Capítulo 3.

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A la mañana siguiente Harry despertó con la adorable imagen de Luka dándole tiernas lamidas en el rostro, mientras observaba a su novio recién bañado con su usual traje de trabajo.

–Buenos días, Hazz –Saludó Evan mientras sostenía una bandeja con su desayuno.

–Buenos días, amor –Harry se reincorporo en la cama mientras su pequeño cachorro ladraba y se ubicaba a su lado, dando ese constante movimiento en su colita que demostraba lo feliz que estaba.

–Te hice el desayuno una última vez antes de irme.

–¿Lo hiciste? –Preguntó el rizado un poco incrédulo de lo que Evan afirmaba.

–Bueno, tal vez lo mandé a hacer, pero yo corte las frutas.

Harry se limitó a reír y empezó a comer, no sabía qué hora era pero guiándose por el resplandeciente sol que se reflejaba a través de la ventana de la habitación, pudo deducir que eran cerca de las nueve de la mañana.

–¿Ya te vas al bufete? –Cuestionó Harry observando a su novio curioso.

–Si, eso quiere decir que probablemente te veré hasta dentro de dos meses –Añadió Evan cabizbajo.

–Es bastante tiempo, pero podemos hacer llamadas todas las noches y mantenernos al tanto de todo.

–Tienes razón, es solo que te voy a extrañar mucho –Evan acunó la cara de Harry en sus manos dándole suaves caricias.

–Yo también te extrañaré mucho –El rizado se acercó y juntó sus labios dándole un beso de despedida a Evan.

–Ya me tengo que ir, amor, te llamaré cuando llegue a Nueva York, ¿está bien?

–Si, eso suena bien, cuídate, te quiero.

–Yo te quiero mucho más, Hazz.

Evan le dedicó una última sonrisa al ojiverde antes de irse finalmente, no quería dejar solo a Harry pero tampoco podía permitirse desaprovechar aquella oferta de trabajo, de cierto modo presentía que este viaje le cambiaría la vida de alguna manera, eso lo emocionaba.

Por otro lado estaba Harry, que sentía que la ausencia de su novio le causaría un terrible malestar, estaba sumamente acostumbrado a sentirlo cerca y saber que no tendría su compañía durante dos largos meses lo desanimaba.

Terminó su desayuno y se arregló rápidamente para ir a la floristería junto a Luka, que apenas llegó al lugar se quedó profundamente dormido en su camita, mientras Harry empezaba a trabajar.

–Hazz, tu admirador está obsesionado contigo –Dijo Niall con una caja en sus manos mientras entraba al estudio donde estaba Harry terminando un nuevo arreglo floral–. Te trajeron esto.

El rubio dejó la caja en la mesa viendo cómo el rizado se acercaba curiosamente a ver el contenido que llevaba dentro.

–Vamos a ver qué es esta vez –Comentó Harry mientras abría la caja con incertidumbre.

Cuando finalmente el interior fue revelado, ambos chicos observaron una gran cantidad de cartas, acompañadas de pétalos de girasoles, la flor favorita de Harry, cada carta llevaba un dibujo que no analizaron demasiado, Niall miró a Harry asombrado dando saltitos de emoción.

–¡Tienes un enamorado! ¡Mira la cantidad de cartas románticas que te enviaron!

–Calma, Ni, tal vez lo que contienen esas cartas son palabras de odio y no de amor, ¿pensaste eso siquiera?

–Imposible, estoy seguro que está persona fue la misma de ayer, por cierto, ¿usaste los juguetes? –Preguntó coquetamente Niall causando un notorio sonrojo en Harry, que casi automáticamente se puso nervioso.

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