Nieve rosa.

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Daiana.

--Se fue... --dije, para después sentir las manos de Alma sobre mis hombros--. Ey, ¿Que pa-? --el poderoso cabezazo que me dío casi me tumba al suelo. Creo que hasta ahora me sigue doliendo cada ves que pienso en eso--. ¡¿PERO QUE MIERDA TE PASA?!

--Te lo mereces por... --ella también llevó sus manos a su adolorida frente--. Auuu... ¡Te lo mereces por hacer llorar a esa chica!

Intenté darle una patada pero ella sólo se movió para un lado y yo terminé callendo al suelo.

--¿Que mas te importa esa? Solo es una chica con cara de niña, mimada y "parlanchina". --me levanté del suelo y acomodé mi chaqueta.

--Pues que veas que esa chica es la única que te ve con buenos ojos, aparte de mi --ella soltó un pequeño suspiro y recostó su espalda contra el muro--. Además tu también fuiste amable con Neli.

--Se llama Neri, no Neli, y no fuy amable --me cruce de brazos--. Te dije que hice eso sólo para enojar a esa rubia de mi clase.

--¿Y lo de la puerta que? ¿Y lo de sujetarla para que no cayera? --preguntó levantando dos dedos. Aveces podía ser muy molesta, pero era de las que muy raras veces se equivocaba--. ¿Esas cosas también fueron para molestar a alguien?

--Cállate --alcé mi tono--. Solo cerré la puerta porque sabes que odio el puto frío, y lo de "sujetarla". Su estúpido abrigo sólo se enredó en mi brazo --aquello último no era verdad, en realidad si había reaccionado para sujetar a la chica, pero simplemente fue un reflejo.

Esa mirada, Alma me estaba estudiando con esa puta mirada que siempre usaba antes de decir lo más estúpido, fastidioso y acertado posible.

--Mentirosa de porquería --después de decirlo me dio una patada en la espinilla--. Eres amable por primeras ves y luego haces llorar la chica simplente por haber contado que lo fuiste.

--¿Puedes dejar de hacer eso cuando me reclamas algo? --le di un pequeño golpe en su hombro--. Además, yo no la hice llorar, ella terminó llorando sola. Yo simplemente le dije eso.

Alma bajó las cejas y soltó un pequeño suspiro.

--Dios, eres una mierda siendo empatica chica --dío unos pasos hacia la puerta y puso su mano en el pomo de esta--. Se que eres buena Dai... --le levanté el dedo medio--. Ocultalo todo lo que quieras "señorita ruda", pero te conozco, recuerda que se todo de ti, después de todo fuy a la primera que le confesaste que eras una amantes de las vaginas.

"¡Otra ves con la puta historia esa!". Simplemente la ignoré y metí mis manos a los bolsillos de mi chaqueta.

--Ve a joder a alguien que te soporte, amante de los penes --dije mostrando por un segundo una pequeña sonrisa. Cuando volteé a ver a Alma esta ya se había ido. "Carajo... si que es una idiota, pero nunca se equivoca"--. ¿A donde habrá ido la enana?

¿Me iba a poner a buscar a la de rosa? No, ¿La ignoraria si la tuviera en frente y simplemete habría hecho como si no la viera? Pus la verdad es que tampoco. No pensaba que Neri llegara a ser tan sensible, y la verdad era que no me gustaba hacer llorar a las chicas lindas. "Dije linda, ¿Y que? No soy ciega".

A lo largo del día Intenté fijarme si veía a la enana por alguna de las clases o siquiera por los pasillos, pero no había ni rastro de ella, se había esfumado por completo.

Un Invierno Lleno De ColorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora