13

737 66 17
                                    

Si el teléfono sonaba una vez mas terminaría apagándolo. No podía seguir recibiendo esa clase de mensajes, si Georg los descubría iba a matarlo. Sin embargo, por alguna razón a Tom parecía importarle muy poco, pues toda la mañana había estado recibiendo mensajes del mayor que de tiernos tenían poco.

El teléfono volvió a sonar, Bill abrió el mensaje y sintió otro escalofrío recorrerle el cuerpo.

"Tengo ganas de darte tan fuerte que al día siguiente no te puedas levantar. Si vieras que duro estoy ahora vendrías a ayudarme. Mandaré una foto"

El pelinegro escribió rápidamente la respuesta compuesta por un iNO MANDES NADA!, borró el mensaje de Tom y bloqueó el celular. Cinco minutos después, la alerta volvió a sonar, había recibido un nuevo mensaje, tenía que abrirlos para poder borrarlos. Abrió el mensaje pero no se molestó en ver la foto, solo con la acción ya estaba fuertemente sonrojado. Si veía la foto probablemente terminaría en el baño dándose alivio.

Había tratado de escribir un poco, pero las interrupciones de Tom lo mantenían distraído. Ahora solo se encontraba en la sala viendo fijamente la pantalla de la computadora, mientras el celular a su lado sonaba sin parar.

-¿Quién te está mensajeando tanto?- preguntó Georg, sabía la respuesta, no se necesitaba ser un genio al ver las reacciones de Bill cada vez que recibía un mensaje, pero le molestaba que Tom fuera tan cínico, además que no perdería la oportunidad de hacer sentir mal a Bill.

-Johan- mintió de inmediato, no sé que problema trae con su novio, para variar- explicó mirando sin quitar la atención de la computadora

Georg alzó la ceja, estaba sorprendido de la rapidez en la que Bill había inventado una mentira, tal vez en otro momento la hubiera creído y entonces, sintió una rabia incontrolable de nuevo ¿Cuántas veces el pelinegro le habría mentido? ¿Desde cuándo estaría con el mayor? ¿Desde qué momento conocería a Kaulitz? Decidió no romperse la cabeza con preguntas que no tendrían respuesta, al menos no en ese momento, ya llegaría la ocasión para hacer esas preguntas y que las respuestas llegaran sin mas remedio. Pero ahora debía ser paciente.

Bill terminó por cerrar la laptop, no podía concentrarse, escribir se había vuelto una tarea difícil, sino es que casi imposible y tenía el presentimiento de que tenía que ver con Tom. El mayor nublaba sus pensamientos, después de sus encuentros o pláticas el menor siempre terminaba en una especie de coma mental, era incapaz de escribir una sola palabra o siquiera pensar en una sola situación. El problema era que los encuentros se hacían cada vez frecuentes y cada vez más su inspiración se iba al carajo. Lo cual era bastante irónico, al principio había comenzado a reescribir su novela, gracias a su encuentro con Kaulitz. Sin embargo, entre más tiempo pasaban juntos, más parecía alejarse de la realidad, como si el mundo alrededor de ellos no existiera y todo lo demás no importara. Para ellos solo existía el placer de estar juntos y el mundo podía irse al carajo. Lo cual no resultaba muy práctico cuando en verdad necesitaba escribir o no terminaría para la fecha acordada.

-¿Sigues sin poder escribir?-

Bill asintió suspirando -Si esto sigue así acabaré escribiendo un libro completamente nuevo, parece que con este no puedo avanzar ni un poquito-

Georg lo miró con comprensión -Cálmate, tómate tu tiempo, sabes que podemos cambiar la fecha, aun estamos a tiempo. Solamente creo que estás muy distraído de tu trabajo. A ver, ¿cuál es el problema?
¿Por qué no avanzas?- dejó el libro que estaba leyendo sobre la mesa, después de todo, Georg seguía siendo su editor, su trabajo no solo consistía en publicar a un escritor, sino guiarlo o corregirlo durante el avance de la historia, encaminarlo, por así decirlo.

El pelinegro se levantó dirigiéndose por un cigarro a la barra de la cocina -Sé perfectamente lo que va a pasar, pero por alguna razón no puedo escribirlo, lo tengo todo aquí- señaló su cabeza con el cigarro en la boca -sólo me es imposible plasmarlo-

DELIRIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora