Capítulo 18.

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La noche avanzó rápidamente y en medio de sueños despistados, la luna finalmente se escondió para darle el permiso al sol para que iluminará e indicará un nuevo día.

El brillo del sol entró en el gran ventanal de la habitación de Harry, haciendo que el rizado poco a poco abriera sus ojos tratando de acoplarse al repentino cambio de luz, afortunadamente, se acostumbró rápido al deslumbrante sol que se coló a su habitación.

Se levantó con lentitud y luego de estirarse, empezó su habitual rutina, se dió una refrescante ducha, se vistió, realizó su especial ritual de skincare, peinó sus alborotados rizos, preparó la cama y salió del cuarto.

En el pasillo se encontró con la imponente figura de Louis hablando seriamente con Evan. Harry siempre se caracterizó por ser impulsivo en ciertas ocasiones; está no fue la excepción, ya que a pesar de que su mente le ordenaba que no se acercará, la tentación fue más fuerte y lo siguiente que supo fue que sus piernas empezaron a andar en dirección a los dos hombres en traje.

–Buenos días –Saludó Harry cuando se encontró de frente con Louis y Evan.

–Harry, buenos días –Tanto la mirada como la voz de Louis se suavizaron notablemente al sentir la presencia del rizado.

–Buenos días –En cambio, la reacción en Evan fue más descortés y desinteresada.

–¿Interrumpí algo?

–Si, estamos en medio de una conversación importante, ¿No te das cuenta? –El tono de voz de Evan cada vez era más desconocido para Harry, él no era así.

–Evan –Lo reprendió Louis, al darse cuenta de la manera en la cuál le estaba hablando al rizado–. ¿Así es como le hablas usualmente a tú novio?

–Se ve que a usted le importa más que a mi el bienestar de mi novio –Contraatacó Evan, resaltando cuando dijo “mi novio”.

–¿Disculpa? –Louis en serio estaba ofendido, pero se estaba conteniendo de cometer alguna estupidez.

–Bueno, es que siempre lo veo con Harry, hasta parece ser más su novio que el mío, ya lo dijo ayer la señora Isabel.

–¿Evan? ¿Estás celoso de tu jefe? –Harry no podía creer que en serio estaba presenciando tal escena.

–¡Tú cállate!

Harry vió el momento exacto en que las pupilas de Evan se dilataron y pudo sentir como perdía el control de sus acciones.

Lo siguiente que sintió fue un fuerte impacto en su mejilla que dejó un cosquilleo nada agradable en aquella zona. Evan lo había golpeado.

Cuando recuperó la noción de la realidad en su mirada se fijó la imágen de Louis encima de Evan golpeándolo sin cansancio. Algo que Harry tenía que aceptar era que Louis se veía malditamente atractivo golpeando a Evan con ese traje que se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Su mente rápidamente alejó esos pensamientos, y empezó a gritar para que se separaran.

Dos guardias se unieron a la pelea y finalmente los separaron, para la satisfacción de Harry, se llevaron solo a Evan, así que el rizado se permitió abrazar a Louis, aferrándose a él como si alguien estuviera a punto de separarlo de su lado.

–¿Estás bien, bebé? –El ojiazul lo apretaba en su pecho, tratando de protegerlo de cualquier cosa que pudiera hacerle daño.

–Yo estoy bien, ¿Cómo estás tú? –Harry se separó del abrazo y se fijó en las manos de Louis–. Dios santo, mira tus nudillos.

–No es nada, valió la pena darle su merecido a ese idiota.

–No digas eso, Lou, no me perdonaría si te pasa algo –Harry imaginó por un segundo aquella posibilidad y antes de entrar en crisis la descartó–. Vamos a mi habitación a curarte.

Always You | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora