Take me home

Capítulo 5: Desesperacion

Tal y como le había prometido a su madre...y a John, Tom encontró un hueco y se pudo acercar al hospital. Su madre estaba ocupada atendiendo un paciente y tras saludar a Georg con la cabeza fue directo a la habitación de John.

Llamó con suavidad a la puerta y cuando escuchó un ahoga "pasa" entró en la habitación arrugando la frente.

— ¿Estás llorando?—preguntó acercándose a la cama.

John asintió mientras se recostaba en la misma. Tom se mordió el labio y se sentó en el borde, pasando una mano con torpeza por su espalda.

—No me fío de David—murmuró John entre sollozos.

— ¿El doctor Jost?—preguntó Tom arrugando la frente.

—No me cree, le digo que hay alguien tras de mí y ni se inmuta—explicó John.

— ¿Quién puede ir tras de ti?—inquirió Tom.

— ¡No lo sé!—gritó John sin poderse contener –He perdido la memoria, no me acuerdo de nada y solo tengo...sensaciones...

Tom se le quedó mirando. Se sentía muy impotente, verle llorar porque no recordaba nada y él sin poder consolarlo. ¿Qué hacer o decirle que no fuera obvio? Todos le repetían que tuviera calma, que recuperaría la memoria cuando menos lo esperase. Pero... ¿y si pasaban años? ¿Y si no lograba recordar nada?

—Perdóname—susurró John limpiándose las lágrimas—No debí gritarte, pero es que...me sentía tan...

—Necesitabas desahogarte—dijo Tom sonriéndole—No te preocupes, y no te reprimas cuando lo necesites.

—Eres la única persona en la que puedo confiar y mira cómo te trato—murmuró John resoplando—Seguro que tienes mejores cosas que hacer que visitar a un desconocido que te grita nada más entrar por la puerta.

Tom negó con la cabeza al tiempo que seguía con lo que estaba. Su mano continuaba en la espalda de John, acariciándosela con suavidad.... ¿había algo mejor que hacer que eso? Negó con la cabeza suspirando sin dejar de frotarle la espalda hasta que escuchó su suave respiración. John había caído rendido por las lágrimas y en esos momentos dormía con el cuerpo sacudido por un ligero hipo.

Se le quedó mirando y siguiendo un impulso llevó una mano a su mejilla y le retiró un mechón de pelo que le estorbaba. Se le quedó mirando suspirando, no le conocía de nada pero algo le decía que era una persona que había pasado por mucho y necesitaba su ayuda desesperada...

— ¿Tom?

La voz de su madre le hizo levantarse de golpe, viendo como John gemía en sueños y se acomodaba mejor en la cama sonriendo. Sonrió él también pensando que era la primera vez que le veía hacerlo.

— ¿Qué haces?—preguntó Simone en voz baja.

—Vine a verte...y como estabas ocupada vine a ver qué tal estaba John—explicó Tom yendo hacia su madre.

—Hablemos en mi despacho, he encontrado algo en sus análisis—murmuró Simone.

Tom asintió y siguió a su madre. Ocupó asiento en el sofá que tenía su madre en una esquina de su despacho y esperó mientras la veía coger una carpeta con gesto preocupado.

—He encontrado una sustancia en la sangre de John—empezó a explicar Simone sentándose al lado de su hijo—Flunitracepam.

— ¿Una droga que se usa para...violar?—preguntó Tom arrugando la frente.

—Si—contestó Simone suspirando—En realidad es un anestésico quirúrgico que al mezclarse con el alcohol ocasiona un efecto de incapacidad a la víctima, que no puede defenderse de la agresión sexual.

— ¿Me estás diciendo que han tratado de violar a John?—preguntó Tom sin podérselo creer.

—Puede ser que...alguien le drogara y fuera tras él con esas intenciones y John no tuviera más remedio que tirarse al agua huyendo de él—contestó Simone.

—Aturdido como estaba tampoco es que tuviera otra opción—comentó Tom.

—Esa droga tiene efectos sedativos e hipnóticos—siguió explicando Simone—Y produce amnesia en las víctimas, eso y que John permaneciera en el agua tanto tiempo habrá hecho que su amnesia sea más fuerte que en otras víctimas.

—Ha olvidado toda su vida—murmuró Tom—Pero aun así tiene la sensación de que hay alguien que va tras él, y el doctor Jost no lo cree así.

—No sabe lo que hallé en la sangre de John—dijo Simone—Cuando hablé con él...fue muy frío, me dio esa sensación. Insistió en que John había tratado de suicidarse y que le veía un chico muy problemático.

—Vaya ojo—murmuró Tom resoplando.

—Sí, ya sé que tú crees que John es...especial—murmuró Simone a su vez.

—Mamá, yo...—empezó a decir Tom.

—No pasa nada, cariño—se apresuró a decir Simone cogiéndole una mano—Si te gustan los chicos...

—Me gusta John—aclaró Tom—Pero...forma parte del caso que estoy investigando y no pienso hacer nada hasta descubrir que le pasó, y si no tiene a nadie. Jamás me interpondría entre dos personas que se quieren, lo sabes muy bien mamá.

—Si...lo sé...—susurró suspirando Simone.

Tom miró a su madre sintiendo mucho haber tocado tan delicado tema...