vez Yuta interrumpió a Satoru antes de que terminara esas burlas y frases, realmente tenía mala suerte para encontrarse con el— es una chica que me ayudó, así que quería devolverle el favor...solo que no esperaba que me odiaran tanto—.
— ¿Favor? ¿Esa pequeña te ayudó?— Satoru observo a su primo. Provenía del mismo clan, solo que Yuta provenía de una rama lejana, quizás a lo mucho solo sería primos en tercer grado o cuarto grado, y ambos no podían ser más diferentes tanto el físico como su mentalidad.
Cualquier persona que los viera, nunca pensaría que fueran familiares, Gojo con su apariencia llamativa y personalidad alegre era completamente contraria con la Yuta. Podía ser considerado un joven alto, pero debido a que se encorvada y hablaba en voz baja, esto hacia que se volvería casi invisible.
Esto había causado varios dolores de cabeza a Satoru, un joven sin confianza, tímido y solitario, no sobreviviría en un mundo tan corrupto y cruel como el de los chamanes, incluso si este poseía habilidades increíbles, como su capacidad de energía Inmensurable maldita y la de copia.
