Capítulo 16: Verdades al descubierto

56 11 1
                                    



Salió a dar un paseo, necesitaba pensar tras la llamada recibida. Cuando regresó a la casa, David estaba en el dormitorio que compartían preparando una maleta con rapidez.

—Estás nervioso. ¿Vas a alguna parte?—preguntó Natalie— ¿A Berlín tal vez?

—Me preocupo por Bill—contestó David cerrando la maleta.

—Tienes un corazón de oro—comentó Natalie cruzándose de brazos.

David la ignoró y pasando por su lado bajó al piso inferior. Dejó la maleta en el suelo y se sirvió un vaso de whisky. Se lo bebió de un trago, estaba muy nervioso y lo necesitaba.

—David, párate a pensar—dijo Natalie resoplando.

—Cuando estaba aquí podía vigilarle—murmuró David sirviéndose otro vaso.

—Ibas a decirle la verdad para limpiar tu conciencia—saltó Natalie.

—No podemos dejar que vagabundee por Berlín, todo está fuera de control—se defendió David.

—Lo único que está fuera de control eres tú—apuntó Natalie.

—Podía terminar muerto—murmuró David.

— ¿Y de qué otra manera pensabas que iba a terminar?—estalló Natalie volviéndose.

Dejó de hablar, alguien les observaba discutir por la ventana. Se acercó a la puerta y la abrió sonriendo ampliamente al recién llegado.

—Bill, que alegría que estés aquí—le saludó con ironía—Pasa, hablábamos de ti.




Fue a comisaría todo lo rápido que pudo, ¿qué más podía ir mal? Se dirigió a uno de sus compañeros, que le tendía una hoja recién salida de la impresora.

—Tenemos noticias de las huellas de Bill Trümper que metimos en la base de datos—le explicó.

Cogió la hoja y leyó con asombro...era una fotocopia del carné de conducir de Bill, en donde aparecía como...

—Bill Jost—murmuró Tom sin comprender.

—Al parecer, el doctor Jost olvidó que estaba casado con otra persona—comentó su compañero.

Salió de la comisaría y entró en el coche, conduciendo con rapidez hacia la casa de David...




—Siento mucho presentarme así de repente pero...no sabía dónde ir—dijo Bill entrando en la casa de David.

— ¿Quieres tomar algo?—preguntó Natalie adoptando el papel de anfitriona.

— ¿Dónde has estado?—preguntó David a su vez.

—En Berlín—contestó Bill mirándole—Fui a una galería de arte que me resultó conocida y la dueña me dio unas obras que decía que yo se las había dejado.

—Bill, hay muchas cosas que...—empezó a decir David.

—David, deja que Bill hable—interrumpió Natalie.

—No sabía qué hacer con las obras y las dejé en la casa de Tom—explicó Bill.

—Tal vez pueda ayudarte si me dejas verlas—dijo Natalie mirando a David—Cariño, puede que nos ayude a entender esto.

Take me homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora