Capítulo 13

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La oficialización de la relación estaba dictada, ambos eran oficialmente una pareja, y esto se sentía como algo bastante abrumador, sin embargo, también algo que generaba demasiada emoción en los inocentes corazones de los dos.

Unas horas después, Ming corría rápidamente hacia su casa con una sonrisa en su rostro, tenía que cumplir su promesa y contarle todo a su hermana.

Al visualizar su casa y el templo se detuvo para notar que su madre estaba dando tours a los visitantes, pero no le dio demasiada importancia a ello y entró buscando a su hermana.

Ming: — ¡Helen! ¡Helen! — gritaba ella con emoción

De pronto salió de su cuarto su hermana mayor con una expresión de preocupación en su rostro.

Helen: — ¡Ming! ¿Que ocurre? ¿Estas bien? — ella comenzó a revisar a su hermana menor

Ming: — Helen, estoy mejor que bien — le respondió ella con una expresión de felicidad en su rostro

Entonces Helen comprendió a que se debía la emoción de la joven pelirroja, por lo que una sonrisa se dibujó en su rostro al instante.

Helen: — ¿Salió bien? — preguntó ella esperando con emoción la respuesta de su hermana

Ming: — ¡Siii! — gritó ella saltando a abrazar a su hermana con fuerza — ¡él aceptó, yo le gustaba también!

Helen: — ¡Eso es! — gritó ella compartiendo la alegría y emoción de su hermana — ¿Cómo pasó todo?

Ming al escuchar la pregunta le mostró una sonrisa maliciosa a Helen para luego sentarse en la cama.

Ming: — Verás... yo estuve muy nerviosa, apenas hablaba y no sabía cómo iniciar una conversación...

Helen: — Ajá, continua

Ming: — Entonces... noté que Bien estaba intentando evitar el tema, y lo entiendo, pues yo me alejé cuando casi nos besamos, supongo que creyó que yo no quería... — ella estaba dando varias vueltas

Helen: — Ming, al punto — dijo ella llena de curiosidad

Ming: — Ya voy, ya voy — ella tomó aire — durante el receso... mientras comíamos, antes de que ocurriera cualquier cosa, le pedí que me escuchara... y entonces, aquí viene lo importante...

Helen: — Sí, cuéntame

Ming: — Le dije que yo sí quería besarlo, me puse muy nerviosa al decirlo... — el rostro de la chica se puso rojo

Helen: — Aww, ¿Y él que dijo?

Ming: — Dijo que sí, que también quería, entonces... yo le pedí que hiciera su confesión, pues yo quería experimentar lo que se sentía que alguien se te confiese...

Helen: — Aww, que ternura — mencionó Helen mientras reía por la ternura que escuchar eso le provocó

Ming: — ¿Tú también, Helen? — preguntó llena de vergüenza mientras sus mejillas se ponían rojas como un tomate

Helen: — Continúa — respondió entre risas

Ming: — Bien... al final... él se confesó y... yo le dije que sí... y cumplí la promesa que te hice...

Turning Red: La Adolescencia de MingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora