Paz.

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Alana.

Mi lindo chico de cabello color naranja no quería separarse de su pequeña hermana, aúnque aquél montón de chicas vestidas de sirvientas tampoco lo iban a hacer, a mi simplemente me daba un poco de gracia aquella situación.

--No nesesita más de eso --dijo Tora a una de las chicas, ésta parecía ser la de menor estatura en comparación a los demás, de ojos marrones, cabello risado y piel oscura--. Kuma nesesita descansar no más dulces --agarró la silla de su hermana y la trajo hacia nosotros, luego fuimos a la sala de estár, el no se veía enojado como tal, solo irritado.

En ese momento el chico no pudo notarlo, pero cada una de aquellas doncellas lo estaba atravesando con la mirada, claramente disconformes de que se llebase a la pequeña rubiesita.

--¿Es-estás enfadado hermano? --preguntó la pequeña mientras era empujada por Tora.

--Claro que no... --dijo casi como si fuese un murmullo, para luego acercarse un poco al oido de Kuma--. Solo quería sacarte de allí.

--¿Y porqué harías algo así? --pregunté con tono de broma, para luego acercarme a la rubia--. Mira que sacár a tu hermanita de entre un montón de chicas lindas que nada más querían consentirla, pero que desconsiderado de tu parte --no pude evitar sonreír de forma burlesca a mi lindo noviecito.

En ese instante la joven bajó la cabeza claramente apenada, mientras que su hermano mayor me veía con irritación.

--No insinúes cosas raras --dijo Tora, señalando me con su dedo índice, para luego acercarse a mí y bajar la voz, lo suficiente como para que solo yo escuchase-- ¿Porqué trajiste a mi hermana aquí? ¿Y como lo hiciste?

Tora.

También bajó su tono y me respondió: --Lo primero, sabes que a tu hermanita no le gusta estár sola --solté un pequeño suspiro y bajé la mirada al oírla, tenía razón, me concentraba tanto en cuidarla que no me percataba de que ella se sintiese así--. Y lo segundo, le pedí a Nerida y a Dai para que la fueran a traer, les mandé la dirección y todo, luego ellas hicieron el resto.

--Entonces por eso andabas usando tanto tu teléfono --dije, tomando su antebrazo, acercándome un poco más a ella--. ¿Desde hace cuanto plamaeaste esto?

Noté como soltó un pequeño suspiro y observó por un segundo a mi hermana, para luego volver a enfocarse en mis ojos.

--Pues la verdad lo tenia en mente desde que me presentaste a Kuma --otra ves intentó fingir una sonrisa, algo le ocurría--. Pero tenía que esperar a ver como resultaban las cosas entre Dai y su chica, y ver si esa niña que se adueñó de su corazón era alguien en quien confiar.

Aflojé mi agarre para después bajar la mirada y preguntar: --¿Lo hiciste por mi hermana? --en ese instante pude sentir como acarició mi mejilla con el dorso de su mano.

--Por ella... y por ti --susurró, regalándome una pequeña sonrisa--. Ya no tendrán que preocuparse de techo o comida --dijo de pronto, llamando bastante mi atención.

--¿A-a... a que te refieres con eso? --le pregunté, pero en ves de responder, ésta solo se alejó de mi y fue junto a Kuma.

La rubia se dio cuenta de la presencia de Alana y le dedicó una sonrisa.

--¿Que pasa hermana Alana? --le preguntó.

--Nada, linda, solo quería preguntarte si viste a Dai y a Neri, tengo que hablarles de algo --la castaña se sentó en el sofá justo al lado de Kuma.

Un Invierno Lleno De ColorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora