capítulo 2.

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Estos días solo fueron intentos fallidos de hablarle a aquel chico, pero no voy a perder las esperanzas, sé que lo lograré.

— Ya pasaron 2 semanas y tú no has podido ni hablarle. Vas a perder. — Muichiro me lo dijo con una sonrisa plasmada.

— Pero tú tampoco es como que te hayas acercado más a Kumiko. — Él me miró mal.

— Aparte, ya me voltea a ver, antes ni eso hacía.

— ¿Y eso ya lo consideras una victoria?

— Así como escuchaste.

Él se rió y me dio un codazo.

(...)

Regrese de la escuela y estaba por entrar a mi casa cuando en las escaleras estaba el pelinegro.

Parecía escribir algo, tal vez una carta.

— Hola.. — Salude y él dejo de escribir volteandome a ver.

— Hola. — Así es muichiro yo ya lo considero victoria.

— Una carta no? — asintió sin voltearme a ver.

Tome valor y me senté a su lado, no me miraba, parecía estar muy concentrado en su dichosa carta.

Note que estaba escribiendo mal unas palabras así que se las señalé.

— No se escribe así. — Me miró, de mala gana pero me miró.

— ¿Cómo es? — tomé la carta y le expliqué como se escribía.

— Oh, gracias. — Tenía una letra fea pero al menos se le entendia, más o menos.

Le sonreí y me levante, estaba por entrar pero me detuve, voltee a verlo y le pregunté.
— Como te llamas?

— Baji, Baji Keisuke.

— Un gusto.

Me dispuse a entrar de una vez por todas pero él dijo algo más. — No me has dicho el tuyo.

Sentí un escalofrío recorrer en mi espalda, su voz era muy imponente.

— Soy ___, ____ Kajiwara.

— Un placer. — Sonrió mostrando los dientes, me sorprendió un poco lo grandes que eran sus colmillos pero se me hicieron muy lindos.

Entre a mi hogar pensando en aquella linda sonrisa, no se ve mala persona o que vaya en malos pasos..

(...)

Al otro día en la escuela me encontraba en receso con muichiro contándole lo de ayer con Baji y su carta cuando pasó a un lado de nosotros. 

— Por qué siempre viene vestido tan ridículamente? — Muichiro me preguntó.

— Nos habrá escuchado? — Ignorandolo, Pregunté.

— No creo.

Debería saludarlo?

Iba a hacerlo pero él entró a su salón y tras de si el famoso Matsuno Chifuyu, es conocido por moler a golpes a quien sea no importa si son mayores que él.
Serán amigos? No lo creo.

El receso acabo y cada quien se fue a su salón.

Cuando fue la hora de irse a casa, muichiro no pudo acompañarme ya que me tuve que quedar un tiempo más a limpiar y todo eso, me tuve que ir sola. Mientras caminaba, a lo lejos vi que habían unos chicos tirados en el suelo pero no había nadie más al rededor, solo sangre derramada.

Con miedo apresure mi paso, seguramente se pelearon acá.

Al llegar a mi casa mi madre estaba ebria, como normalmente está, cosa que se me hace ridículo pues ella odia a la gente que se droga y cosas asi y ella casi que esta en esa situación. Ella me regaño por llegar tarde, le explique que fue porque tuvimos que limpiar pero no me creía..

— Seguramente estabas con algún chico, ¡no seas una zorra! — Me dolía escuchar eso de mi propia madre..

— No es así mamá, de verdad, por favor créeme.. — Ella me veía muy feo.

— ¡No te creo nada! vete a tu habitación. — Ella se quedó viendo la televisión en el sofá con una cerveza en su mano y yo subí a mi habitación sintiendo como las lágrimas amenazaban por salir.

Me vestí y me puse a escuchar música en mis audífonos, quería un poco de calma así que me fui al balcón, me senté y me puse a hacer mis deberes sintiendo el aire golpear mi rostro.

Sentí una presencia a mi lado así que voltee a ver, era él, Baji Keisuke, me quite un audífono y pase mi cabello atrás de mi oreja.

Él estaba recargado en su balcón con el cabello suelto moviéndose por el viento, se veía muy lindo en ese ángulo.

Me dio pena saludarlo así que solo lo miré, al parecer el sintió mi mirada porque me volteó a ver.

Rápidamente y con pena aparte mi vista volviendo a ver mis deberes.

— Hola. — Escuché su voz y con las mejillas sonrojadas pensando que había notado que lo estaba observando lo miré.

— Hola.

— Gracias por tu ayuda, ya sabes con la carta.

— No es nada, no te preocupes. — le sonreí y él hizo lo mismo.

— Esta todo bien? Hace un rato escuche gritos.

Me puse a pensar que tal vez había escuchado como mi madre me regañaba

— Aah no es nada.. — Él no parecía creerme.

— Les ha gustado el obsequio de mi madre?

Es cierto, nos habían regalado algo, no pude ni ver que era porque mi madre lo boto a la basura.
No quería hacerlo sentir mal porque ni él ni su madre tienen la culpa de como es mi mamá así que decidí mentir.

— Sí, muchas gracias..

Él me volvió a sonreír mostrando los dientes, se me hace muy linda su sonrisa así que le devolví la sonrisa de la misma forma.

Es Una Apuesta. // Baji Keisuke Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora