Capítulo 19

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- Dos años después -

Ming ya tenía 18 años, se había convertido en una mujer adulta.
Hace poco comenzó a estudiar en la universidad una carrera de secretariado, algo que claramente ella no quería seguir, pues desde pequeña le habría encantado seguir algo en lo que pudiera explotar sus habilidades para el dibujo, pero su madre ya arruinó eso desde hace años.

Helen, su hermana, había conseguido una pareja, con la cual se fue a vivir hace un año, la vida en casa se había vuelto aún más aburrida.

Por supuesto la desición de Helen fue un golpe duro para Ming, pues en Helen veía un apoyo que no se lo daba nadie más.
Entre lágrimas y gimoteos, Helen le explicó las razones de su viaje lejos de casa.

Quería dar un paso al frente y seguir su vida, seguir su propio camino, uno libre de los designios de su madre, Helen esperaba que esto sirviera como inspiración para que Ming hiciera lo mismo.

Pero la devoción de Ming hacia la responsabilidad de cuidar el templo y buscar su redención para la herida que le hizo a su madre eran más fuertes.

Y así la separación de ambas hermanas se vio envuelta de un doloroso ambiente donde ninguna quería dejar ir a la otra.

Por lo que tiempo después de que Helen se fuera de casa, el estado de ánimo de Ming cada vez iba en una mayor decadencia.

Ming se había quedado con un sentimiento de culpa, de arrepentimiento y dolor desde que lastimó a su madre, hasta el punto en que dentro de sí generó un sentimiento de deuda, la cual le impide si quiera pensar en la posibilidad de volver a desobedecerla, aprisionandose a sí misma, a seguir las órdenes estrictas de su madre de aquí en adelante.

Fueron dos años, en los cuales no pudo dejar de extrañar a Jin cada día y cada noche, obligándose a sí misma con fuerza a intentar olvidarlo, olvidar la felicidad que su voz y sus palabras le transmitían a su corazón, olvidar lo segura que se siente en sus brazos.

- Una mañana de 1985 -

Ming se encontraba en la escuela, su actitud había cambiado mucho, ya no era una chica tímida, pero tampoco le gustaba juntarse con la gente, solamente mostraba una actitud fuerte que generaba miedo tanto en chicos como en chicas, pero había un sector de chicos que veían con ojos de amor a Ming, pues tal y como lo era en su adolescencia, ahora también seguía siendo un símbolo de belleza, y con su cuerpo casi totalmente desarrollado había obtenido un físico sumamente envidiable.

Especialmente en el área de su cadera, se había ensanchado bastante, esto naturalmente atraía la mirada de las personas.

Ella caminaba hacia su clase, mientras leía su horario, fue entonces cuando un chico intentó levantar su falda de forma sutil, pero Ming no era ninguna tonta.

De forma veloz tomó el dedo del chico doblandolo tanto que podría romperlo si quisiera.

Chico: - ¡Aaaagh! - gritó por el dolor

Ming: - Vuelve a intentar eso y te romperé el dedo - dijo mientras seguía generando dolor en el dedo del chico, mirándolo con una expresión furiosa que daba miedo.

Chico: - ¡Ok! ¡Ok! Me rindo, no lo volveré a hacer, por favor no lo rompas - entonces la chica lo soltó empujándolo hasta hacerlo caer al suelo.

Ming se había vuelto fría y bastante enojona, o al menos era así como se mostraba frente a la mayoría de personas, pues inconscientemente usaba esta actitud como un mecanismo de defensa, ya que en su interior aún existe una chica dolida y llena de tristeza.
Las circunstancias de su vida lo habían provocado, perdió al amor de su vida, decepcionó a su madre, y jamás pudo seguir su sueño de ser una artista.

Turning Red: La Adolescencia de MingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora