Ming se ponía cada vez más nerviosa, pues no entendía como era posible que su madre supiera de eso, hizo lo posible por esconder todo rastro o evidencia.
Ming: — Mamá, no se de qué estás hablando, yo los lastimé, pero usé mis uñas solamente...
Wu al escuchar esa respuesta tomó las manos de Ming, mostrando que sus uñas están cortas, ademas de que sus dedos eran pequeños y delicados.
Wu: — Vamos a casa, tengo que explicarte algunas cosas... — la actitud de Wu parecía más calmada de lo que Ming esperaba.
Mientras se dirigían a casa, Ming no sabía que decir, pues su madre parecía ya estar enterada de todo, pero el nerviosismo por todo lo que había pasado la tenían bastante tensa.
Wu: — Pude ver a esos niños, las marcas que les dejaste... las pude reconocer perfectamente...
Finalmente habían llegado a casa, Wu entró directamente al templo mientras era seguida por su hija, quien con mucho nerviosismo intentaba comprender lo que estaba sucediendo.
Wu levantó el tapete con la imagen de Sun Yee, mostrando un compartimento donde se escondía un pergamino en el cual estaba la historia real y completa de su antepasada.
Ming solo esperaba a que su madre dijera algo, mostrándose preocupada pero sobretodo sumisa.
Wu: — Ya te he contado esta historia, pero hoy te contaré los detalles que omití hasta ahora, Sun Yee le pidió a los diosas que le dieran la habilidad de convertirse en una poderosa bestia en forma de panda rojo, la cual era controlada por las emociones, todo ayudado por la energía y luz de una luna roja, esto con el único propósito de proteger a su familia, a su pueblo... así pudo mantener la paz, y nuevamente con la ayuda de los dioses transferir este poder a sus hijas, para que fuese un don que se transmitiera de generación en generación...
Ming se sentía confundida, asustada, pues todo esto estaba siendo demasiado nuevo y aunque su madre estaba explicando de forma calmada y detallada, aún así era difícil procesar todo lo que estaba ocurriendo.
Ming: — ¿Entonces yo tengo ese don? Pero... mamá, ¿Por que no me hablaste de esto antes? Tú sabías...
Wu: — Hija, no te lo había dicho porque no sabía a qué edad o que factor sería el que desencadenaría la aparición de tu panda, si te lo decía antes solo te iba a preocupar y no habrías vivido de forma tranquila...
Ming empezó a sentirse muy asustada, pues ahora cualquier emoción fuerte haría que su panda apareciera, y sin poder controlarlo, lágrimas empezaron a salir desde sus ojos y su panda apareció, desordenado el lugar.
El panda de Ming era grande y peludo, tierno si se miraba desde el ángulo correcto, sus ojos marrones eran aún más visibles, y sus lágrimas cada vez más abundantes, pero pese a todo la mirada afligida de la joven aún estaba ahí presente.Wu, sin embargo, no mencionó nada al respecto en esta ocasión, al ver a su hija llorar solo se acercó para hablarle.
Wu: — Ming, no llores, esto tiene una solución, así como tú estás pasando por esto, todas las demás mujeres de la familia lo pasamos...
Ming sintió esperanza al escuchar eso, pero su dolor y miedo podían más en esos momentos — ¿Que hay que hacer para que pueda volver a como era antes?
Wu: — Hay que esperar a que vuelva a aparecer otra luna roja, tenemos que realizar un ritual en el que, el espíritu de tu panda será sellado en un talismán, de esa forma, tu cabello volverá a su color original, tus extremidades de panda ya no aparecerán, y la bestia desaparecerá por completo, ya no tendrás que preocuparte de si al emocionarte tu panda aparece...
Ming limpió sus lágrimas y finalmente volvió a su forma humana, por lo que solo se quedó obserbando a su madre con preocupación — ¿Cuando será la próxima luna roja?
Wu: — Aún faltan algunos meses
Ming: ¿De verdad tanto? No se cómo podré aguantar con esto apareciendo a cada rato...
Wu: — Mientras llegamos a esa fecha, te enseñaré técnicas y formas para controlar a tu panda, eso sí, debes poner mucha dedicación a esto, de otro modo tu panda se podría ver en las calles y eso se volvería un problema...
Ming: — Te escucharé atentamente, madre...Así pasaron algunas horas, Ming estaba suspendida de la escuela, por lo que no podría ver a Jin durante esos días, aquello la hacía sentir un poco mal.
Ella estaba en la sala, leyendo un libro, y entonces notó como todo su cabello ahora era rojo, era un poco difícil para ella acostumbrarse a eso.Pero justo en ese instante recordó las palabras de Jin, él decía que le gustaba su cabello rojo, esto le generó una calma en su interior tan grande que estaba casi riendo con tan solo pensarlo.
Pero entonces fue interrumpida de sus pensamientos por Helen, su hermana mayor por 5 años.
Helen: — Ming, ven acá, tenemos que hablar...
Ming: — Helen, ¿Que ocurre?
Helen: — Me enteré de que tu panda ya apareció, ¿como llevas eso? — preguntó ella mientras miraba a su hermana menor
Ming se sentó en la cama para así poder responder a su hermana con mayor tranquilidad — Pues mamá ya me lo explicó todo... debo controlar mis emociones por dos meses hasta que llegue otra luna roja y así pueda quitarme este panda...
Helen: — Sí, yo pasé por eso... es difícil controlar al panda, pero... al final te das cuenta de que no es tan difícil si ves encuentras aquello que te da calma y te aferras a eso...
Ming: — ¿Como se que es lo que me calma?
Helen: — Eso es algo que tú misma tendrás que descubrir... tú lo notarás...
Ming ya tenía una idea de lo que podría ser su calma, pero también tenía miedo de que eso fuera a complicar más las cosas, pues Jin se estaba convirtiendo en alguien cercano a ella, sin embargo, si lo ve como su calma, si las cosas no salen bien se puede convertir fácilmente en aquello que le quite la paz.
Helen: — ¿Tienes una idea de que podría ser tu calma?
Ming: — Aún no estoy segura, quiero... quiero analizarlo mejor...
Helen: — Bueno, si necesitas hablar, sabes que puedes acudir a mi, soy tu hermana al final...
Ming: — Está bien... — ella en ese momento se vio en el espejo que había en la habitación de Helen, notando como su cabello era tan largo que llegaba a más abajo de su espalda
Helen: — ¿En qué piensas?
Las palabras de Jin sobre su cabello era lo que más recordaba cada vez que lo veía — ¿Crees que mi cabello se ve bien de rojo?
Helen: — Bueno, es extraño verte, siempre fue negro, pero solo es cuestión de acostumbrarse, se te mira muy bien la verdad...
Ming sonrió y tomó un peine para poder arreglar su cabello, preguntándose qué diría Jin la próxima vez que la viera, si volvería a mencionar que le gusta o diría algo diferente.
En todo caso, era Jin quien liberaba su mente de todo pensamiento negativo, algo a lo que ella empezaba a acostumbrarse, pues inconscientemente empezaba a buscar la imagen del chico cuando se encontraba en momentos de tensión.
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Turning Red: La Adolescencia de Ming
FanfictionMing Lee, una adolescente de 15 años, tendrá que atravesar distintos problemas que se le presentarán a su corta edad, teniendo que sobrellevar su difícil relación con su madre, la aparición de dos nuevos problemas en su vida. Ming es una chica fuert...