Louis llegó al restaurante donde sería la reunión de trabajo con los clientes, el caso era un poco complicado pero no imposible, y afortunadamente, Evan lo estaba manejando bastante bien, al punto de que tenía el caso prácticamente ganado. No le agradaba Evan, pero tenía que admitir que como abogado era bastante eficaz.
Se dirigió a la mesa reservada, lo que no espero fue ver a Harry sentado al lado de Evan mientras esté apretaba su pierna con rudeza y el rizado simplemente observaba su celular sin darle importancia a la acción de Evan.
–Buenas noches, una disculpa por la tardanza, el tráfico a esta hora es terrible –Dijo Louis mientras se sentaba en la silla que estaba al lado de Harry.
–Buenas noches, no se preocupe, señor, mejor permítame presentarle a nuestros clientes –Comentó Evan mientras recibía un asentimiento de parte de Louis ante aquella idea–. Bien, cómo se puede percatar, es una familia pequeña, compuesta por el padre, el señor Peter, la madre, la señora Isabel y su joven hija, la señorita Mía.
Los tres integrantes saludaron a Louis con una sonrisa agradable, al parecer era una familia bastante amigable, así que eso de alguna manera facilitaría la reunión.
–Usted ya conoce los acontecimientos que llevaron a que está familia nos contactará, no obstante, voy a darle una retroalimentación. La señorita Mía, estuvo desaparecida por una semana, cuando fue encontrada estaba bajo los efectos de distintas drogas alucinógenas, ella afirma que el causante fue Oliver, un compañero de su clase, y el demandado en este caso. Sin embargo, el joven Oliver insiste en qué eso es falso y que Mía tiene un tipo de obsesión con él que la llevo a acusarlo.
–Bien, ¿Mía, qué edad tienes?
–Tengo veintitrés años, estoy estudiando gastronomía en la universidad, ahí conocí a Oliver, ¿Usted cuántos años tiene...señor? –Una mirada inocente pero persuasiva se hizo presente en el rostro de la joven, un gesto que Louis ignoró.
–Tengo treinta, pero no creo que eso sea relevante.
–Vaya, es bastante atractivo para su edad, señor.
–¡Mía! Compórtate, esas cosas no se dicen en una reunión de trabajo –Fue el turno de la señora Isabel para reprender a su hija por sus palabras.
–Evan, ¿Podrías contarme las pruebas que tenemos a nuestro favor?
Louis se sentía notablemente incómodo, y simplemente intentaba ignorar la situación, había ido para hablar sobre trabajo y lo que estuviera vinculado con este, no para coquetear con una chica siete años menor a él, aunque concentrarse estaba siendo un verdadero reto al sentir la mirada atenta de Harry sobre él en todo momento.
Por otro lado, Harry escuchaba todo lo que estaban hablando sin prestar real atención, ni siquiera entendía esos temas de abogados, tampoco le interesaba comprenderlos. Estaba muy distraído observando los gestos serios de Louis, cómo arrugaba su nariz con inconformidad ante alguna idea de Evan que no era completamente acertada, sus ojos se entrecerraban para analizar la situación, su ceño estaba fruncido en señal de concentración, era perfecto.
No supo en qué momento su comida llegó, y finalmente en la mesa decidieron darse una pausa para dejar de hablar sobre temas de trabajo, Harry agradeció eso internamente porque por cada minuto que pasaba se aburría más.
–¿Vas a comer solo sopa? –Pregunto Louis en un murmullo hacia Harry, no le preocupaba que Evan los viera hablando ya que estaba bastante entretenido charlando con los padres de Mía.
–Si, no tengo mucha hambre.
–Uhm, te ves bastante aburrido.
–Porque lo estoy, es tan aburrido escucharlos hablar solo de trabajo –Rió Harry mientras explicaba la razón de su actitud, era la primera vez que realmente hablaba en toda la cena.
ESTÁS LEYENDO
Always You | L.S
FanfictionHarry tiene una estable vida con su novio, casi perfecta y sin preocupaciones, pero unos regalos constantes de parte de un anónimo podrían cambiar su vida rápidamente. O dónde Harry y Louis son ex esposos pero el destino se encarga de volverlos a ju...