"¿Zenin?"
"Cuando nuestro odio es violento, nos hunde incluso por debajo de aquellos a quienes odiamos. (François de La Rochefoucauld)"
[...]
[...]
— ¡Ah! ¡Ha! No, no— Utahime grito pateando en futón, era tan real, la sangre que goteaba y el frío metal que había sostenido en sus manos.
¿Ella había matado a alguien? No lo entendía, ¿Porque estaba Gojo allí? ¿Porque ella sostenía un cuchillo? Incluso si lo odiaba no pensaba en matar a una persona.
¿Dónde estaba? Utahime reconoció las paredes Shoji y el piso de tatami, estaba en su habitación y no en aquel lugar oscuro y extrañó, ahora podía controlar sus manos y pies.
¿Era un sueño? Utahime respiró aliviada, mientras intentaba calmarse y decirse que solo había Sido una horrible pesadilla.
¿Tanto odiaba a Satoru Gojo que ahora en sus sueños ella lo mataba? Quizás ella hubiera estado feliz si solo lo viera siendo golpeado o en una situación embarazosa, pero el recuerdo de la sangre fue algo que le hizo sentir arcadas.
Tuvo que usar mucha fuerza de voluntad para controlar el violento movimiento de su estómago que amenazaba con sacar todo el contenido de aquella comida picante que ingirió.
Bajó las náuseas y el dolor de su garganta, sintió el sabor metálico de sangre en su boca.
Era la herida que ella se había hecho cuando mordió a ese bastardo, se volvió a abrir provocando que sintera ganas de vomitar ante el incómodo sabor de la sangre.
Ella deseaba que el amanecer no llegará, sus párpados lucharon por cerrarse y se encontró bastante cansada, pero cada vez que lo hacía esas imágenes de sangre y odio se filtraban en su mente, peor que aquel asesinato.
Ella paso los minutos y horas contando ovejas, cuando se canso de imaginar esos peludos animales paso a contar hacia atrás a partir de 300, de 3 en 3 y finalmente medito e intento recitar el sutra de corazón, este patrón siguió hasta que una tenue luz atravesó su ventana, goleando su rostro indicando aquella hora molesta.
Anteriormente su hora favorita era el día, incluso si no era una persona madrugadora u odiaran madrugar debido al efecto de la resaca, pero el no tener que pensar en encontrarse con clientes molestos o lidiar con los problemas del burdel, junto con los molestos ruidos de la noche, hacían que deseara que el día durará más.
Solo que ahora deseaba que el día nunca hubiera llegado. Su molestia aumento ante su dolor de cabeza, debido a la falta de suelo.
— Utahime-nee-san, Soy Nobara— desde fuera de su habitación, escuchó la voz de una de sus estudiantes— ¿Puedo entrar?—.
ESTÁS LEYENDO
CANARIOS
Romance"Creemos que los pájaros enjaulados cantan, cuando en realidad lloran." John Webster Si fueran otras personas ellos serían capaz de amarse libremente.