No podía sentirse más avergonzado...todo había sucedido con mucha rapidez, disparó su arma hiriendo en el hombro a la persona que había entrado forzando la puerta de su casa. Le escuchó soltar un gemido de dolor al tiempo que caía al suelo, se movió con rapidez y accionó la luz del vestíbulo al tiempo que daba una patada a la pistola que se le había caído y la arrojaba lejos de su alcance.
— ¡No te muevas, cabrón!—gritó sin dejar de apuntarle.
—No dispares....soy de los buenos...—gimió desde el suelo el chico.
— ¿Qué?—preguntó Tom sin entender.
—Soy...soy detective privado—explicó el chico entre jadeos—En mi chaqueta está mi cartera, con mi identificación y la licencia para llevar armas.
Tom le miró sin fiarse y con un movimiento de la cabeza le ordenó que se lo mostrara sin dejar de apuntarle al corazón. El chico obedeció y cogió su cartera, enseñándole la licencia que llevaba tal y como le había explicado. Tom leyó su nombre impreso en ella, al lado de la palabra detective privado.
—Gustav Schafer—murmuró.
—Ese soy yo—dijo Gustav resoplando— ¿Puede alguien llamar a una ambulancia antes de que muera desangrado?
Bajó el arma y fue al salón a hacer una llamada. Georg le explicó que su madre iba ya camino de casa y se presentó a los 5 minutos. Siempre llevaba su maletín con ella y atendió al herido en la cocina bajo su atenta mirada, que no podía dejar de pensar en la cara que puso su madre al llegar a casa.
No queriendo dejar al tal Gustav solo, le ayudó a levantarse y llevó a la cocina dónde cogiendo un paño limpio se lo tendió para que cortase con el la pequeña hemorragia. Por suerte la bala había pasado rozándole el hombro y la herida no era tan grave como pensaba. Se quedó en la puerta vigilándole mientras que sentía a Bill a su espalda.
Se giraron cuando escucharon la puerta de la calle y entró su madre, pasando por el charco de sangre que había dejado Gustav en el suelo del vestíbulo. Los ojos de Simone se dirigieron a él, y luego a su hijo e invitado, que la miraban ambos sonrojados. No hacía falta pensar mucho para averiguar qué había pasado hacía varios minutos...su hijo llevando solo unos bóxers y Bill una camiseta de su hijo de la que no hacía más que tirar tratando de cubrir su medio desnudez.
—Bill, ¿por qué ni subes a vestirte?—le preguntó Simone carraspeando—No cojas frío.
Bill asintió y corrió a hacer lo que le habían pedido sin notar la mirada que Simone dirigía a su hijo. Subió a su habitación y se puso la ropa que había llevado, cogiendo la camiseta de Tom y sus pantalones y bajándoselos para que él también se vistiera. Se los tendió y Tom se vistió con rapidez mientras que su madre limpiaba la herida de Gustav y vendaba.
— ¿Alguien puede decirme qué ha pasado?—preguntó Simone mirando al desconocido que tenía en su cocina.
—Me llamo Gustav Schafer, y soy detective privado—se presentó Gustav mirando a Bill.
— ¿Por qué has forzado la puerta para entrar?—intervino Tom poniéndose entre Gustav y Bill—Tenemos un timbre, está justo al lado de la puerta.
No le gustaba la mirada que le estaba dirigiendo, como si le estuviera estudiando.
—No hace falta que me hable en ese tono, me ha disparado y puedo denunciarle—saltó Gustav.
—Fue en defensa propia—siseó Tom sin inmutarse—Allanamiento de morada, ¿le suena de algo?
—No os peléis—intervino Simone poniendo algo de paz—Dejemos que se explique y luego ya hablamos de quien va a pagar la cerradura que han reventado y quien limpiará la sangre que está manchando mi suelo.
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Take me home
Mystery / ThrillerUn joven despierta confuso en la playa sin poder recordar quien es. Pronto encuentra apoyo en Tom, quien le ayuda a recordar el pasado