Capítulo 23.

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El día de trabajo en la floristería culminó finalmente, Harry amaba su trabajo, hacer arreglos florales le salía muy bien y disfrutaba haciéndolo, pero luego de la discusión que tuvo con Louis, su ánimo decayó notablemente, Niall incluso le sugirió que podía irse a casa si se sentía indispuesto, pero el rizado se negó, afirmando que podía soportar el altibajo que hace unos poco minutos se había hecho presente.

Caminó junto a su cachorro hacia su casa, cuando ingresó le dió comida a Luka, se dió una ducha, y se puso su pijama, se recostó en su cama y observó el techo, cómo si mágicamente éste le diera la respuesta hacia sus preocupaciones.

Su mente estaba sumida en múltiples pensamientos, en los cuales el tema central se trataba de Louis, no sabía cómo seguir manejando su relación con él.

¿Tal vez era mejor una amistad? No, jamás podría ver a Louis como un simple amigo.

¿Alejarse permanentemente? La descartó de inmediato, tener a Louis cerca lo hacía sentir cómodo y tranquilo.

¿Darse un tiempo? Era una condición similar a alejarse.

¿Darle otra oportunidad para que cambie? Ya lo había hecho, y al parecer las cosas no resultaron como esperaba.

Era como si todas las soluciones posibles tuvieran un lado negativo que sobresalía sobre el lado positivo.

Cierto regalo que Louis le dió cuando era su "admirador" llegó a su mente en medio de tantas ideas.

Suspiró y se levantó de la cama, buscando en su closet la caja dónde se resguardaban las cartas que Louis le hizo, uno de los detalles más sinceros y reales que le ha hecho el ojiazul.

Abrió la caja y rebuscó alguna carta, al azar, cómo era de esperarse un dibujo adornaba el sobre, está vez era el tatuaje de Louis que se ubicaba en su mano izquierda, dos números que embellecian su dedo corazón y anular, el 28 se plasmaba en ellos con gracia y belleza.

Empezó a leer el papel en el cual múltiples palabras expresaban los pensamientos de Louis, quien en un momento de vulnerabilidad abrió su corazón, permitiéndose grabar sus más profundos sentimientos en un papel, que aunque podía ser un objeto simple, albergaba la honestidad y fragilidad de un Louis enamorado que extrañaba a Harry, de la misma manera en la que la luna extraña a las estrellas en una noche con un cielo despejado e incierto.

Los ojos verdes de Harry repasaban minuciosamente las letras, que eran interpretadas por su mente como el acto más romántico y puro que alguna vez pudo apreciar.

“La palabra Amor es tan poderosa y significativa, a veces creo que nadie se ha dedicado a estudiarla con profundidad, e intentar saber cómo es que una simple palabra tiene tantas connotaciones.

Aunque sin importar cómo la interpretemos su sentido siempre será el mismo: Un sentimiento que surge del inmenso cariño que un ser humano es capaz de sentir.

Eso es lo que siento por ti, Harry, porque mis sueños no son perfectos si tú no estás en ellos, mi mañanas no son satisfactorias si no te tengo a mi lado, mis noches no son gratas sin tus brazos abrigandome del frío penetrante, mis tardes no tienen sentido sin tu cálida presencia calmando mis males, la vida es complicada de afrontar si no estás a mi lado sosteniendo mi mano, dándome esa sonrisa soñadora con tus adorables hoyuelos, mientras me dices “vamos a estar bien”.

Te necesito tanto que duele, es agotador sentir que con tu ausencia los días pasan lento, mi rostro permanece en una expresión sería, fumo sin parar, en un maldito intento de dejar ir está presión en el pecho que hace que quiera llorar, pero las lágrimas simplemente no llegan nunca, es un tormento sentir que toda tu vida está dejando de tener importancia por un puto error que cometí y del cual me voy a arrepentir toda la vida.”

Always You | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora